(CNN) – Una niña con una camiseta rosada se aferra a una barra de metal retorcido que sobresale de los escombros. Sus piernas están atrapadas debajo de un techo que se derrumbó durante un ataque aéreo en el noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, este jueves.
“¿Dónde está mi mamá?”, pregunta la pequeña Islam Habra, de nueve años, con su voz ahogada en lágrimas. Un rescatista de la Defensa Civil Siria (Cascos Blancos) intenta liberarla de la montaña de escombros.
“Ella está por allá”, responde Laith al-Abdullah, voluntaria de los Cascos Blancos. “No llores, cariño”, añade.
La madre de Habra murió después de que aviones de guerra lanzaran su ofensiva sobre la casa en dos ataques aéreos, conocidos como “ataques de doble toque” en los que las aeronaves de combate atacan un sitio y vuelven para volver a afectarlo, según explicaron trabajadores de rescate que hablaron con CNN. Otros dos niños, de tres y nueve años, también murieron en los hechos.
La operación de rescate de Habra fue registrada en un video que ha circulado en redes sociales y fue publicado por los Cascos Blancos.
Mientras un segundo ataque aéreo golpea el vecindario, Habra todavía permanece atrapada, pero ilesa. Al-Abdullah le habla: “¡No ha pasado nada!”. Luego, un grupo de hombres finalmente logra sacarla de los escombros.
“No podía dejar a la niña”, le relató Al-Abdullah a CNN. “Mientras intentas salvar a alguien, debes seguir hablándole hasta que termines el rescate”, explicó.
“No podíamos decirle que su madre había muerto. Tratamos de hacerla olvidar la situación en la que se encontraba”, añadió.
La madre de Habra aún estaba con vida cuando Abdullah llegó por primera vez a la escena, dijo la rescatista. Podía escuchar su voz debajo de los escombros. Pero después del segundo ataque aéreo, ella quedó en silencio. “Ya no podíamos escucharla. La mataron”.
Se han intensificado los ataque aéreos
El dramático video se produce cuando el régimen de Siria y Rusia han intensificado la artillería y los ataques aéreos en la provincia de Idlib, controlada por los rebeldes, desde este lunes. Más de 50 personas han muerto en la última ronda de ofensivas, según los Cascos Blancos, con al menos 16 muertos solo este jueves.
El domingo, el voluntario de los Cascos Blancos Anwar Humaidi perdió a su esposa y a sus tres hijos en un ataque de artillería, según el grupo de rescate.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que 50.000 sirios en Idlib han tratado de escapar a la frontera con su país en medio de la renovada campaña militar.
“Turquía ya alberga a 4 millones [de refugiados], ahora otros 50.000 se dirigen a nuestra tierra desde Idlib (Siria)”, dijo Erdogan desde la capital de Malasia, Kuala Lumpur, el jueves durante una reunión para líderes mundiales musulmanes.
Anadolu no proporcionó detalles sobre si las personas que huían de Idlib fueron admitidas en Turquía.
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Desde octubre, más de 100.000 personas en el noroeste de Siria han abandonado sus hogares, huyendo hacia el norte rumbo a la frontera turca, según los Cascos Blancos. Ha habido un nuevo aumento en las últimas 48 horas, añadió el grupo de rescate.
Según las cifras de la ONU, la provincia de Idlib es el hogar de más de 1,1 millones de los 6,1 millones de desplazados internos de Siria. Los campos de refugiados, muchos de los cuales se encuentran cerca de la frontera con Turquía, están con sobrepoblación y no tienen la capacidad de albergar a los miles que ahora buscan un lugar más seguro.
El gobierno de Siria y sus partidarios rusos atacan rutinariamente el área, argumentando atacar a “terroristas” en el área controlada por los rebeldes.
Idlib es un lugar complejo en términos políticos y humanitarios. Los rebeldes de las áreas recuperadas por el régimen en los últimos siete años han sido transportados aquí, muchos de ellos yihadistas. Los combatientes incluyen una mezcla de extranjeros, incluidos uigures chinos, chechenos y uzbekos. El antiguo afiliado sirio de Al Qaeda, renombrado Hayat Tahrir al-Sham, tiene una fuerte y creciente presencia en el área.