(CNN) – No es solo que México no pagará el muro. Aparentemente, el Congreso tampoco. Pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aún no está listo para informárselo a sus partidarios.
En lugar de vender un potencial avance, alcanzado en el Capitolio para evitar un nuevo cierre parcial del gobierno, Trump revivió la retórica sobre la inmigración que ayudó a hacerlo presidente, durante un bullicioso evento de campaña en El Paso, Texas, el lunes por la noche.
El drama proporcionó una instantánea elocuente de las fuerzas políticas sobre la inmigración que desgarran la cohesión del Partido Republicano.
En la frontera, Trump se presentó en forma desmesurada, disparando sus dudosas declaraciones sobre la inmigración mientras atizaba a los demócratas con nuevos y feroces ataques contra el cambio climático y el aborto.
En Washington, bajo el domo del Capitolio, los legisladores republicanos trabajaban diligentemente con esos mismos demócratas en el tipo de compromiso institucional de Washington que es ancla de la política convencional que Trump desdeña.
No estaba claro qué sucederá a continuación. Pero con Trump deleitándose en el abrazo de su adoradora multitud, es muy posible que haya regresado a la Casa Blanca con sus instintos de hostigamiento repuestos.
En su discurso de una hora y 15 minutos, Trump criticó duramente a los demócratas y repitió falsas afirmaciones de que el muro cercano había provocado grandes reducciones en el crimen violento de la ciudad. Pero el presidente dijo a la audiencia que había decidido no conocer los detalles de un acuerdo bipartidista para evitar el cierre antes de subir al escenario. Si realmente hubiera sabido lo que estaba pasando, entonces no se atrevía a describir lo que en papel parece ser una gran decepción.
Eso en sí mismo era una señal de que no había una victoria para presumir y que el acuerdo alcanzado en Washington -que contempla solo US$ 1.375 millones por barreras y sin muro- es muy inferior a la exigencia del presidente de US$ 5,7 mil millones para financiar un promesa de campaña que tiene una influencia casi mística en su base.
Pudo haber eludido la pregunta el lunes por la noche, pero Washington está esperando una respuesta. ¿Qué hará el presidente a continuación?
¿Derribará el acuerdo con el Congreso y apoyará a sus partidarios más leales al negarse a ceder en cuando al muro? ¿O aceptará el acuerdo, que podría evitar una repetición de un cierre del gobierno que lo hirió políticamente?
Parece que mantiene sus opciones abiertas.
Para aceptar el acuerdo alcanzado en tortuosas negociaciones en el Congreso, Trump tendría que tratar de convertir una derrota clara en una victoria, una táctica que pareció insinuar durante el evento.
Mientras su multitud cantaba “Construye el muro”, Trump trató de buscar a tientas una salida: “Realmente lo que quieren decir es ‘termina es muro’, porque ya hemos construido una buena parte”.
El presidente dijo que antes de la reunión, sus asesores le habían dicho que se había logrado un acuerdo, pero que no quería que la multitud siguiera esperando por descubrir qué contenía.
“Podría haberme quedado allá afuera y haber escuchado o podría haber venido aquí con la gente de El Paso en Texas. Los elegí a ustedes”, dijo Trump. “Tal vez se haya avanzado, tal vez no”.
Pero los detalles sobre el contenido del acuerdo alcanzado en Washington el lunes ya se empezaron a filtrar. Es difícil creer que al presidente no se le hubiera informado si el resultado coincidía con sus demandas que desencadenaron el cierre gubernamental más largo de la historia a fines del año pasado.
También se negó a entrar en detalles sobre el acuerdo en una entrevista con Laura Ingraham – quien tiene una probada trayectoria de influencia sobre él en asuntos de inmigración– conducida antes de su mitin.
“Muchas cosas han cambiado. No puedo entrar en detalles, acabo de enterarme de pasada mientras venía a verte”, le dijo Trump a Ingraham.
Subrayando la magnitud de su dilema, sus aliados conservadores en la Cámara de Representantes comenzaron a movilizarse en contra del acuerdo.
