(CNN) – Facebook impidió que un francés con una enfermedad incurable transmita su propia muerte en su plataforma, según un comunicado de la compañía.
Alain Cocq, de 57 años, de Dijon, en el este de Francia, tiene una rara enfermedad incurable que hace que sus arterias se peguen.
Estima que solo tendrá días de vida después de suspender todos los medicamentos, alimentos y bebidas, lo que planeaba hacer el viernes por la noche.
Cocq tenía la intención de transmitir sus últimos días en la red social, para crear conciencia sobre las leyes de Francia acerca de la muerte asistida.
En un comunicado el sábado, Facebook dijo que se impidió la transmisión en vivo para evitar promover la autolesión.
“Nuestros corazones están con Alain Cocq por lo que está pasando en esta triste situación y por todos los que se ven personalmente afectados por ella”, expresó la compañía en el comunicado.
“Si bien respetamos la decisión de Alain de llamar la atención sobre este importante tema, impedimos las transmisiones en vivo en su cuenta basándonos en el consejo de expertos de que la descripción de intentos de suicidio podría desencadenar y promover más autolesiones”.
Cocq presionó anteriormente al presidente Emmanuel Macron para que le permitiera morir mediante “asistencia médica activa”, pero no tuvo éxito.
La eutanasia es ilegal en Francia. La ley en este país también dicta que la sedación profunda y continua, que puede acelerar la muerte de una persona y dejarla inconsciente hasta que fallezca, no es legal a menos de que se den circunstancias específicas establecidas por la Ley Claeys-Leonetti de 2016, la cual exige además que la muerte de una persona sea inminente. Pero los ciudadanos franceses sí tienen derecho a suspender la atención médica y, según las normas, no hay enjuiciamiento por suicidio.
Cocq, quien está confinado a una silla de ruedas y fundó una organización para mejorar la vida de las personas en condición de discapacidad, escribió una carta a Macron con fecha del 20 de julio en la que le pidió que le permitiera morir “con dignidad” y allí describió su “sufrimiento extremadamente violento”.
“Me gustaría aclararle que, actualmente, me encuentro en una situación de estar sano mentalmente, confinado en un cuerpo disfuncional, lisiado por el sufrimiento”, escribió en la carta que fue vista por CNN.
“¿Soportaría, señor presidente, que le vaciaran los intestinos en una bolsa, que le vaciaran la vejiga en una bolsa y que lo alimentaran con una bolsa, que un tercero tuviera que bañarlo, por estar paralizado debido a un dolor insoportable?”, continuó Cocq en la misiva.
Cocq instó a Macron a revisar las leyes francesas que impiden que los profesionales de la salud aceleren con medicamentos la muerte de sus pacientes moribundos.
“Simplemente pido irme con dignidad, con asistencia médica activa, porque mi cuerpo disfuncional me impide hacerlo rodeado de mi familia y mis amigos”, escribió.
“Algunos usan el término ‘eutanasia activa’ o ‘suicidio asistido’, pero para mí el término más adecuado es ‘fin de la vida con dignidad con asistencia médica activa’”, escribió.
En respuesta, el presidente Macron escribió que estaba “conmovido” por la carta de Cocq y admiraba la “notable fuerza de voluntad” que había demostrado al librar “batallas incesantes” con la enfermedad.
Sin embargo, dijo que no podía cumplir con la solicitud porque no está “situado por encima de la ley” y no podía pedirle a nadie que “traspase nuestro marco legal actual”.
En una entrevista con CNN este viernes, Cocq dijo que de hecho esperaba que Macron no pudiera cumplir con su solicitud, pero que apreciaba la “compasión” que le había mostrado en su carta.
“Hoy estoy lleno de plenitud. Tomé la decisión de terminar con mi vida el 26 de junio, que fue cuando le pedí a mi asistente médico que pusiera por escrito la carta que luego le envié al presidente. Fue una decisión brutal, pero puedo decirles que no me he sentido tan bien en mucho tiempo”, le dijo a CNN.
“Sé que estoy a punto de soportar un dolor como nunca antes he soportado, durante unos cinco a siete días”, agregó.
Sobre la decisión de transmitir en vivo su muerte a través de video, el cual no tendrá sonido, agregó: “No estoy haciendo esto por voyerismo. Quiero informar a la gente sobre algo que todos conocemos pero que nos negamos a hablar. El dolor”.
“Elegí mostrar este dolor”, continuó. “La base de una democracia es que los ciudadanos tengan libertad de elección. La muerte debería ser democrática”, agregó.
Cocq también dijo que, como cristiano, no creía que lo que estaba haciendo fuera en contra de la religión.
“Dios es amor, y Dios no permitirá que su pueblo sufra innecesariamente”, dijo.
No es claro si alguien que lo asista sería procesado o si las autoridades planean intervenir. CNN se ha comunicado con el gobierno y el Ministerio de Salud para obtener comentarios.
Sophie Medjeberg, vicepresidenta de “Handi mais pas que!” (Más que discapacitados), es amiga de Cocq.
Ella le dijo a CNN que creía que los franceses estaban “listos” para un debate sobre la muerte asistida.
“Él comenzó a hablar de eso hace unos dos años. Me llevó tiempo entenderlo, aceptarlo. También estoy enferma, ya que yo misma sufro de esclerosis múltiple”, dijo.
“Lloré ayer, pero Alain fue el que me animó. Está muy sereno en su iniciativa”, relató Medjeberg.
En diálogo con CNN, Philippe Lohéac, director ejecutivo de la Asociación Francesa por el derecho a Morir con dignidad (ADMD, por sus siglas en francés), criticó las leyes de Francia sobre asistencia de muerte a pacientes terminales, al argumentar que no “toman en consideración a los enfermos cuya vida se ha convertido en una pesadilla, cuya vida se ha convertido en nada más que supervivencia”.
Dijo que la ley necesitaba ser cambiada para que la gente pudiera elegir cómo morir.
Esta nota fue actualizada para incluir la respuesta de Facebook. Gaëlle Fournier y Niamh Kennedy contribuyeron con este reporte.