Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(CNN Español) – El New York Post, que no es famoso por la seriedad de sus portadas, recientemente tuvo una muy ingeniosa: un brazo con su mano salía de la tierra y un titular grande decía: “¡Está vivo!”.
Se refería a Joe Biden, precandidato demócrata que acababa de desplazar a casi todos los aspirantes que permanecían en la competencia y a quien se daba por liquidado.
En la ronda de renuncias más reciente le tocó el turno a Tom Steyer, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar, Mike Bloomberg y Elizabeth Warren. A excepción de Steyer y Warren, quien aún no ha decidido, los otros han apoyado a Biden y eso explica sus expectativas de un triunfo futuro.
Con peso real solo quedó Bernie Sanders, pero mi impresión es que será derrotado ampliamente por Biden en las próximas primarias. La estocada final, si no obtiene suficientes votos, se la darán en la convención general del Partido Demócrata.
La estrategia que seguirá Donald Trump, ante la eventualidad de enfrentarse a Biden, será decir que la maquinaria del partido aplastó a los jóvenes llamados millennials, es decir, los nacidos entre 1981 y 1996.
Es verdad que los jóvenes, en grandes cantidades, apoyan a Sanders, pero opino que el Partido Demócrata representa más intensamente la variedad de la sociedad estadounidense actual.
La mayoría de las mujeres, los homosexuales, los negros, los judíos, los universitarios, los hispanos, etcétera; cuando tenga que elegir entre Trump y Biden, preferirá al vicepresidente de Barack Obama.
Estados Unidos dejó de ser una nación definida por la población imprecisamente llamada “anglosajona”, para convertirse en un universo de más de 325 millones de personas de todas las razas, etnias y creencias religiosas posibles, incluidos el ateísmo y el agnosticismo.
Esa población, opino, se parece mucho más a Joe Biden que a Donald Trump.