El plan elaborado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid detalla que los alumnos a partir de los seis años deberán llevar de forma obligatoria una mascarilla puesta en el centro educativo, incluido en las clases. Para facilitar esta medida, el ejecutivo regional repartirá 9.500.000 de mascarillas entre los alumnos y docentes durante el primer trimestre del curso. Esta medida higiénica se complementará con el reparto de 650.000 litros de gel hidroalcohólico.
Respecto a las clases presenciales, las etapas educativas que comprenden Educación Infantil, Primaria, Especial y el primer ciclo de Secundaria retomarán sus compromisos educativos con aulas presenciales, si bien éstas se reducirán a grupos de 20 alumnos o respetando la distancia física de 1,5 metros entre ellos.
Desde el segundo ciclo de Educación Secundaria hasta Formación Profesional y Educación para Adultos, las clases se impartirán de forma semipresencial. Para ese fin se establece que deberán acudir días alternos a clase y complementarlos con formación en línea.
Para garantizar la seguridad de esta vuelta a las clases, la Comunidad de Madrid se ha comprometido a realizar pruebas voluntarias de anticuerpos a más de 100.000 docentes y personal de apoyo de los centros madrileños. Las pruebas diagnósticas se completarán con una PCR en caso de que se obtengan resultados positivos.
Sin embargo, también se tendrá en cuenta a los estudiantes para incluirlos en un estudio serológico. En éste, el gobierno regional pretende realizar cerca de 42.500 tests a 13.000 estudiantes y 1.500 profesores en tres momentos diferentes.
Éstas y otras medidas que contemplan la contratación de 11.000 docentes, inversión en tecnología y digitalización de los centros escolares tendrán un coste de 370 millones de euros (más de US$ 437 millones), según informa el Gobierno de la Comunidad de Madrid.