Nota del editor: Jeffrey D. Sachs es profesor y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. Las opiniones expresadas en este comentario son las del autor. Ver más artículos de opinión en CNNe.com/opinion
(CNN) – La gran mentira de la administración Trump es que China es la causa de los problemas de EE.UU. El meme ha funcionado durante un tiempo, ya que juega con la complacencia estadounidense de que, si China tiene éxito, debe ser que están haciendo trampa.
Trump y sus aliados de derecha aumentaron este juego recientemente al afirmar que la pandemia de covid-19 fue el resultado de un contagio accidental en un laboratorio chino y que el “encubrimiento” de Beijing bloqueó una respuesta global efectiva.
Según CNN, los hallazgos aún secretos de las agencias de inteligencia de Five Eyes (Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá) arrojan agua fría sobre esta hipótesis. También lo hace el principal experto en enfermedades infecciosas de Trump, el Dr. Anthony Fauci.
Sin embargo, el domingo pasado, el secretario de Estado Mike Pompeo afirmó: “Hay una cantidad significativa de evidencia de que esto provino de ese laboratorio en Wuhan”.
Tales cargos de la administración de Trump y del senador Tom Cotton de Arkansas son imprudentes y peligrosos. Podrían empujar al mundo a un conflicto del mismo modo que las mentiras de la administración Bush sobre las armas de destrucción masiva en Iraq empujaron a EE.UU. a la guerra en 2003.
En caso de que las agencias de inteligencia y el análisis científico independiente derriben las afirmaciones de la administración de Trump, como ahora parece probable, recordarían el final de la era de McCarthy. Trump es nuestro actual senador Joseph McCarthy, quien usa mentiras e insinuaciones para asustar a los estadounidenses. El notorio abogado de McCarthy, Roy Cohn, quien también era un mentiroso patológico, era el abogado y mentor de Trump.
McCarthy no conocía límites para sus mentiras y, eventualmente, afirmó que el ejército de EE.UU. era blando con los comunistas. El ejército expuso las mentiras de McCarthy y, en palabras inmortales, el abogado del ejército Joseph Welch puso fin a la carrera del legislador. “Hasta este momento, senador, creo que nunca calculé su crueldad o su imprudencia … Usted ha hecho demasiado. ¿No tiene sentido de la decencia?”
Los cargos de la derecha contra China no tenían sentido. Primero, algunos conservadores estadounidenses manifestaron que el coronavirus podría haber sido un arma biológica china, una afirmación que fue rápidamente derribada por los científicos al analizar el virus. Luego, dijeron que el virus fue liberado accidentalmente en el Instituto de Virología de Wuhan, y posteriormente encubierto. Eso también fue ilógico.
El virus estuvo circulando en Wuhan durante semanas y finalmente mató a miles de chinos. En la confusión del momento, Wuhan organizó un importante evento de Año Nuevo el 18 de enero que propagó el virus. ¿Por qué las autoridades chinas harían algo así si supieran, y estuvieran encubriendo, el error cometido por un laboratorio varias semanas antes? La respuesta real es casi seguro que todavía estaban en la oscuridad en las primeras fases de la guerra contra el nuevo virus.
De hecho, ni la biología ni la cronología apoyan la historia del laboratorio. Los biólogos señalan que el laboratorio de Wuhan ni siquiera tenía el covid-19 en estudio. El virus es de un tipo que se origina en los murciélagos, pero este patógeno pudo haber tenido un huésped mamífero intermedio, tal vez uno que se comercializó en el mercado de animales vivos de Wuhan. El mismo implicado en la mayoría de los casos que aparecieron antes del 1 de enero de 2020. El mercado de Wuhan se cerró el 1 de enero después del brote inicial. También puede ser que los primeros casos humanos ni siquiera se originaron en Wuhan y fueron traídos al mercado de la ciudad por una persona infectada que viajaba desde el oeste de China.
Aparte de la teoría del origen del virus en un laboratorio, la administración Trump y los medios conservadores también acusan a China de encubrir el brote de manera más general durante semanas. Sin embargo, considere el registro. Los médicos en Wuhan notaron por primera vez casos inusuales de neumonía viral a mediados de diciembre. Los funcionarios de salud de Wuhan notificaron a la oficina de la Organización Mundial de la Salud en China el 31 de diciembre. La agencia de salud de China llamó a los CDC de EE.UU. el 3 de enero. El genoma fue completamente secuenciado y publicado en línea el 11 de enero, y Wuhan fue bloqueado el 23 de enero.
Dada la inevitable confusión temprana sobre una nueva enfermedad que nunca antes se había visto, es una línea de tiempo rápida. ¿Hubo errores? El 30 de diciembre, el Dr. Li Wenliang envió a sus colegas médicos una advertencia de un nuevo brote que se parecía al SARS. Su valiente advertencia fue correcta en esencia, incluso cuando la enfermedad resultó ser nueva. Sin embargo, la Oficina de Seguridad Pública de Wuhan obligó al Dr. Li a firmar una declaración admitiendo que había perturbado el orden público.
Trágicamente, el Dr. Li sucumbió a la enfermedad en febrero. En marzo fue exonerado por una investigación nacional. Además, las autoridades chinas esperaron hasta el 20 de enero para declarar definitivamente que el virus se transmitía de humano a humano. Esto también fue un error, un trágico retraso de varios días que puedo haber sido el resultado de una esperanza incorrecta y poco realista de que cerrar los mercados de animales vivos de Wuhan detendría la enfermedad, o de incertidumbres más generales. O el deseo de no interrumpir el comienzo del Año Nuevo Chino.
Pero en lugar de reconocer la rápida línea de tiempo general que culminó con el aislamiento de Wuhan el 23 de enero, Trump ha jugado rápido y mal con los hechos, en lo que respecta a la responsabilidad de Beijing. Una característica de los ataques de Trump contra China. Por ejemplo, la administración ha afirmado en repetidas ocasiones que Huawei y otras compañías chinas de alta tecnología son amenazas directas para la seguridad de EE.UU., sin proporcionar ninguna evidencia directa. Es por eso que los aliados más cercanos del país, como el Reino Unido y Alemania, han tomado una dirección diferente, y continúan haciendo negocios con Huawei y cooperando de manera más general con China.
El resultado final de la epidemia y el triste fracaso de Trump es este. El 31 de diciembre de 2019, China notificó a la OMS. El 23 de enero, China cerró a Wuhan. El 30 de enero, la OMS declaró una emergencia mundial de salud pública.
Al 30 de enero, todavía no había una sola muerte de covid-19 en EE.UU. Se cree que la primera ocurrió el 6 de febrero.
Ahora hay más de 71.000 muertes en EE.UU.
Hubo muchas advertencias, señores Trump y Pompeo. Hasta este momento, los estadounidenses no han evaluado completamente su imprudencia. Ustedes han hecho demasiado. ¿No tienen vergüenza?