(CNN) – Un alpinista pensó que había terminado la parte más difícil de su viaje por el Monte Rainier, pero estaba equivocado.
En agosto, Graham Parrington y su equipo se encontraban escalando la montaña más grande del estado de Washington, en Estados Unidos. Acababan de llegar a la cima e iban de regreso al campamento cuando sucedió. Parrington se desplomó 30 pies (más de 9 metros) a través de una grieta en el hielo.
“Íbamos de regreso, habíamos pasado las partes más peligrosas y podíamos ver nuestras tiendas de campaña”, dijo Parrington a CNN. “Y de repente desaparecí en una grieta”.
Estaba cayendo y comenzó a gritar.
“Iba rompiendo capas de nieve, lo que frenó un poco mi caída”, dijo. “Llegué al fondo y estaba colgando sobre una hoja gigante de hielo”.
Parrington solo podía escuchar a su equipo si ellos se inclinaban sobre el borde de la grieta.
En un momento, Parrington le dijo a KOMO, afiliada de CNN, se tomó una foto después de darse cuenta de que no iba a morir.
El alpinista autodidacta había escalado Rainier antes, pero el equipo con el que se encontraba esta vez no tenía tanta experiencia. Eso significaba que necesitaban ayuda para rescatarlo.
“El equipo tardó entre 15 y 20 minutos en ubicar un segundo equipo”, dijo Parrington.
La ayuda llegó en forma de un grupo de mujeres alpinistas que también acababan de llegar a la cima y se dirigían al campamento base. Parrington se puso una chaqueta impermeable y guantes mientras esperaba que los equipos enviaran ayuda.
“Es como estar en una ducha de hielo allá abajo”, dijo. “El glaciar se está derritiendo sobre ti”.
Parrington dijo que la luz era tenue, lo que dificultaba ver qué había a su alrededor. A sus pies, un sumidero parecía tan oscuro que ni siquiera se podía ver el fondo.
Una vez que se fijó el ancla, Parrington avanzó lentamente hacia la cima. Tomó 15 a 20 minutos de escalada constante pero difícil.
“Cuando llegué a la cima, nunca había estado tan feliz de ser cegado por la luz del sol”, dijo Parrington.
Parrington y los otros alpinistas continuaron su viaje de regreso por el glaciar. Durante esa siguiente parte del viaje por el glaciar, Parrington dijo que un compañero de equipo pisó otra grieta, pero afortunadamente fue capaz de evitar caer.
“No creo que ninguno de nosotros tenga prisa por regresar a un glaciar”, dijo.
Parrington contó que esta experiencia lo ha motivado a él y a algunos de sus compañeros alpinistas a recibir más capacitación antes de volver a escalar. Dijo que él y su equipo estaban preparados, pero que también tuvieron mucha suerte.
“Todos queremos minimizar la dependencia de la suerte la próxima vez que subamos”, dijo.