Captura de pantalla del primer grupo secreto de Facebook relacionado con agentes de la Patrulla Fronteriza.

Nota del Editor: Jill Filipovic es una periodista radicada en Washington y autora del libro “The H-Spot: The Feminist Pursuit of Happiness”. Sígala en Twitter. Las opiniones expresadas en este artículo son propias de la autora.

(CNN) – Cuando los legisladores progresistas de la Cámara de Representantes viajaron el lunes a Texas para ver por su propia cuenta los establecimientos de detención de inmigrantes, ProPublica publicó un artículo sobre un grupo de Facebook altamente ofensivo conformado por exagentes y agentes de la Patrulla Fronteriza.

Lo que hallaron es profundamente inquietante: agentes que bromeaban sobre las muertes de migrantes y los llamaban “flotadores”; una imagen editada de la representante Alexandria Ocasio-Cortez mostraba su cabeza metida en la entrepierna de Donald Trump; otra foto manipulada la exhibía teniendo sexo oral con un migrante; y unos agentes le sugerían a alguien que les tirara un burrito a las legisladoras latinas que visitaban el centro de detención de migrantes.

El jefe de la agencia Aduanas y Protección de Fronteras dijo que las publicaciones eran “completamente inapropiadas” y que “cualquier empleado que haya violado nuestros estándares de conducta deberá rendir cuentas”.

Este grupo racista, sexista y cruel tiene unos 9.500 miembros; claramente algo más que solo unas manzanas podridas. Hay algo podrido en el corazón de la Patrulla Fronteriza y toda la agencia debe hacerse responsable de su cultura tóxica e intolerante.

Una palmadita no es lo que corresponde. Cualquier agente que hace comentarios tan canallas es un peligro para los migrantes y debería ser despedido de inmediato. Los agentes que pertenecen a este grupo y que no reportaron a sus compañeros de trabajo, o simplemente observaron y se rieron, también deberían enfrentar consecuencias profesionales.

Pero más allá de lo que salió a la luz en las redes sociales, es la cultura de toda la agencia lo que ha quedado expuesta aquí, y esto era muy predecible. Después de todo, esta es una agencia donde trabajan personas que, independientemente de cómo hayan llegado a su puesto, están dispuestas a realizar el trabajo represivo de Donald Trump y su cruel agenda inmigratoria.

Sus prácticas destructoras de las normas incluyen arrancar a los niños de los brazos de sus padres y arrojar infantes a los centros de detención. ¿Sorprende acaso que seres humanos capaces de tamañas crueldades exhiban este tipo de malicia en Facebook?

La gente es libre de hacer en las redes sociales los comentarios que les parezca en su tiempo libre. Pero cuando esos comentarios sugieren que los agentes gubernamentales pueden ser un grave peligro para las personas sobre las que tienen un poder prácticamente total, las agencias que supervisan a esos agentes están obligadas a hacerse cargo. En este caso, con una agencia que se ha corrompido tan extensamente, quizás sea momento de desguazarla y comenzar de cero.

Todo esto, por supuesto, se remonta a la cabeza de la serpiente: el hombre en la Casa Blanca. Sus comentarios sobre los inmigrantes y las mujeres también han sido vulgares y ofensivos. Cuando el propio Twitter del presidente es un sumidero de odio y mentiras, no debe sorprendernos que las personas a su cargo crean que tienen licencia para publicar basura semejante.

Y la intolerancia se extiende más allá de los funcionarios gubernamentales. Cuando Ocasio-Cortez y varios de sus colegas visitaron el centro de detención, se encontraron con manifestantes a favor de las detenciones que les gritaban. Imagínense: hay personas en Texas que están dispuestas a levantarse del sillón para ir a manifestar a favor de la detención de mujeres y niños vulnerables.

Muchos ciertamente insistirán que hay un gran número de buenos agentes de la Patrulla Fronteriza. Ciertamente, es verdad. Hay un gran número que son buenos con los niños a su cuidado y que son miembros productivos de sus comunidades. Pero este tóxico grupo de Facebook con 9.500 miembros muestra que la cultura de la agencia está fundamentalmente quebrada, en parte porque la actual misión de la agencia es en esencia inhumana.

La Patrulla Fronteriza debería despedir a los empleados que se han comportado de forma intolerante, sexista e inaceptable. Si al menos se pudiera comenzar por el presidente.

(Traducción de Mariana Campos)