(CNN) –– Un importante grupo de pediatras señaló que los simulacros realistas de tiroteos activos pueden traumatizar innecesariamente a los niños, y las escuelas deberían dejar de implementarlos.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) detalló esta semana, en una declaración de política, los riesgos que tienen los entrenamientos de tiroteos que simulan un ataque y los simulacros que los estudiantes creen son crisis reales. Ambos tipos de ejercicios pueden causar daño psicológico a los estudiantes e incluso obstaculizar la toma de decisiones de los profesores en crisis reales, indicó la AAP.
Se necesita más investigación sobre cómo preparar mejor a los estudiantes y profesores para enfrentar un tiroteo escolar, sostuvo la asociación. Los niños y los adolescentes deben participar en algunos simulacros que los capaciten para las crisis, dijo la AAP, pero no cuando esos ejercicios podrían hacer más daño que bien.
Los simulacros típicos de disparos pueden buscar que los estudiantes se escondan en una parte de su salón de clases y se mantengan en silencio. Las variaciones más intensas pueden representar un tiroteo, y algunos ejercicios incluso se pueden realizarse sin previo aviso a los estudiantes y padres.
En su declaración de política, publicada en la revista Pediatrics, la AAP advirtió en contra de los simulacros de tiroteos de “alta intensidad”, que pueden utilizar armas reales, disparos y maquillaje para representar heridas de bala o sangre.
Los simulacros de tiroteos activos a menudo se planifican sin la participación de expertos que puedan abordar las necesidades de los niños pequeños, los que han sufrido traumas y los menores discapacitados. Los estudiantes solo deben ser incluidos en simulacros diseñados para su beneficio, insistió la AAP, no solo para el beneficio de los maestros.
Simulacros intensos podrían dificultar el juicio, según la AAP
Los simulacros de tiroteos buscan preparar a los profesores y estudiantes para el potencial escenario de disparos en la escuela, pero algunas de las tácticas que enseñan pueden ser peligrosas. Según la AAP, dicha capacitación puede dar a los niños y adultos la “ilusión de control” si enfrentan crisis, lo que podría ponerlos en peligro o lastimas a otros.
También hay evidencia de que los entrenamientos intensos podrían incluso obstaculizar la toma de decisiones por parte del personal adulto: la AAP citó un estudio de una organización sin fines de lucro de seguridad escolar que realizó más de 8.000 simulacros de video y audio. La organización descubrió que el personal de la escuela que completó el entrenamiento de tiroteo diseñado para tomar decisiones en el momento tuvo casi el doble de probabilidades de optar por las decisiones equivocadas en una crisis en comparación con el personal no capacitado que se basó en el sentido común.
“Es posible, e incluso probable, que otros esfuerzos de preparación bien intencionados puedan provocar inadvertidamente que niños y adultos se pongan en peligro adicional en una situación de crisis”, sostuvo la AAP. “A los niños (y adultos) se les podría enseñar a luchar contra un intruso fuertemente armado, cuando huir o esconderse sería una respuesta más apropiada”.
Luego está el simulacro para el que los estudiantes no están preparados. La AAP describió una experiencia en una escuela secundaria que “engañó” a sus estudiantes haciéndoles creer que estaban en medio de un tiroteo. Los alumnos vomitaron, se desmayaron e incluso escribieron “notas de despedida” a sus padres cuando creyeron que estaban siendo atacados. Los niños escaparon saltando vallas y corrieron en estampida en los pasillos.
Estas crisis de alta intensidad pueden hacer que los estudiantes vean a los adultos y compañeros como “asesinos potenciales” y podrían aumentar su ansiedad. La AAP recomendó a las escuelas eliminar los simulacros que “engañan” a los estudiantes y padres.
Los simulacros futuros deben incorporar las opiniones de los estudiantes, añadió la asociación, y los estudiantes deben poder optar por no participar en los simulacros si se sienten incómodos.
Activistas de seguridad de armas condenan los simulacros
Los simulacros de tiroteos se han convertido en una parte cada vez más normal del plan de estudios escolar para los estadounidenses. Durante el año escolar 2015-2016, alrededor del 95% de las escuelas instruyeron a los estudiantes sobre los procedimientos de cierre de emergencia, según un informe del Departamento de Educación de EE.UU.
Pero tanto los maestros como los defensores de la seguridad de armas de fuego los han calificado como traumáticos. En febrero, cuando aún se impartían clases presenciales, la Federación Estadounidense de Maestros y la Asociación Nacional de Educación se unieron con Everytown for Gun Safety, una coalición que trabaja para poner fin a la violencia armada, para condenar públicamente los simulacros de tiroteos en las escuelas.
Everytown citó la falta de investigación sobre la eficacia de los simulacros de tiroteos activos y criticó a los distritos escolares por pagar miles de dólares a empresas con fines de lucro que promocionan técnicas no probadas. Los fondos se gastarían mejor en programas optimizados de salud mental, actualizaciones de seguridad y programas de evaluación de amenazas, aseguró la coalición.