Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.
(CNN Español) -- Washington, capital de Estados Unidos, 20 de enero de 2021. Comienza –una vez más- el momento en que los estadounidenses renuevan su democracia –¡un momento histórico sin igual!- con la tradicional toma de posesión -o Inauguration en inglés- de Joe Biden como el presidente 46 de Estados Unidos y de Kamala Harris como la primera mujer que llega a la vicepresidencia del país.
MIRA: Así se vive la toma de posesión de Biden en las calles de Washington
Un triunfo de la voluntad del pueblo -y de la libertad- que simbolizan el país desde su creación el 4 de julio de 1776. ¡Y solamente dos semanas después del día en que ese mismo Capitolio fue atacado y violado por un grupo de agitadores que desconocían el resultado electoral!
Y aun teniendo como tema el deseo y la buena voluntad de un “EE.UU. Unido” - pocas veces en la historia del país un nuevo mandatario enfrentará las crisis más profundas: esta pandemia de covid-19 que ha causado la muerte de más de 400.000 personas y la trágica realidad del terrorismo interno, dado el asalto al Capitolio por partidarios de Trump. ¡Aunque una fuerte esperanza está viva entre todos los estadounidenses que desean combatirlas con firmeza!
Aún así -en un país de grandes y bellas tradiciones y 244 años de democracia- esta toma de posesión significa el triunfo de la libertad de pensamiento y del amor a la dignidad, a pesar de los ataques de los nuevos insurrectos. Y es una forma de demostrar al mundo que el nuevo presidente desea respetar las costumbres -y el sentido de orden y respeto a la ley- que son símbolos en Estados Unidos. Y fue muy emocionante ver ondear miles de banderas estadounidenses –“a field of flags”- tomando el lugar de la enorme audiencia -que por razones de seguridad y regulaciones contra el covid-19- no pudo asistir a la investidura en persona, como es usual.
MIRA: Seguidores esperaron la llegada de Trump a Florida
Desde el punto de vista del estilo de esta inusual ocasión, la pompa ceremonial de esta ocasión- o “pomp and circumstance”- se ha observado con respeto. Destacó también el sonido optimista de las bandas de música patriótica -y la superemocionante presencia de expresidentes como George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama, acompañados de sus esposas, las ex primeras damas Laura Bush, Hillary Clinton y Michelle Obama, respectivamente. El expresidente Jimmy Carter y su esposa Rosalynn no han podido estar presentes por razones de salud. Por su parte, el vicepresidente de la administración Trump -Mike Pence y su esposa- sí estuvieron presentes. Por supuesto, en este evento se observó fielmente la “distancia física” y el uso de mascarillas en todo momento.
Hay que notar que el presidente saliente –Donald Trump y su esposa Melania- no acudieron, ya que Trump se negó a asistir -boicoteando así la elegante tradición de más de un siglo de existencia- y se marchó de la Casa Blanca unas horas antes, petulante, sin el menor gesto de cortesía y convencido de que le habían “robado” las elecciones, una falsedad que lleva diciendo -¡antes incluso de los comicios! (sin ninguna prueba). Dio un discurso de despedida en la base Andrews y aunque deseó suerte a la nueva administración, no mencionó a Biden. Y añadió que “volveremos de alguna manera”. Trump es el primer presidente en boicotear la toma de posesión de su predecesor desde que John Quincy Adams no asistiera a la de Andrew Johnson en 1829, Johnson no acudiera a la de Ulysses S. Grant en 1869 y que John Adams no fuera a la toma de posesión de Thomas Jefferson en 1801.
La toma de posesión de Joe Biden y de Kamala Harris (¡que además es hija de inmigrantes de la India y de Jamaica!) ha sido muy emocionante. ¡Enormemente emocionante! Y con la presentación de artistas como Lady Gaga, que cantó el Himno Nacional de EE.UU., igual que Jennifer López con su sentida interpretación de “This Land is Your Land” y “America the Beautiful”; Garth Brooks con “Amazing Grace”; los bellos versos de la poetisa laureada Amanda Gorman – el día ha sido muy “estadounidense”, representando la gran diversidad cultural del país.
