Nota del editor: Kerry Egan es capellán de hospital y autora de los libros “On Living” y “Fumbling: A Pilgrimage Tale of Love, Grief, and Spiritual Renewal on the Camino de Santiago”. Las opiniones expresadas en este comentario pertenecen exclusivamente a la autora. Puedes encontrar más artículos de opinión en CNNe.com/opinion.
(CNN) – Hay un proceso mediante el cual las personas dan sentido a los eventos de sus vidas, tanto las cosas que eligieron hacer como las cosas que sucedieron por casualidad, por accidente, en contra de su voluntad, fuera de su control. Tanto las experiencias que supieron que eran trascendentales mientras les sucedían como aquellas que parecían insignificantes en ese momento.
En el hospicio, este proceso se denomina “creación de sentido”. Como capellán de hospicio durante muchos años, mi trabajo consistía en facilitar el trabajo de creación de sentido de los pacientes y sus familias.
Si bien la creación de sentido suele ser intensa en los meses y años antes de morir y es la última gran tarea de desarrollo de la vida humana, esta capacidad particularmente humana de generar sentido surge en la adultez temprana. Por suerte se desarrolla y profundiza a lo largo de los primeros años de la edad adulta y en la edad media y vejez.
“Por suerte” dije, porque si bien es posible que no estés en el final de tu vida o en cuidados paliativos en este momento, todos vivimos actualmente en un mundo de hospicio.
Por mundo de hospicio me refiero simplemente a esto: una comunidad en la que la muerte está a diario ante nuestros ojos. Un mundo de hospicio es un mundo en el que todos somos muy conscientes de nuestra propia mortalidad y la de los demás.
En cuestión de meses el covid-19 ha reconfigurado tanto la vida que se ha vuelto muy difícil no tener la muerte ante nuestros ojos a diario. O, si no la muerte, al menos la pandemia, la enfermedad y el peligro. Siempre fue cierto que la muerte era una posibilidad. La mayoría de la gente no era necesariamente consciente de ello.
Siempre te pudo haber atropellado un auto o te pudiste haber caído por la escalera del sótano. Siempre pudiste haber muerto la semana próxima, y también tus seres queridos. La mayoría de nosotros simplemente no pensamos en eso. La mayoría de nosotros realmente no lo creíamos.
Y ahora lo creemos.
La forma en que este conocimiento nos afecta a cada uno de nosotros es diferente. Pero este giro drástico de la vida tal como la conocíamos vez exige que encontremos un camino para atravesar todos los cambios y pérdidas.
Esta pandemia ha sido una pérdida de muchas maneras. Sí, pérdida de vidas, por supuesto. Pero también la pérdida de lo que pensamos que sería este año: eventos importantes como bodas y graduaciones, relaciones, trabajos, sueños, incluso un tipo particular de pérdida de libertad o inocencia.
Estas pérdidas, estos cambios en la vida que no fueron elegidos o deseados, pueden consumir a algunas personas y apenas molestar a otras en este momento. Pero en algún momento probablemente demandarán nuestros intentos de darles sentido.
Ya se está creando sentido a partir del covid-19. Como ejemplo obvio, toma las mascarillas quirúrgicas. Lo que alguna vez fueron trozos de papel azul, un poco de metal y elástico, ahora son símbolos de beneficencia hacia los demás y creencia en la ciencia. O símbolos de opresión y pérdida de libertad. Hay una gran cantidad de poder moral y significado atribuido a un equipo médico desechable.
Entonces, aunque ya estamos empezando a encontrar un aspecto de significado más profundo de esta pandemia, siempre es cierto que la creación de sentido es más fácil en retrospectiva y más difícil mientras todavía se vive la convulsión.
Para aquellos que están agotados, que apenas logran hacer frente a las demandas de cada día de covid, puede ser demasiado pronto o imposible en este momento pensar en dar sentido a lo que está sucediendo.
Pero para aquellos que anhelan darle sentido a sus vidas en este momento, hay herramientas que ya tienen para ayudarlos.
Tu ‘caja de herramientas espirituales’
Cada persona anda con una caja de herramientas espirituales. Esta caja de herramientas incluye todas las diferentes formas en que las personas intentan dar sentido a las cosas que no pueden entender. Tiene las herramientas que cada uno de nosotros usa para tratar de poner orden en nuestro mundo cuando nuestro mundo se ha sumido en la confusión o el caos. Es lo que un capellán ayuda a un paciente a aprovechar. Es lo que usamos para crear sentido.
