Carlota Prado en "Gran Hermano" en 2017.

(CNN) – Cuando se le pidió a Carlota Prado que ingresara al “confesionario” en la versión española del programa de televisión de realidad “Gran Hermano” (Big Brother), parecía una solicitud totalmente habitual.

La habitación es clave en el formato del programa, que trata de un grupo de personas viviendo juntas en una casa, observadas en todo momento por cámaras de televisión. Es allí donde los concursantes escuchan directamente al “Gran Hermano”, chismean sobre sus compañeros de casa y envían mensajes al mundo exterior.

Pero Prado fue llamada por una razón diferente. La noche anterior, tras caer inconsciente después de una fiesta con alcohol organizada para los concursantes, supuestamente fue abusada sexualmente por otro concursante, José María López. López niega las acusaciones, dijo su abogado a los medios españoles.

Sin recordar el incidente de 2017, los productores le pidieron a Prado que se reportara a la sala, donde se vio obligada a mirar el presunto abuso. Su angustiada reacción también fue grabada.

Las imágenes muestran a Prado estallando en llanto y rogando a la figura del Gran Hermano, conocida en España como Súper, que dejara de reproducir las imágenes. Se le escucha decir: “Por favor, para, Súper, por favor”, quejándose de que su corazón latía rápidamente y pidiendo algo para relajarse.

Súper luego le pide a Prado que no les cuente a los otros concursantes sobre el incidente.

Ni las imágenes del presunto abuso ni las imágenes del confesionario fueron transmitidas en ese momento, pero dos años después, ambas fueron obtenidas por el medio español El Confidencial luego de una investigación.

Desde entonces, el manejo de la situación en el programa ha provocado un escándalo en el país. La red detrás de la serie se disculpó por su respuesta, pero muchas de las principales compañías han retirado la publicidad del programa.

El episodio es particularmente doloroso en una nación que ha visto varios casos de agresión sexual profundamente divisivos en los últimos años. En el centro de este incidente se encuentra la controvertida ley española que especifica que el sexo no consensuado en el que no se utiliza la violencia o la intimidación se acusa como abuso sexual, y no el cargo más grave de violación.

La misma ley fue objeto de un intenso escrutinio luego del caso de “La Manada”, que llevó a miles de manifestantes a las calles y provocó la ira contra el sistema judicial español.

Manifestantes durante una protesta por el caso de La Manada, en 2018, en Madrid.

En tanto, algunos críticos han exigido la cancelación de “Gran Hermano” y cuestionan si la televisión de realidad –una industria que nunca ha estado lejos de provocar ira–, se haya rebajado tanto.

‘Se trata de un ser humano’

El incidente comenzó cuando el equipo nocturno de la serie se dio cuenta del presunto abuso e informó a más productores de alto nivel. Prado y López habían mantenido una relación durante el programa.

Después de la escena del confesionario, la compañía de producción dijo que Prado fue sacada temporalmente del programa para recibir apoyo psicológico y que López fue retirado del programa. Los productores también remitieron el incidente a la policía. Prado inicialmente no presentó cargos, pero posteriormente presentó una queja que está siendo investigada por un tribunal español.

El abogado de López, Antonio Madrid, le dijo a El Confidencial que su cliente estaba tratando de ayudar a Prado mientras estaba borracha, y negó cualquier acusación de irregularidades. CNN no ha podido contactar a Madrid.

Endemol Shine, la productora detrás de la franquicia “Big Brother”, con sede en el Reino Unido, le dijo a CNN: “Nos gustaría enfatizar que nunca se grabó ningún video con la intención de ser transmitido. Sin embargo, en retrospectiva, lamentamos que la conversación en la que Carlota fue informada haya tenido lugar en el ambiente del confesionario”, donde los concursantes interactúan con el personaje del Gran Hermano.

“Las imágenes solo se proporcionaron como evidencia cuando las autoridades lo solicitaron, encriptadas y protegidas”, agregó la compañía. “La decisión de no informar a los compañeros de casa del incidente, y por qué se le pidió a Carlota que no mencionara el incidente en ese momento, fue tomada por el equipo de producción de buena fe en ese momento, para proteger su privacidad y porque el incidente debía ser reportado a la policía”. CNN no ha podido comunicarse con los abogados de Prado.

Pero Honey Langcaster-James, psicóloga autorizada y directora de servicios de la organización On Set Welfare, dijo que le preocupaban mucho la forma en que se manejó el incidente.

“No es solo un concursante de un programa de televisión, es un ser humano”, dijo a CNN. “Varios miembros del equipo de producción pueden ver lo que sucede en el confesionario, ya sea desde la galería o en el set. Ese no es un ambiente controlado”.

Reacciones contra el programa

Langcaster-James ha trabajado como psicóloga consultora en la versión británica de “Big Brother”, uno de los formatos de televisión de realidad más exitosos del mundo. Ella dijo que “generalmente hay una instalación para alejar a alguien del set y de las cámaras, si recibe malas noticias de su hogar, por ejemplo”.

Pero ella dijo que el incidente arroja luz sobre un problema con el que la televisión de realidad todavía está lidiando. “Uno de los problemas con la industria de la televisión de realidad en este momento es que depende de las compañías de producción individuales juzgar qué tipo de bienestar en el set necesitan implementar”.

“El problema con eso es que las personas que no están capacitadas en salud mental o bienestar están tomando decisiones sobre qué tipo de salvaguardas deben establecerse”.

Varios incidentes en el Reino Unido han llamado la atención sobre la forma en que se maneja el bienestar de los concursantes de la realidad. La muerte de dos exconcursantes de “Love Island” y el suicidio de un invitado en “The Jeremy Kyle Show”, en particular, han provocado llamadas a hacer una revisión.

Y el mes pasado, dos programas de realidad holandeses - “The Villa” y “Temptation Island” - fueron cancelados debido a escenas controvertidas con interacciones entre los concursantes masculinos y femeninos.

Zeppelin, la unidad de Endemol Shine que produjo la serie en español, agregó que revisaría sus protocolos. “Gran Hermano” emite actualmente su séptima temporada de celebridades, y lleva 18 temporadas regulares desde su lanzamiento en 2000.

El ambiente en el que ocurrió este supuesto incidente es único, pero la ira que sustenta gran parte de la conversación en España es dolorosamente familiar a raíz del llamado escándalo de “La Manada”, por el que cinco hombres fueron acusados de abuso sexual pero no de violación. Después de más de un año de protestas en todo el país, las condenas de los hombres eventualmente fueron elevadas.

La sensibilidad fue lo suficientemente fuerte como para que numerosas compañías importantes, incluidas BBVA, Nissan y GlaxoSmithKline, abandonaran el programa una vez que estalló el escándalo.

Y Langcaster-James cree que esta reacción podría ser una buena noticia para la industria.

“La industria de la televisión es un entorno único”, dijo. “Hemos visto una sacudida de esta industria en los últimos años, y creo que es un paso positivo.

“Cada vez que sucede algo como esto, llega a la conciencia pública y nos desafía a pensar nuevamente sobre qué disposiciones de bienestar son implementadas”.