Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Voy a referirme a Cuba, así que primero se impone el “disclaimer”: soy un escritor cubano, exiliado desde hace muchas décadas, y contrario a todas las dictaduras, sean de izquierda o derecha.
El 24 de febrero próximo se llevará a cabo un referéndum en la Isla para aprobar la nueva Constitución que regirá a los cubanos. La anterior es de 1976 y ha sido enmendada un par de veces.
¿Por qué el régimen cubano necesita una nueva Constitución? Probablemente, para adaptar las leyes a las reformas que han puesto en práctica en cuanto a la propiedad privada y al trabajo por cuenta propia.
Teóricamente, los cubanos podrían decirle “NO” a la nueva Ley de Leyes, pero el gobierno de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro confía en que eso no ocurrirá y los electores dirán “SÍ” abrumadoramente.
¿Por qué? Porque los regímenes totalitarios casi nunca pierden una consulta electoral. En España, Franco, por ejemplo, siempre tuvo la supuesta aprobación del pueblo.
Para impedir sorpresas, el régimen prohíbe lo que llaman “propaganda enemiga” y criminalizan la defensa del “NO”.
El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), dirigido por el periodista disidente Normando Hernández, en su informe anual parcial contabiliza 301 “hechos violatorios” por parte del régimen. Un aumento del 25% de hechos violentas a la libertad de prensa con relación al 2017.
El desglose de estas violaciones de Derechos Humanos fundamentales, dadas con fechas, nombres, apellidos y circunstancias, se desglosan en:
• 129 amenazas y agresiones psicológicas
• 112 detenciones arbitrarias
• 13 agresiones físicas
• 29 despojos de los medios de trabajo
• 16 prohibiciones de salidas del país
• 2 expulsiones de sus trabajos
La conclusión es inevitable. Los referéndums para que sean legítimos deben poder ser rechazados. El de la nueva Constitución cubana, por lo tanto, es ilegítimo.