Una mirada a la historia
La toma de posesión de George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, fue en Nueva York –entonces la primera capital oficial del país- el 30 de abril de 1789 y todas las iglesias de la ciudad recibieron al primer mandatario de la joven república con ruidosas campanadas, mientras cientos de cañones de artillería celebraban el extraordinario momento.
La primera toma de posesión presidencial que ocurrió en Washington fue la de Thomas Jefferson en 1801, quien quiso que fuera sobria y sin toques extravagantes, caminando con algunos ciudadanos, legisladores y militares al Capitolio para tomar el juramento, el que leyó con total sencillez -¡y regresó a la casa donde se estaba hospedando en la ciudad!
Poco a poco, se fueron añadiendo más rituales, incluyendo desfiles militares, la presencia de todos los miembros del Congreso, jefes militares, los magistrados de la Corte Suprema, miembros de los partidos políticos, diplomáticos y jefes de Estado de países amigos, además de famosos artistas y múltiples invitados de alto perfil. Un dato curioso es que la toma de posesión de Grover Cleveland en 1885 incluyó un desfile de tres horas en el que marcharon 25.000 personas, mientras que cuando- 80 años más tarde- fue investido presidente Lyndon Johnson participaron 52 bandas de música.
Según los muchos datos que explican los sitios web visitwashington.com y nationalgeographic.com, cuando fue investido en 1829 el presidente Andrew Jackson, se ofreció una recepción pública con más de 20.000 personas, que amenazaron con entrar al mismo tiempo en la Casa Blanca (¡que en persona nos damos cuenta es mucho más pequeña que lo que parece en fotos!) -y el propio presidente tuvo que escapar asustado.
¿Curioso? Que aún a punto de declararse -y en medio- de la sangrienta Guerra Civil de EE.UU. – de 1861 a 1865 - ocurrieron las dos elecciones- en las que triunfó Abraham Lincoln, asesinado 42 días después de su segunda toma de posesión en 1865 –y la transferencia del poder presidencial ocurrió siempre con el máximo respeto y orden -y los nuevos mandatarios han jurado “preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos”.
MIRA: Biden ahora es @POTUS: te contamos cómo fue la transición de poder en las redes sociales
Bailes y moda
El final de este día tan simbólico siempre ha cerrado con broche de oro con una serie de bailes en distintos hoteles y salones de la ciudad –lo que no ocurrió este año debido a regulaciones de la pandemia del covid-19. Y esos bailes siempre ha sido momentos de chequear los maravillosos vestidos largos de fiesta de las primeras damas -igual que los de las invitadas. ¡El momento en que la moda siempre ha sido una gran protagonista! Y –especialmente desde que Jacqueline Kennedy enloqueció a todos con su estilo ‘chic’- los diseños cobraron una gran importancia, tanto en la ropa que llevaban durante la ceremonia en el Capitolio, como en los bailes nocturnos. Creando una nueva tradición, el nuevo presidente y la primera dama asistían a tantos de ellos como les era posible -¡como hicieron Ronald y Nancy Reagan, con ocho bailes esa noche!
MIRA: Las mujeres que marcaron el camino del liderazgo de Kamala Harris
Las nuevas primeras damas -como regla general- llevan en estas ocasiones creaciones de diseñadores estadounidenses –incluyendo algunos jóvenes y emergentes. Algunos muy especiales, como los modelos de Jackie Kennedy, creados por una costurera desconocida llamada Ethel Frankau, del salón de Alta Costura de la tienda Bergdorf Goodman de Nueva York; los de Oscar de la Renta para Laura Bush, los de James Galanos para Nancy Reagan–y los de Michelle Obama con su abrigo y vestido amarillo chartreuse de la cubanoestadounidense Isabel Toledo y el vestido largo de Jason Wu ¡ambos inmigrantes radicados en Nueva York! Por su parte, la primera dama Jill Biden llevó un modelo de vestido y abrigo a juego de la joven diseñadora estadounidense Alexandra O’Neill para la marca Markarian, y Kamala Harris un conjunto creado por dos diseñadores negros: Christopher John Roberts y Sergio Hudson. ¡Bravo!