Nueva York (CNN Business) – El mercado petrolero, acostumbrado a tener altas y bajas, está experimentando uno de sus momentos más oscuros en la historia.
La demanda de petróleo está colapsando debido a la crisis del coronavirus. La oferta se está reduciendo, pero no lo suficientemente rápido.
El mundo literalmente se está quedando sin espacio para almacenar barriles innecesarios de petróleo que se acumulan durante la pandemia de coronavirus. Ese problema de almacenamiento es tan grave que hizo que los precios del petróleo se volvieran negativos esta semana por primera vez.
La caída está forzando un ajuste de cuentas en la industria petrolera, uno doloroso. Muchos productores de esquisto bituminoso han cancelado los planes de perforación. Otros se han visto obligados a cerrar pozos activos. Algunos no sobrevivirán en absoluto.
Pero el violento reajuste en el mercado petrolero podría ser tan exagerado que preparará el escenario para un aumento en los precios. Cuando la demanda se recupere, si eso ocurre, es posible que no haya suficiente oferta para satisfacerla.
“Estamos en un quiebre épico. Por difícil que sea creerlo, el siguiente paso es un boom”, dijo Pavel Molchanov, analista de energía de Raymond James.
Unos 3.600 millones de personas se encuentran bajo órdenes de confinamiento en todo el mundo, estima Molchanov. Los vuelos de pasajeros han sido cancelados. Muchas fábricas están cerradas. Se espera que la demanda mundial de petróleo caiga en un récord de 9,3 millones de barriles por día en 2020, según la Agencia Internacional de Energía.
Pero eso no durará para siempre. En algún momento, el mundo volverá a tener sed de petróleo.
“Cuando la demanda regrese a algo cercano a los niveles normales, es muy posible que haya una situación de escasez en 2021”, dijo Molchanov.
Precios bajo cero
La OPEP, Rusia y un grupo de otros países productores de petróleo ya acordaron una reducción récord de la producción de 10 millones de barriles a partir de mayo. Las fuerzas del mercado están causando que los productores no pertenecientes a la OPEP, liderados por Estados Unidos, reduzcan de manera similar la producción.
El impactante colapso del petróleo estadounidense a US$ -40 agregó un signo de exclamación al problema que enfrenta la industria. Los futuros del petróleo requieren que los titulares de un contrato reciban la entrega de barriles cuando expire el contrato. Pero nadie quería recibir el crudo en mayo, cuando la capacidad de almacenamiento puede agotarse. Incluso si no se agota, los costos de almacenamiento se han disparado.
“Los titulares de contratos de mayo estaban efectivamente dispuestos a pagarle a alguien para sacarlos de sus posiciones largas … para evitar que les entreguen crudo el próximo mes”, escribió el lunes el analista de Goldman Sachs Damien Courvalin en una nota a los clientes.
Paul Sankey, analista de Mizuho, dijo el martes que los futuros del petróleo en Estados Unidos podrían “muy posiblemente” colapsar a $ -100 en mayo.
“La realidad física del petróleo es que es difícil de manejar, volátil, potencialmente contaminante y realmente inútil sin una refinería”, escribió Sankey en un informe a los clientes. “Si tuviera un barril de petróleo apestoso en su patio trasero, ¿le pagaría a alguien US$ 100/barril para que se lo llevara? Sí, y probablemente se sentiría aliviado de que no le cobraran US$ 300”.
Colapso récord para el esquisto estadounidense
En ese contexto, el suministro de petróleo claramente debe descender a un ritmo impresionante.
La hidrofracturación o fracking estadounidense está en camino de sufrir su mayor caída mensual en la historia, según Rystad Energy. El número total de operaciones de fracking iniciadas caerá un 60% en abril desde su pico a principios de este año.
“En última instancia, con una cantidad limitada de almacenamiento por llenar, la producción pronto tendrá que caer considerablemente para equilibrar el mercado”, escribió Goldman Courvalin, “preparando finalmente el escenario para precios más altos una vez que la demanda se recupere gradualmente”.
¿Qué tan altos? Molchanov dijo que el petróleo podría llegar a US$ 50 a US$ 60 el próximo año y “potencialmente más que eso”. Goldman Sachs predijo anteriormente que el petróleo podría subir “muy por encima” de US$ 55 en 2021.
