(CNN) – Al observar las llanuras, chozas de madera de un piso que salpican el campo en la región de la Vuelta Abajo, en Cuba, nunca se puede suponer que los agricultores aquí cultivan uno de los recursos naturales más valiosos de la isla: el tabaco para cigarros.
Aunque los cigarros cubanos son famosos en todo el mundo, la mayoría del tabaco que se utiliza en los cigarros premium se cultiva en este valle relativamente pequeño en el oeste de Cuba que tiene un microclima único y un rico suelo volcánico.
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Los campos detrás de la casa de Hirochi Robaina están llenos de plantas maduras de tabaco y las casas, donde se seca el tabaco y añeja durante al menos 30 días, se apilan en las vigas. Pero el productor de tabaco de quinta generación todavía no está contento con la cosecha de este año.
“Este año fue muy complicado debido al clima”, dijo. “El clima era malo. Mucha lluvia y viento”.
Por lo general, los meses de invierno son la estación seca, perfectos para cultivar y cosechar tabaco para las mejores marcas como Cohiba, Montecristo y Partagás.
En esta cosecha, sin embargo, hubo tanta lluvia que los campos están embarrados. Algunas de las plantas se están cayendo o han crecido tanto que necesitan ser podadas para que las hojas, que se enrollan en cigarros, no pierdan su potencia.
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“No es normal. Comenzamos a cultivar tabaco en noviembre. Normalmente, no llueve, solo un poco”, dijo Robaina. “Pero cambió mucho, lluvia muy fuerte, viento muy fuerte. Es un gran problema para los productores de tabaco”.
El problema, dijo, es el mayor impacto del cambio climático que se siente en la isla caribeña.
En enero, un sistema de clima extraño golpeó la parte occidental de Cuba, causando un tornado que volcó los autos, arrancó techos de edificios y mató al menos seis personas en La Habana. Los meteorólogos cubanos dijeron que en 500 años de historia registrada nunca ha habido un tornado que golpeara la capital cubana.
En la granja de Robaina, a dos horas en auto de La Habana, él señala los parches desnudos en sus campos donde los vientos de la misma tormenta arrancaron plantas enteras.
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“Nunca antes había ocurrido algo así”, dijo Robaina, el miembro más joven de una de las familias que cultiva más tabaco en Cuba. Su abuelo, Alejandro Robaina, era una leyenda entre los aficionados a los puros cubanos, y el tabaco que produjo se guardó para el suministro personal de cigarros de Fidel Castro.
Para lidiar con el clima impredecible, dijo Robaina, está consultando las notas detalladas que su abuelo le dejó sobre cómo cultivar tabaco de la mejor calidad.
Muchos de sus vecinos, dijo, están pasando del tabaco a cultivos como el maíz y los frijoles negros, que son más fáciles de cultivar. Es como un enólogo en el valle de Napa o Bourdeaux, que decide dejar de cultivar uvas.
Para Robaina, no es una opción cultivar cualquier cosa que no sea tabaco de cigarro en el lugar que tiene el mejor clima y el suelo.
“Los robainas tienen que cultivar tabaco”, dijo. “Tenemos que hacerlo. Esta es nuestra vida”.
Los impactos del cambio climático no parecen haber afectado el resultado final de la industria de cigarros de Cuba.
En el festival anual de cigarros de Cuba en febrero, la compañía Habanos, una empresa extranjera mixta con el Gobierno cubano que vende cigarros cubanos en el extranjero, anunció ventas récord de 537 millones de dólares en 2018.
Pero los expertos en cigarros dijeron que el cambio climático podría afectar la calidad, así como producción.
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“Es algo de lo que preocuparse”, dijo David Savona, editor ejecutivo de la revista Cigar Aficionado. “Cuando eres un amante de los cigarros, solo fumas tabaco. Cigarros como estos se hacen solo con tabaco y con tiempo. Si hay un problema con el clima, tendrá un efecto directo en el cigarro”.
Los ejecutivos de Habanos dijeron que el Gobierno cubano reconoce el impacto que el cambio climático podría tener en una isla que ya es vulnerable a los huracanes y las inundaciones costeras y está respondiendo a las posibles consecuencias.
“Estamos trabajando para mitigar los daños causados por el cambio climático”, dijo Ernesto González, director de Marketing Operacional de Habanos. “Cuba es un ejemplo para el mundo sobre cómo prevenir desastres naturales”.
Bajo un plan llamado Tarea Vida, o “vida de asignación”, el Gobierno cubano está estudiando dónde la isla se verá más afectada por el cambio climático. Según datos del Gobierno, en los últimos 70 años, la temperatura promedio anual ha aumentado 0,9 grados centígrados. El aumento del nivel del mar ha afectado a cerca del 85% de la costa de la isla, y el Gobierno ha prohibido las nuevas construcciones en algunas zonas costeras y ha comenzado a desplazar a las comunidades en riesgo hacia el interior.
El Gobierno cubano dijo en noviembre que los cultivadores de tabaco habían diseñado nuevas casas de secado para curar el tabaco con techos de metal, en lugar de madera, que eran más resistentes al aumento del viento y las lluvias causadas por el cambio climático.
Robaina dijo que le preocupa que a medida que el cambio climático dificulta el cultivo del tabaco, la producción de cigarros cubanos seguirá el camino de la producción de café y azúcar en la isla y dejará de ser una exportación importante.
“Tenemos que luchar ahora”, dijo. “Para salvar nuestro tabaco”.