(CNN Español) – La última película del director español Pedro Almodóvar Dolor y Gloria es una autopsia personal de un cuerpo, el suyo, que sin embargo está muy vivo. Es cierto que hay heridas, emocionales y físicas, hay dolor de la incomprensión, de la violencia ante el diferente, de los yugos de lo artístico. Pero esa anatomía de una carrera, si bien no es literal, se acerca mucho a la vida de un director rompedor, como ha sido el cineasta manchego.
Esa vez no ha abierto en canal el cuerpo y alma de una mujer como lo suele hacer en películas como ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Volver o Todo sobre mi madre, sino que ha decidido ser su propio cirujano operando su propio cuerpo extendido sobre la enorme sábana blanca, la pantalla del cine. Cuerpo al que pone alma uno de los actores más recurrentes en la filmografía de Almodóvar, el internacional Antonio Banderas.
La crítica en España, donde se presentó la película, alabó la honestidad del director y resaltó las nutridas coincidencias del personaje que interpreta Banderas con la vida de su director. Sin embargo, Almodóvar aseguró que es una ficción de aspectos de su vida, pero que no es un documental.
Una de las escenas más emotivas para el director fue la que mantienen su alter ego, Banderas, con su madre, interpretada por la actriz catalana Julieta Serrano. Un diálogo de sinceridad entre madre e hijo que, según Almodóvar, nunca tuvo lugar.
Banderas asegura que fue al rodaje como un soldado raso dispuesto a ponerse al mando del director.
La película se estrena el 22 de noviembre en Estados Unidos.
El Indio Garcilaso y Cimafunk
En DeseARTE también escuchamos los nuevos ritmos de fusión del cubano Cimafunk, que inicia una gira por varias ciudades de Estados Unidos. El artista ya ha participado en el Festival de South by Southwest, en Texas. Ritmos caribeños y funk con letras muy pegadizas que muchos habitantes de la isla ya tararean.
El Inca Garcilaso de la Vega ha arribado donde nunca estuvo, a China. El autor de los “Comentarios Reales de los Incas”, escrita en 1609, es motivo de una exposición en Beijing organizada por el Instituto Cervantes y la embajada peruana. La muestra trata de atraer la atención, sobre todo de los jóvenes chinos, hacia la importancia de este cronista mestizo nacido en Cusco, en el Perú.