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Los puntos débiles de Joe Biden frente a Donald Trump, según exembajador mexicano
01:43 - Fuente: CNN

(CNN) – La Convención Nacional Republicana se pone en marcha este lunes en Estados Unidos. Con los ojos del mundo político centrados en lo que hará el presidente Donald Trump, y si cambiará la trayectoria de su carrera por la reelección, dedico el boletín dominical de esta semana a echar un vistazo a los cinco discursos más importantes de la Convención Nacional Republicana. Y están clasificados, por lo que el discurso número uno es el más importante de la próxima convención.

5. Melania Trump:

Si bien no es probable que el discurso de la primera dama el martes por la noche tenga un impacto importante en el panorama político, será, sin duda, uno de los discursos más vistos de las cuatro noches de la convención.

Para empezar, la gente está infinitamente fascinada por Melania Trump. Rara vez habla en público. Y su discurso en la convención republicana de 2016 estuvo envuelto en controversia después de que la campaña admitiera que algunas partes de su alocución habían sido tomadas directamente del discurso de la entonces primera dama Michelle Obama en la Convención Nacional Demócrata de 2008.

Como informó Kate Bennett de CNN la semana pasada sobre el discurso planeado de la primera dama:

“Esta vez la primera dama está de nuevo optando por no utilizar un equipo profesional de redacción de discursos para su alocución en la convención, confiando en su pequeño círculo de personal, según un estratega republicano, quien habló de forma anónima para preservar las relaciones laborales dentro de la Casa Blanca”.

Bennett también señaló que no se espera que la primera dama sea un sustituto importante de su esposo en la campaña electoral este otoño. Así que esta puede ser la última vez que escuchamos de ella en algo más que un fragmento aquí y allá antes de que los votantes se dirijan a las urnas el 3 de noviembre.

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4. Donald Trump, Jr.:

El hijo mayor del presidente ha sido abierto sobre su interés en postularse para un cargo en algún momento en un futuro no muy lejano. Su discurso del lunes por la noche será la prueba más grande para esas ambiciones hasta ahora.

Si no estás familiarizado con el tipo de discurso que pronunciará Junior, aquí tienes un breve adelanto: Imagina el discurso más trumpista de Donald Trump. Luego multiplica eso por 10. Eso te lleva al universo general de donde vendrá el discurso de Jr.

Trump Jr., para cualquiera que, digamos, siga su cuenta de Instagram, es esencialmente un troll de derecha. Pero uno que también es, como señalé anteriormente, el hijo mayor del presidente de Estados Unidos.

Si bien el tipo de discurso enérgico por el que se conoce a Trump Jr. funcionaría mejor con una audiencia en vivo atizada por su retórica exagerada, mi conjetura es que no regulará las cosas ni un ápice.

El discurso, casi sin importar lo que diga, será elogiado por el ala Trump del partido. Y probablemente anime a Jr. a inclinarse aún más hacia sus ambiciones políticas nacionales.

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3. Mike Pence:

En cierto modo sabes lo que vas a recibir del vicepresidente en este momento: un discurso cargado de elogios para el presidente Trump como el presidente y líder más grande de la historia del tiempo y el espacio.

Pence ha entendido desde que aceptó la nominación a vicepresidente que su futuro destino político –que él quiere que pase por el escritorio en la Oficina Oval– descansa en la lealtad total a Trump con la esperanza de ser el heredero político elegido por el presidente.

La única pregunta entonces para mí en el discurso de Pence es si él intentará delinear algún tipo de visión de cómo sería una presidencia de Pence o una visión de Pence del Partido Republicano.

Antes de aceptar el puesto de vicepresidente, Pence era una de las voces conservadoras sociales más abiertas dentro del Partido Republicano y alguien que impulsaba la necesidad de presupuestos equilibrados y responsabilidad fiscal.

En los últimos cuatro años ha minimizado muchas de esas posiciones pasadas para estar de acuerdo y llevarse bien con Trump, quien realmente no las comparte. Pero si alguna vez hubo un momento, y una plataforma de alto perfil, para que Pence dejara en claro lo que él representa y cómo se vería Estados Unidos bajo un presidente Pence, este parecería serlo.

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2. Nikki Haley:

Si bien continúa la especulación (desinformada) de que Trump hará un cambio esta semana y reemplazará al vicepresidente Mike Pence con la exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, eso no va a suceder.

Pero el discurso de Haley sigue siendo muy, muy importante, y será el discurso más vigilado además de aquel del presidente.

¿Por qué? Porque se espera que Haley sea candidata presidencial por derecho propio en 2024, ya sea que Trump gane en noviembre o no.

Y al menos por el momento, lo haría desde una posición única: alguien que de alguna manera se las ha arreglado para ofrecer algunas críticas a Trump sin terminar en el lado equivocado de una diatriba de Twitter.

Haley dejó la administración en octubre de 2018 con la más rara de las cosas del menos que magnánimo Trump: una despedida en la Oficina Oval. Trump elogió a Haley por hacer un “trabajo fantástico” y le ofreció la oportunidad de regresar a la administración en el papel que ella considerara conveniente.

A pesar de esa despedida, Haley, ocasionalmente, ha estado dispuesta a criticar a Trump desde que se fue. A raíz de sus comentarios despectivos sobre el distrito congresional del área de Baltimore del difunto representante Elijah Cummings, Haley tuiteó: “Esto es tan innecesario”, con un emoji de ojos girando.

Entonces, en un discurso que claramente trata sobre las elecciones de 2024 (y cómo se verá el partido después de Trump), ¿dónde aterriza Haley en cuanto al presidente? Ella, obviamente, no usará su discurso para golpearlo. (No la habrían invitado a hablar si ese fuera el plan). Pero, ¿simplemente afirmará su enfoque decididamente poco conservador de la gobernanza, o usará la plataforma para delinear cómo sería el haleyismo?

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1. Donald Trump:

Bueno, claro.

A diferencia de la convención demócrata de la semana pasada, donde el partido tenía varias estrellas políticas importantes (Barack y Michelle Obama, la recién anunciada candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris) y estrellas de la música (John Legend, Billie Eilish, Jennifer Hudson), en el lado republicano solo hay una verdadera estrella comercial: Donald Trump.

Y el presidente lo sabe. (Es un experto en el poder de las estrellas y lo que hace que la gente vea televisión). Es por eso que se espera que aparezca en algún momento de las cuatro noches de la convención, incluido el jueves, cuando pronuncie su discurso de aceptación formal.

(El asesor de campaña de Trump Jason Miller dijo el domingo en “Meet the Press” que el presidente “hablaría en varias partes durante cada una de las noches”).

No importa cuántas veces veamos a Trump antes del jueves por la noche, y mi suposición es que lo vamos a ver MUCHO, es su discurso de cierre de la convención lo que más importa.

Trump tiene que encontrar alguna manera de replantear la carrera en ese discurso porque, si no lo hace, parece encaminarse hacia una derrota en noviembre.

Sus intentos de pintar a Joe Biden como fuera de sí mismo y mentalmente incapacitado para el trabajo recibieron un gran golpe la semana pasada con el discurso de aceptación extremadamente fuerte del ex vicepresidente. El coronavirus se ha ralentizado un poco en todo el país, pero Estados Unidos continúa liderando el mundo en casos y muertes, mientras que la mayoría de los estadounidenses desaprueba cómo Trump está manejando la pandemia.

Trump y sus asesores han prometido una convención más optimista de lo que describieron como decepcionante reunión de los demócratas la semana pasada. Pero, ¿es eso lo que la gente, aún temerosa del coronavirus y luchando por la recesión económica que ha causado, realmente quiere?