(CNN Español) – La variante del nuevo coronavirus detectada por primera vez en la India es de “preocupación”, dijo la Organización Mundial de la Salud, a inicios de esta semana. ¿Qué significa eso y qué impacto tiene esa designación para la pandemia? El Dr. Huerta nos explica.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su diaria dosis de información sobre el coronavirus. Información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.
La Organización Mundial de la Salud ha decidido clasificar a la variante B.1.617, descubierta en la India -que, dicho sea de paso, acaba de ser descubierta en Argentina- como una variante de preocupación. Por lo que, hoy veremos qué significa una “variante de preocupación”.
¿Qué es una variante?
Primero, recordemos qué es una variante.
Como lo escuchamos en el episodio del 31 de marzo, se acepta que el nuevo coronavirus se originó en China, en una zona aledaña a la ciudad de Wuhan, y que de allí se extendió a otras partes del mundo.
Recordemos también que cada vez que el virus infecta a una persona tiene la posibilidad de mutar, es decir, de cambiar su composición genética. Por eso, cuantas más infecciones ocurren en una región, mayor es la posibilidad de que –como lo vimos en el episodio del 5 de enero– se puedan originar variantes del virus, o sea, nuevas versiones mutantes del virus.
Dicho eso, al extenderse progresivamente desde su origen en Wuhan y causar millones de infecciones en los países vecinos, el virus fue cambiando progresivamente en su estructura molecular que –gracias al secuenciamiento genético– puede ser analizada en detalle.
Y esa fue la enorme contribución de un grupo de científicos alemanes y británicos, analizar el genoma del virus desde su aparición y determinar su evolución a través de las mutaciones ocurridas al extenderse progresivamente a los países vecinos.
La filogenética del nuevo coronavirus
Eso es lo que se denomina un estudio de filogenética (filos, significa clan o tribu, y genética, significa origen).
Estudiar la filogenética del nuevo coronavirus permite entonces analizar los cambios genéticos que, como si fuera una huella digital, se produjeron mientras se extendió por el mundo, y pudiera ayudar a clasificarlos.
En un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos, el 28 de abril de 2020, los investigadores comunican el resultado del análisis de los primeros 160 genomas del virus aislados del ser humano en varios países entre el 24 de diciembre del 2019 y el 4 de marzo del 2020.
Sus estudios permitieron clasificar al nuevo coronavirus, según su evolución, en tres grupos o troncos genéticos el A, el B y el C.
Tronco genético tipo A
El tipo A es el virus más cercano al que fuera descubierto en los murciélagos y es considerado el genoma original del nuevo coronavirus humano. Esa variedad ya estaba presente en Wuhan, pero sorprendentemente no fue el tipo de virus predominante en la ciudad durante el comienzo de la pandemia.
Se encontraron versiones mutadas de ese virus A en estadounidenses que vivieron en Wuhan y en pacientes de Estados Unidos y Australia.
Tronco genético tipo B
El tipo B –diferente del tipo A solo por dos mutaciones– fue el principal tipo de virus en la ciudad de Wuhan y muy común en pacientes del este de Asia.
Sin embargo, el análisis filogenético demostró que esta variante no viajó mucho más allá de Asia Oriental. Un fenómeno no bien entendido de adaptación a esa zona geográfica o resistencia a su diseminación en otros países.
Tronco genético tipo C
Por su parte, la variante C –derivada de la variante B– es el principal tipo europeo del nuevo coronavirus. Fue encontrado en los primeros pacientes de Francia, Italia, Suecia e Inglaterra.
No se le encuentra en pacientes de China continental, pero sí en los de Singapur, Hong Kong y Corea del Sur.
Debemos aclarar que las letras que aparecen delante de las variantes, por ejemplo B.1.117, B.1.351 o C.37 no provienen de los linajes de virus descubiertos en el estudio, sino de un complicado sistema de clasificación de los SARS-CoV2 llamado PANGO, que, partiendo del virus original en Wuhan, va poniendo letras y números a los virus que se van describiendo por análisis genómico en el mundo.
Variante de interés y variante de preocupación: lo que dicen los CDC
Con respecto a los tipos de variantes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) clasifican a las variantes en tres tipos: variantes de interés, variantes de preocupación y variantes de alta consecuencia.
Algunas características de una variante de interés, incluyen –y citamos a los CDC– marcadores genéticos específicos que predicen que puede afectar la transmisión, el diagnóstico, la terapéutica o la respuesta a los anticuerpos neutralizantes del virus.
Las variantes de interés pueden requerir acciones de salud pública, incluida la vigilancia del virus, o investigaciones epidemiológicas para evaluar la facilidad del contagio, si causan una enfermedad más grave, la respuesta a los tratamientos y si las actuales vacunas ofrecen protección.
Algunos ejemplos de variantes de interés son B.1.526, de Nueva York, y la P.2, de Brasil. La variante B.1.617, de la India, estaba en este grupo de interés, pero ahora ha sido reclasificada en el próximo grupo, variante de preocupación.
Por su parte, las variantes de preocupación son aquellas –y citamos a los CDC– en las que hay evidencia de una mayor capacidad de contagio, que producen una enfermedad más severa (por ejemplo, aumento de hospitalizaciones o muertes), reducción significativa de la neutralización por anticuerpos generados durante una infección natural o vacunación previa, una efectividad reducida de tratamientos o vacunas y falsos negativos en las pruebas de detección del diagnóstico.
Las variantes de preocupación pueden requerir acciones de salud pública apropiadas como la notificación a la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional, la notificación a los CDC, esfuerzos locales o regionales para controlar la propagación y desarrollo de nuevas vacunas o pruebas diagnósticas.
Por último, felizmente no existe, hasta el momento, una variante de alta consecuencia.
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