(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reflexionado en repetidas ocasiones acerca de que tiene una facilidad para la ciencia y la medicina. Incluso, ha dicho que, si su vida hubiera tenido un camino diferente, podría haberse destacado dentro de esos campos en lugar de los negocios y la política.
“Esto me gusta. Realmente lo entiendo”, afirmó Trump después de visitar los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) a principios de marzo. “La gente se sorprende de que lo entienda. Cada uno de estos médicos me dijo: ‘¿Cómo sabes tanto sobre esto?’ Quizás tenga una habilidad natural. Quizás debería haber hecho eso en lugar de lanzarme a presidente”, añadió.
Anteriormente, en 2018, cuando se refirió a la amenaza de la crisis climática, Trump sostuvo esto:
“No, no. Algunos dicen eso y otros dicen algo diferente. Quiero decir, tienes científicos en ambos lados. Mi tío fue un gran profesor en MIT [el Instituto Tecnológico de Massachusetts] durante muchos años. Dr. John Trump. Y no hablé con él sobre este tema en particular, pero tengo un instinto natural para la ciencia, y diré que hay científicos en ambos lados del asunto”.
Y, durante la campaña electoral en 2016, Trump señaló que su tío “supergenio” –el Dr. John Trump– ya le había explicado a él la energía nuclear hacía más de tres décadas. “Mira, teniendo la [energía] nuclear… mi tío fue un gran profesor, científico e ingeniero, el Dr. John Trump en MIT. Son buenos genes, muy buenos genes, está bien, muy inteligentes, la Wharton School of Finance, muy bueno, soy muy inteligente”, dijo el ahora presidente de sí mismo.
Todo lo anterior nos lleva a la noche de este jueves en la sala de prensa de la Casa Blanca cuando Trump –quien, solo para recordarlo, no es de hecho ni un médico ni un científico– reflexionó sobre los posibles tratamientos para el coronavirus. Y aquí está lo que dijo (sí, es largo pero necesitas leer cada palabra):
“Entonces, suponiendo que le ponemos al cuerpo una luz tremenda –ya sea ultravioleta o simplemente una luz muy poderosa–, y creo que dijiste que eso no se ha probado, pero vas a ponerlo a prueba. Y entonces digo: suponiendo que metes esa la luz dentro del cuerpo, lo cual puedes hacer a través de la piel o de alguna otra manera, y creo que dijiste que también vas a probar eso. Suena interesante…”
“… Correcto. Y luego veo el desinfectante, que lo elimina [el coronavirus] en un minuto. Un minuto. ¿Y existe alguna manera de que podamos hacer algo así, con una inyección en el interior, casi una limpieza? Porque ves que eso se mete en los pulmones y hace un número tremendo en los pulmones. Por lo tanto, sería interesante comprobar eso. Entonces, vas a tener que acudir a médicos. Pero suena, me parece interesante”.
“Entonces, ya veremos. Pero todo el concepto de la luz, la forma en la que mata en un minuto, eso es, eso es bastante poderoso”.
Para que quede absolutamente claro: lo que el presidente de Estados Unidos –de nuevo, que no es médico– sugiere es esto:
1) Ingerir –o de alguna manera insertar– una fuente de luz ultravioleta en tu cuerpo.
2) Inyectar un desinfectante en tu cuerpo para lograr una “limpieza” en tus pulmones.
Todo esto sería muy gracioso –en la manera de ‘quién tomaría en serio a este tipo’– si Donald Trump no fuera el presidente de Estados Unidos, si no estuviéramos en medio de una pandemia en la que la gente ya ha mostrado estar dispuesta a hacer cualquier tipo de locuras para “curarse” y si Donald Trump no fuera el presidente de Estados Unidos. (Sí, lo dije dos veces. Es muy importante).
Como Donald Trump es el presidente de Estados Unidos, sus comentarios ridículos tuvieron que ser aclarados de inmediato por personas serias, ante el temor de que la gente tome en serio las reflexiones de un hombre que –en caso de que lo hayas olvidado– no es un médico. La Agencia de Protección Ambiental se vio obligada a emitir una declaración acerca de los desinfectantes que debería ser obvia para cualquier persona con un cerebro funcional:
“Nunca apliques el producto a otros ni a ti mismo. No ingieras productos desinfectantes”.
Los fabricantes de Lysol hicieron lo mismo: “Debemos ser claros en que bajo ninguna circunstancia nuestros productos desinfectantes deben administrarse al cuerpo humano (mediante inyección, ingestión o cualquier otra vía)”, advirtieron en un comunicado. “Como con todos los productos, nuestros productos desinfectantes y de higiene solo deben usarse según lo previsto y de acuerdo con las pautas de uso”, insistieron.
Ahora. Respira profundamente. Regresa y lee esos últimos párrafos. Y ten presente que una agencia gubernamental y uno de los mayores fabricantes de productos desinfectantes del mundo fueron puestos en esa posición por este presidente, para poder responder a su idea sobre la ingestión o inyección de desinfectantes y rayos ultravioleta en tu cuerpo para combatir el coronavirus.
El nivel de irresponsabilidad demostrado este jueves por Trump está literalmente más allá de lo creíble. Está bien mostrarse como un tipo realmente inteligente que capta los conceptos rápidamente. Incluso llegar sugerir que como tuviste un tío que era un científico inteligente, entonces tú –debido a la genética o algo así– también tienes un don para estas cosas. Pero es algo completamente diferente pararse frente al público estadounidense, en la Casa Blanca de verdad con médicos reales a su alrededor, y hablar sobre sus reflexiones médicas.
Para nadie fue una sorpresa que Trump intentara pasar por alto sus ideas de este jueves como una broma… o tratando de confundir a la prensa.
Cuando este viernes se le preguntó acerca de sus comentarios, el presidente dijo, “por supuesto” que no está alentando a los estadounidenses a inyectarse desinfectante. “Se dijo sarcásticamente. Fue formulado como una pregunta a un grupo de personas extraordinariamente hostiles, a saber, los medios de comunicación de noticias falsas”, respondió.
Incluso si eso fuera cierto –no es como que se pueda identificar en el video que el tono de Trump el jueves fue sarcástico– resultaría profundamente irresponsable. Porque significaría que el presidente hizo circular deliberadamente información peligrosa como una especie de prueba para los periodistas.
Aquí está el asunto: la gente tomará en serio lo que Trump dijo. A pesar de que casi ciertamente solo pensó en su idea de inyectar desinfectante mientras estaba parado en el podio, y, de nuevo, como recordatorio, no es un médico real. Sus palabras, como hemos visto una y otra vez durante los últimos tres años, tienen influencia e impacto, porque él es el presidente de Estados Unidos.
Entonces, que Trump no entienda eso, o que no le importe, es, francamente, peligroso.