“Mientras el presidente daba un gran discurso en El Paso, el Congreso alistaba un mal acuerdo sobre inmigración”, tuiteó el cofundador del Comité para la Libertad de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, republicano de Ohio.
Encontrar un camino a seguir
La cobertura mediática conservadora del acuerdo seguramente será un factor crucial.
Si las críticas son malas, el presidente podría envalentonarse para avanzar en una tercera vía, mostrar su poder presidencial para financiar el muro.
En su mitin, también pareció mantener esa opción abierta.
“Lo llamamos estar preparando el escenario”, dijo Trump, antes de agregar: “Necesitamos el muro, y tiene que ser construido y queremos construirlo rápido … los muros salvan vidas”.
La noche del lunes en El Paso también ofreció una posible muestra de lo que vendrá. El excongresista Beto O’Rourke, que es de la zona y está considerando una candidatura presidencial para el 2020, encabezó otra manifestación tan cercana al evento de Trump que los asistentes pudieron ver al presidente en una pantalla gigante.
“Demostremos al país que no hay nada que temer cuando se trata de la frontera entre Estados Unidos y México”, dijo O’Rourke. “Los ojos de la historia, el juicio del futuro … mirarán hacia este momento”.
Mientras tanto, el presidente no se arrepentía y seguía repitiendo su falsa afirmación, que incluso ha sido refutada por los republicanos de El Paso, respecto a que una sección del muro fronterizo fue responsable de una gran caída de los crímenes violentos en la ciudad.
“Mienten cuando dicen que no ha marcado una gran diferencia”, dijo Trump en el mitin.
“La seguridad es el derecho de todos los Estados Unidos. Por eso debemos terminar el muro”.
En caso de que Trump declare una emergencia nacional para reprogramar fondos para construir el muro, podría toparse rápidamente con obstáculos legales y preocupar a los senadores republicanos, que temen cómo un futuro presidente demócrata podría usar un precedente tan amplio.
Pero Trump podría mantener con vida la cruzada por el muro y conseguir un vehemente apoyo republicano para el proyecto de capital político.
¿Cuáles son las opciones?
Una opción para la Casa Blanca sería aceptar el acuerdo con el Congreso, pero luego tratar de usar el poder presidencial para buscar más fondos en otros lugares y erigir nuevas barreras fronterizas unilateralmente.
Aún no se dispone de un resumen completo del acuerdo entre legisladores republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes y el Senado. Pero las primeras señales indican que no satisface las demandas de Trump para un muro de 320 kilómetros de muro o cercas de acero en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que desató el cierre gubernamental más largo de la historia en diciembre y enero.
Las fuentes dijeron que el anteproyecto contempla US$ 1.375 millones de dólares en bolardos fronterizos, pero incluye una prohibición de muros de concreto y permite únicamente el uso de “tecnologías existentes” en las barreras fronterizas.
Aún así, los demócratas cedieron en su demanda de un límite en el número de lugares en los centros de detención para inmigrantes indocumentados, lo que había paralizado las conversaciones durante el fin de semana.
El partido había buscado las restricciones en un esfuerzo por limitar la política de tolerancia cero de Trump de detener a los inmigrantes indocumentados, incluso a aquellos que no tienen antecedentes penales.
Las próximas horas serán cruciales para las esperanzas de que el presidente firme el acuerdo. Como lo demostró el período previo al cierre del gobierno en diciembre, él puede verse fuertemente influenciado por cómo los medios conservadores siguen el desarrollo de los eventos.
Pero el Congreso ha hecho su trabajo.
“Es un minuto para la medianoche. Han evitado por poco lo que hubiera sido una verdadera vergüenza”, dijo David Gergen, analista de CNN que fue asesor de varios presidentes demócratas y republicanos.
“Deberíamos agradecerles por haberlo hecho … y decir: ‘Señor presidente, el próximo paso depende de usted’”, agregó.
Manu Raju, Phil Mattingly, Jeff Zeleny y Dana Bash de CNN contribuyeron con este informe.