(CNN) – Funcionarios estadounidenses y mexicanos continúan este viernes con las negociaciones para alcanzar un acuerdo que evite que se vuelvan realidad las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump sobre las importaciones mexicanas.
Las partes negocian contra reloj pues el presidente de Estados Unidos, que está en el extranjero después de las conmemoraciones del Día D, tiene este viernes como fecha límite para firmar un decreto con el que se asegure que los aranceles entren en vigor el lunes, cuando se agota el plazo que dio para que México cumpla con sus demandas de inmigración o enfrente un arancel del 5% en todas las exportaciones hacia Estados Unidos.
Estos son algunos de los temas que se están discutiendo en Washington.
Seguridad fronteriza
Antes que nada, el gobierno de México ya se comprometió a desplegar alrededor de 6.000 soldados de la Guardia Nacional en su frontera sur con Guatemala.
Así lo confirmó este jueves el secretario de Exteriores de México, Marcelo Ebrard: “Hemos explicado que hay 6.000 hombres y que serán desplegados allí”.
Cambio de política migratoria
Entra tanto, funcionarios de Estados Unidos también están presionando a México para que cambie su política de asilo ingresando al acuerdo de “tercer país seguro” con Estados Unidos.
México ha rechazado esta propuesta en el pasado, pero funcionarios estadounidenses dijeron que México estaba más abierto a alguna versión de esta idea en las conversaciones del jueves.
La meta sería exigirles a los migrantes de países de Centroamérica que se enfrenten a procedimientos de asilo en México o en el primer país por el que atraviesan, en lugar esperar en Estados Unidos.
Al describir el requerimiento de Estados Unidos, el secretario general de la vicepresidencia de Estados Unidos, Marc Short, dijo el viernes que: “Si eres de un país al sur de México y llegas a México, allí es donde deberían llevarse a cabo los procedimientos de asilo”.
Entender las causas de la migración
Por otra parte, los funcionarios mexicanos están instando a Estados Unidos para que aborde las causas fundamentales de la migración centroamericana invirtiendo en programas que reducirían la pobreza y la violencia en esos países.
Sin embargo, a principios de 2019, Trump decidió recortar la ayuda económica de Estados Unidos a estos países, una medida que incluso los funcionarios estadounidenses consideran es contraproducente.