(CNN Español) – Una estatua de más de dos metros de alto de la figura mitológica de Medusa fue erigida recientemente frente a los tribunales de Nueva York como tributo al movimiento Me Too. La obra del argentino Luciano Garbati invierte el clásico mito y presenta a Medusa como vencedora sobre su asesino Perseo.
“Lo que hace mi personaje en esta versión de Medusa es defenderse del agresor y en este caso prevalece sobre él,” dijo Garbati durante una entrevista con CNN.
Según la historia, Medusa era una mujer hermosa que resguardaba con su vida el templo de la diosa Atenea. Tras ser violada por el dios del mar, Poseidón, fue maldecida por Atenea con una monstruosa cabeza de serpientes y una mirada capaz de convertir a sus admiradores en piedra. Una noche, mientras dormía, fue decapitada por el semidios Perseo quien levantó su cabeza como un trofeo.
Pero en la versión de Garbati, es Medusa quien decapita a Perseo y arrastra su cabeza con una mano mientras sostiene una espada en la otra.
Garbati aseguró que, al momento de crear la figura original en Argentina, en 2008, tenía muy presente el mito de Medusa y buscaba presentar la historia desde su perspectiva.
“Me pareció interesante imaginar una escultura que pusiera el acento en la figura de Medusa, o sea desde su perspectiva que, bueno, podría entenderse como una tragedia, una historia plagada de atrocidades, injusticia y me pareció interesante eso,” dijo Garbati.
“Cuando finalmente decidí hacer la escultura, me di cuenta de que además de poner el acento allí iba a dar vuelta el mito justamente y me pareció un desafío muy interesante captar la emocionalidad que pudiera estar involucrada en este personaje después de la batalla con Perseo, habiendo prevalecido sobre él y habiendo salvado su vida.”
En ese momento Garbati tampoco se imaginó que la obra titulada “Medusa con la cabeza de Perseo” se convertiría en un símbolo de la lucha feminista, pero diez años después volvió a generar interés cuando una imagen de la obra se hizo viral al mismo tiempo que empezaba a cobrar fuerza el movimiento Me Too.
“Me tomó por sorpresa la viralización porque la escultura estuvo 10 años en mi taller y el hecho de que después de este posteo en Facebook se hiciera viral por supuesto me sorprendió. El proceso por el cual finalmente se le ha identificado como, bueno, un símbolo, una imagen del empoderamiento y de la lucha feminista también me sorprendió y me alagó muchísimo,” dijo Garbati.
Hoy, con su inconfundible melena de serpientes y una intensa mirada capaz de convertir a sus enemigos en piedra, una nueva versión en bronce de la mitológica figura de Medusa se alza imponente y desafiante, precisamente, frente a la corte donde en marzo fue juzgado y condenado el magnate del cine Harvey Weinstein, lugar emblemático escogido por Garbati tras ser invitado a exponer la obra como parte del programa “Arte en los parques” de la ciudad.
“Caminando me encontré con esta plaza. Me di cuenta de que estaba rodeada de edificios del poder judicial, es decir, lugares donde se hace justicia, se imparte justicia, mejor dicho, y justamente como la imagen había sido asociada a la justicia y en particular desde la perspectiva de las mujeres me pareció que este era un lugar significativo y que tenía sentido proponer este y no otro lugar para esta escultura”.
Garbati dice que la respuesta ha sido generalmente positiva. Algunas mujeres que han sido víctimas de la violencia le han relatado sus propias historias, sin embargo, la obra también ha generado controversia. Algunos critican el hecho de que una imagen creada por un hombre se ha relacionado con un movimiento impulsado por mujeres.
“Me parece peculiar tener que estar respondiendo a estas críticas porque yo no tengo el control, por mucha voluntad que yo le quiera poner al deseo de que se convierta en algo lo que yo hago, yo no tengo el control sobre la gente y lo que la gente va a pensar”, aseguró Garbati.
“Yo hice una escultura y esa escultura generó efectos, fue de algún modo elegida y de nuevo yo no tuve ninguna participación en esa elección. Por lo tanto, creo que la escultura tiene una eficacia que a mí me excede completamente, porque no depende de mí el sentido que finalmente se le asignó a la obra”.
Las obras existen precisamente, según Garbati, cuando despiertan interés, suscitan emociones e invitan a las personas a reflexionar, cuestionar y preguntar. Para el artista, esto es precisamente lo que desató en sí misma esta creación de Medusa. Le presentó una inesperada oportunidad para examinar la estructura social y su propia identidad.
“Fue una invitación a hacer ese recorrido, a cuestionarme, a preguntarme y a empezar a identificar cosas con las que, bueno, no me identifico, que quizás estaban muy radicadas en mí por ser yo también fruto de una sociedad patriarcal”, dijo Garbati.
“Desandar ese camino no es sencillo y creo que nuestra participación como hombres es necesaria para hacer un cambio determinante, creo que es imposible de otro modo”.
La escultura estará en exhibición en la plaza Collect Pond Park, del bajo Manhattan, hasta el 30 de abril.