Detroit (CNN) – El primero de los dos debates presidenciales demócratas patrocinados por CNN ha terminado.
Lo vi, desde el lugar del debate en Detroit, e hice anotaciones de algunas de las mejores y peores actuaciones de los 10 candidatos en el escenario. Estos son mis apuntes sobre los ganadores y perdedores del debate del martes por la noche (sin ningún orden en particular):
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GANADORES
Bernie Sanders: El senador de Vermont claramente recibió el mensaje de que no estuvo lo suficientemente animado o activo en el primer debate. Salió con ganas de pelear… y se quedó así. Cuando se le preguntó sobre las críticas del exrepresentante de Maryland John Delaney a su plan de atención médica, Sanders respondió sin rodeos: “Estás equivocado”. Cuando se le preguntó sobre su plan “Medicare para todos”, Sanders espetó: “Yo escribí la maldita propuesta”. Claro, probablemente algunas personas lo considerarán irascible y regañón. Pero para los liberales que buscan que Sanders se levante con orgullo y sin complejos ante la necesidad de un gran cambio estructural en nuestra política y nuestra cultura obtuvieron exactamente lo que querían. Y no en vano, pues Sanders claramente superó a la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren en este debate.
Steve Bullock: Para darle crédito, el gobernador de Montana entendió que este debate era su gran oportunidad para impresionar a los votantes… y subir desde el tercer nivel. No estoy seguro de si sus números se moverán de manera importante, pero Bullock lo intentó desde su declaración inicial. Dejó en claro, una y otra vez, que no cree que los puntos de vista liberales de Warren y Sanders estuvieran basados en la realidad y que piensa que esos puntos de vista les costarían a los demócratas la elección. Destrozó la “economía de lista de deseos” y habló sobre la necesidad de resolver los problemas del “aquí y ahora” en lugar de ofrecer lo que él ve como políticas irrealizables. Si los moderados buscaban apoyar a alguien además del exvicepresidente Joe Biden en las primarias, Bullock se ofreció como una alternativa viable.
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Pete Buttigieg: Como en el primer debate, el alcalde de South Bend, Indiana, fue (relativamente) a la segura. Pero a diferencia del primer debate, tuvo un mensaje claro: soy joven, sí, pero las personas mayores que están conmigo en el escenario no han solucionado ninguno de estos problemas, así que es tiempo de algo diferente. Creo que Buttigieg es inteligente al a) reconocer su edad (tiene 37 años) y b) tratar de que esta pase de ser una debilidad percibida a una fortaleza. La idea de que la política (y los políticos de ambos partidos) han fallado y es hora de dar una oportunidad a toda una nueva generación de políticos siempre ha sido poderosa, especialmente en un momento en que las personas de todos los lados del espectro político odian la política. Dicho esto, hubo momentos en este debate donde Buttigieg se inclinó demasiado hacia su propia mística: “La división racial vive dentro de mí”, dijo en algún momento. Amigo, ¿cómo?
John Delaney: Antes de este debate, nadie sabía quién era Delaney ni en qué creía. Si vieron este debate, ambas preguntas fueron respondidas. Eso no significa que necesariamente uno ame a Delaney, ya que claramente adoptó una visión moderada sobre casi todo. Pero los repetidos enfrentamientos de Delaney con Sanders y Warren fueron una victoria para el excongresista de Maryland por el simple hecho de que ocurrieron. Sí, Warren se burló de Delaney por supuestamente hacer énfasis en lo que los demócratas no pueden o no deben hacer, pero en general, este fue un muy buen debate para él.
Elizabeth Warren: Su respuesta a Delaney fue la frase de la noche – y resume la razón de por qué a muchos demócratas les es tan importante nominar a alguien que esté dispuesto a participar en grandes batallas, sin complejos–. Y su respuesta sobre la elegibilidad – que nadie pensó que Donald Trump pudiera ganar– fue perfecta.
Donald Trump: Una conversación extendida sobre la eliminación de todos los seguros privados. Una candidatoa de primer nivel, Warren, abrazando completamente la total despenalización de la inmigración ilegal. Todo eso es música para los oídos del presidente. Recuerda que sus números en las encuestas (la aprobación a su labor nunca ha superado el 50%, etc.) sugieren que no hay un mensaje positivo que le permita ganar a Trump un segundo mandato. Lo que significa que necesita todo lo que sea posible para hacer parecer a los demócratas como faltos de conciencia y representantes de un socialismo gradual. Tuvo mucho de eso el martes por la noche.
Declaraciones de apertura: Realmente me gustó que cada aspirante tuviera la oportunidad, justo en la parte inicial del debate, de exponer quiénes son y en lo que creen. Pareció una forma centrada en políticas y muy justa para comenzar un debate de aspirantes presidenciales, y cada precandidato aprovechó bien el tiempo.
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“Turbulencia emocional” y “fuerzas psíquicas oscuras:” Dios bendiga a Marianne Williamson. La echaremos de menos en futuros debates.
PERDEDORES
Beto O’Rourke: El excongresista de Texas necesitaba un buen debate. Uno mucho mejor que el del mes pasado. Si bien se mostró con un poco de más energía que en el primer debate – su respuesta sobre la utilización de la raza como arma por parte de Trump fue el mejor momento de O’Rourke en cualquiera de los dos debates–, hubo grandes franjas esta noche en las que él simplemente desapareció de la conversación. Y muchas veces, cuando tuvo la oportunidad de hablar, sonó demasiado ensayado y acartonado, un problema que lo atormentó en el primer debate. O’Rourke ya se ha clasificado para el tercer y cuarto debate, por lo que seguiremos viéndolo. Pero si su campaña vio esto como una oportunidad para cambiar la narrativa en descenso (y en espiral) alrededor de su oferta, no creo que lo hayan entendido.
Amy Klobuchar: Pregúntate esto: si la viste, ¿qué recuerdas de la actuación en el debate de la senadora de Minnesota? ¿Quizás el énfasis en su declaración de apertura sobre su récord impecable de victorias en campañas? ¿Tal vez? Eso es un problema para Klobuchar, quien parece hacer aguas en busca de un momento o un resurgimiento. Ella no lo consiguió esta noche. Y sinceramente, realmente ni se acercó.
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Elizabeth Warren: Sí, ella está en ambas listas. Ella tuvo sus momentos, sin duda (Ver el apartado de Ganadores). Pero Sanders pareció articular mejor y con más fuerza, las posturas de política liberal que definen las dos campañas, y en repetidas ocasiones. Y su destacada posición a favor de despenalizar la inmigración ilegal avivará las preocupaciones ya existentes entre algunos demócratas de que ella está tomando posturas que podrían hacerla inelegible en una elección general.
Anécdotas: Algún consultor en algún lugar hace algún tiempo le dijo a un candidato que la mejor manera de “conectar con los votantes” es contar una historia sobre “Bill de Buffalo”, quien había tenido algún tipo de desgracia terrible y había sido atendido mal por el gobierno. ¿Estamos de acuerdo en que esta empatía con base en anécdotas debe acabar? No es algo efectivo. Se siente totalmente planificado y programado. No dice nada sobre lo que un candidato haría por el país en su conjunto. ¡Es suficiente!