“Esta inflexión se desarrollará en cuestión de semanas, no meses, con el mercado probablemente obligado a equilibrarse antes de junio”, escribió Courvalin.
Las empresas están reduciendo la producción de dos maneras. Primero, están recortando sus planes de gastos para perforar pozos nuevos e incompletos. Por ejemplo, ExxonMobil redujo su gasto en 2020 en un 30%, incluido un gran enfoque en el campo petrolífero de esquisto bituminoso de la Cuenca Pérmica en el oeste de Texas.
En segundo lugar, y todavía más importante, las compañías petroleras están cerrando los grifos de los pozos activos a través de un proceso doloroso conocido como “shut-ins” o “cierres”. Y no hay garantía de que esos grifos puedan volver a funcionar a plena capacidad.
“Tomará tiempo y dinero volver a encenderlos. No es como un interruptor de luz”, dijo David Trainer, director ejecutivo de New Constructs, una firma de investigación de inversiones con sede en Nashville.
Bancarrotas a la vista
Algunos argumentan que los pozos de petróleo de esquisto bituminoso se dañarán durante los cierres forzados, lo que hace que sea más difícil volver a encenderlos. Eso podría limitar la capacidad de las compañías estadounidenses de esquisto para responder a una mayor demanda.
“Eso es un comodín”, dijo Jeff Wyll, analista senior de energía de Neuberger Berman. “El fracking es un fenómeno nuevo en el mercado petrolero. Simplemente hay menos datos disponibles”.
Y algunas compañías pueden no estar disponibles para volver a abrir los grifos.
En un entorno petrolero de US$ 20, 533 compañías estadounidenses de exploración y producción petrolera se declararán en bancarrota a fines de 2021, según Rystad Energy. Incluso en un entorno de US$ 30, más de 200 productores estadounidenses irán a la quiebra, dijo Rystad.
En lugar de reestructurarse en los procedimientos del Capítulo 11, es posible que algunas de estas compañías no puedan obtener financiamiento para mantenerse con vida. Se verán obligadas a una liquidación total.
“Cuando la demanda vuelva a estar en línea, no habrá tanta gente allí para producir el petróleo”, dijo Trainer.
Algunas compañías que sobrevivan y tengan pozos sin daños pueden dudar en aumentar agresivamente la producción.
“No es que las compañías petroleras se apresuren a volver a activar el suministro para que puedan terminar en la misma situación. Esperarán para estar seguras”, dijo Trainer.
¿Qué pasa si la demanda no se recupera?
Pero esta tesis alcista depende de una fuerte recuperación de la demanda, a cerca de los 100 millones de barriles por día que el mundo consumía antes de la crisis. Y eso no es algo seguro.
Existe un riesgo real de una recesión más prolongada que limite la demanda de petróleo en Estados Unidos y en todo el mundo durante un período prolongado. En ese escenario, los precios podrían mantenerse bajos.
Una de las grandes preocupaciones es que una segunda ola de infecciones por coronavirus ataque durante la segunda mitad de 2020, lo que dificultaría cualquier recuperación. El director de los Centros para el Control y Protección de Enfermedades de Estados Unidos advirtió el martes en una entrevista con The Washington Post que una segunda ola será más desastrosa porque probablemente coincidirá con el inicio de la temporada de gripe.
Eso podría forzar un retorno a las órdenes de distanciamiento social y confinamiento que paralizaron el mercado petrolero en primer lugar.
“Uno de los mayores riesgos para el mercado petrolero es un falso reinicio de la economía”, dijo Wyll de Neuberger.
Nadie sabe con seguridad cuál será el panorama de la demanda. Gran parte estará determinada por la trayectoria de la pandemia y la disposición de las personas a regresar a actividades previas a la crisis como viajes por carretera, cruceros y vuelos.
Trainer, el director ejecutivo de New Constructs, está apostando a que lo harán.
“Somos criaturas sociales. Vamos a querer volver a la normalidad”, dijo. “Hay una cantidad significativa de la población que se divertirá como si fuera 1999. Están sentados en casa aburridos”.