Todas las personas –ya sean espirituales o religiosas o no– tienen estas herramientas. Pero las herramientas de las personas no son iguales. Algunas personas tienen una gran cantidad de formas de afrontar las pérdidas, de darles sentido, de reconciliarse con ellas. Algunos tienen muy pocas.
La religión es a menudo una de las mejores herramientas que tiene una persona para dar sentido a los grandes traumas y las pequeñas decepciones que han marcado su vida. No es solo la sabiduría sobre la naturaleza del mundo y el sufrimiento lo que puede ayudar en un momento como este. También es la escritura, los rituales, himnos, historias y recuerdos de vacaciones en familia.
Una pandemia, y el mundo de hospicio al que nos arroja, es uno en el que buscamos dar sentido a eventos y expectativas que cambian rápidamente. No siempre somos conscientes de cómo lo hacemos.
Sin embargo, la religión no es la única herramienta que la gente tiene para encontrar significado. El rechazo de la religión puede ser una herramienta tan poderosa como su aceptación. Hay muchas otras estrategias en las que se basa la gente: reflexionar sobre las relaciones con la familia, los amigos y las parejas románticas, el arte, la música, la historia, incluso el método científico y meditar sobre experiencias anteriores de la vida.
Casi cualquier cosa puede ser una herramienta espiritual si ayuda a alguien a darle sentido a lo que parece no tener sentido.
Una vez tuve un paciente que era un joven matemático. Su vida se estaba terminando demasiado pronto y de manera demasiado cruel, pero las reglas de las matemáticas elegantes e inquebrantables significaban que había algo de bondad en el mundo. Había algo real, verdadero y hermoso que siempre había existido y siempre existiría. Algo más grande que él mismo donde podía encontrar consuelo y fuerza. Esa fue su herramienta.
La literatura es otra que mucha gente usa. Poemas que se recuerdan de la secundaria, novelas leídas durante las vacaciones, libros de cuentos y canciones infantiles cantadas a los bebés. Una madre con la que trabajé una vez descubrió, al leer “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry a su hijo pequeño, una comprensión completamente nueva de su lugar en el mundo y de su propia muerte inminente.
Darle sentido a todo lo que nos sucede
Las relaciones con nuestra familia y amigos pueden ser la vía más importante para encontrarle sentido a las pérdidas. Esto se complica por el hecho de que muchos de nosotros estamos aislados debido al covid. Pero encontrar formas de mantener una conexión emocional con las personas que amas es más importante que nunca en este momento.
Pasar tiempo conscientemente recordando y reflexionando sobre esas relaciones amorosas es a menudo una fuente de sentido en un tiempo de pérdida y cambio.
Cada uno de nosotros también tiene experiencias de dificultades y perseverancia en nuestro pasado. Pregúntate: ¿qué otros momentos difíciles, atemorizantes y abrumadores has experimentado? ¿Cómo los superaste? ¿Cómo les das sentido ahora? ¿Qué puedes aprender de otros tiempos difíciles por los que has pasado?
La gente usa las diversas herramientas de su caja de herramientas espirituales para hacer el trabajo de crear sentido. En la superficie ese trabajo es simple. Suele consistir en contar y volver a contar una historia y, a la inversa, en escuchar y volver a escuchar a alguien que cuenta la suya.
A medida que cuentes la historia de esta pandemia, la forma en que la cuentes cambiará cada vez. (Es posible que a veces le cuentes la historia a un amigo, pero por lo general te la contarás a ti mismo una y otra vez. Por lo tanto, por lo general, te escucharás a ti mismo contarla).
Utilizarás las herramientas que tienes, muchas o pocas, para dar forma a una narración coherente, para encontrar una manera de entretejer esta experiencia en la historia más amplia de tu vida y del mundo en general. Cada vez que cuentes la historia será un poco diferente. Los cambios son donde ocurre la creación de sentido. ¿Cómo está evolucionando tu comprensión de la historia?
No puedes cambiar lo que sucedió, pero cambiará la forma en que lo entiendes. No puedes crear la realidad, pero crearás significado en el estúpido y banal sin sentido que podrías estar experimentando ahora. Es cierto que puede haber algunas pérdidas que son tan crudas que el sentido finalmente se nos escapa, sin importar cuántas o qué tan pocas herramientas tengamos en nuestra caja de herramientas espirituales. Aún así es posible encontrar orden en el caos. Encontrarás la paz, aunque no sea perfecta, aunque no sea inmediata, pero finalmente la encontrarás.
Sé esto porque he visto hacerlo cientos de veces en pacientes de hospicio. Encontraremos sentido en este tiempo caótico, como individuos y como sociedad, porque a pesar del dolor, la pérdida y la confusión, tenemos la capacidad de darle sentido a un mundo de hospicio.