(CNN) – La mujer de más de 30 años de edad no estuvo enferma mucho tiempo. Tras ingresar al hospital con covid-19, necesitó un poco de oxígeno y se le administraron esteroides, pero se recuperó lo suficiente como para volver a casa al cabo de nueve días.
Sin embargo, el virus permaneció en su cuerpo durante siete meses, mutando en múltiples ocasiones mientras luchaba con su sistema inmunitario, que no era muy bueno.
Así es como surgen las variantes del nuevo coronavirus.
Mientras más tiempo tenga el coronavirus en un cuerpo, más probabilidad de variantes
Todos los virus mutan constantemente cuando se replican en un cuerpo huésped. Cuantas más personas estén infectadas, más posibilidades tiene el virus de evolucionar mediante el proceso conocido como mutación.
“Cuanto más tiempo tenga el virus, y cuanto más tiempo tenga que enfrentarse a las respuestas de los anticuerpos de la gente, mayor será la posibilidad de que surjan variantes”, dijo Penny Moore, experta en virus del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, en un seminario web, organizado a principios de este mes por la Sociedad Internacional Antiviral.
En este caso, la paciente, de más de 30 años, sudafricana, estaba infectada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida. Su VIH no estaba bien controlado y había dañado su sistema inmunitario, dando al virus la ventaja que necesitaba para sobrevivir en su cuerpo durante más de 200 días.
En otros casos, las personas toman fármacos inmunosupresores porque se han sometido a trasplantes de órganos o para combatir enfermedades autoinmunes. O puede que simplemente tengan un sistema inmunitario que tarda en responder a la infección.
Pero en todo el mundo, en un día cualquiera, el virus está infectando a las personas y mutando en sus cuerpos. Cuando esas mutaciones dan al virus algún tipo de ventaja —la capacidad de replicarse más rápidamente o de esconderse del sistema inmunitario—, esa versión superará a las demás.
Las vacunas, una forma para frenar las variantes
Por ello, los funcionarios de salud pública de todo el mundo están pidiendo a gritos que la gente se vacune lo antes posible. Las personas que no se infectan no mantienen un virus siempre cambiante en sus cuerpos.
“La única forma en que vamos a poder deshacernos de las variantes es reduciendo el número de infecciones”, dijo Moore.
Y las pruebas indican que las vacunas actuales utilizadas en Estados Unidos y en muchos otros países funcionan bien para proteger a las personas contra la infección en primer lugar.
“Los datos actuales sugieren que las vacunas contra el covid-19 autorizadas para su uso en Estados Unidos ofrecen protección contra la mayoría de las variantes que se están propagando actualmente en el país.
“Sin embargo, algunas variantes podrían causar la enfermedad en algunas personas incluso después de estar completamente vacunadas. Estos son los llamados casos de quiebre de la vacuna”, dijo la portavoz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Jade Fulce, a CNN en un correo electrónico, el viernes.
Una nueva variante de coronavirus en el sexto día de tratamiento para la paciente sudafricana
La paciente sudafricana aún no había sido vacunada. Se infectó en septiembre de 2020, meses antes de que las vacunas estuvieran disponibles.
Se ofreció como voluntaria para un ensayo clínico, por lo que el equipo de la Universidad de KwaZulu-Natal pudo tomar muestras periódicas de su sangre y muestras del virus para ver qué pasaba en su cuerpo.
Estaba infectada con la primera variante reconocida del nuevo coronavirus que recorre el mundo, una llamada D614G. Al sexto día de su tratamiento, el virus en su cuerpo había adquirido otra mutación, una llamada E484K. Es preocupante porque ayuda al virus a evadir la respuesta inmunitaria humana.
Día 190
“En el día 190, aparecieron las mutaciones D427Y y N501Y”, escribieron Tulio de Oliveira y sus colegas de la Universidad de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, en un informe en línea previo a publicación.
La mutación N501Y hace que el virus sea más contagioso.
“Todos los virus tienen un receptor que les permite adherirse a una célula, y ese es el comienzo del proceso de infección”, explicó Moore. “Y en algunos casos, lo bien que ese virus es capaz de unirse al receptor de la célula huésped realmente cambia el juego para ese virus”, añadió.
“Un virus que tiene una ventaja en términos de unión […] significa que tiene muchas más posibilidades de infectar las células”, comentó.
Así que los virus que llevan ese tipo de mutación tendrían más éxito, y tendrían más probabilidades de replicarse y propagarse que los virus sin la mutación.
“Mucho de lo que estamos viendo ahora con las variantes es eso”, dijo Moore.
Mutaciones de las variantes beta, gamma y alfa del nuevo coronavirus
Hay otras mutaciones más preocupantes.
“Otra es la capacidad de volverse algo más invisible para el sistema inmunitario humano. Cuando hablamos de mutaciones de evasión inmunológica o de escape de anticuerpos, nos referimos a eso”, dijo Moore.
“El virus ha cambiado su capa mediante la incorporación de una de estas mutaciones para permitirse ser algo menos visible. Es como si se escondiera del sistema inmunitario bajo un paraguas porque ha conseguido mutar su capa de alguna manera”, añadió.
La variante del virus B.1.351, observada por primera vez en Sudáfrica y que ahora se denomina variante beta, presenta las mutaciones E484K y N501Y. Lo mismo ocurre con la variante P.1., vista por primera vez en Brasil y también conocida como gamma. Esto significa que pueden replicarse más fácilmente y también evadir los efectos de la respuesta inmunitaria humana, así como los tratamientos con anticuerpos monoclonales y, hasta cierto punto, las vacunas.
La capacidad de esconderse del sistema inmunitario es lo que realmente nos asusta de estas variantes”, dijo Moore.
La variante B.1.1.7 o alfa, observada por primera vez en el Reino Unido, presenta la mutación N501Y, pero no, por lo general, la E484K.
No solo es un paciente: las mutaciones surgen en múltiples partes del mundo
Así pues, en un solo paciente, todos estos cambios se produjeron cuando el virus se mantuvo un paso por delante de su sistema inmunitario.
“A pesar de ser una enfermedad clínica corta de gravedad moderada, la positividad de la PCR del SARS-CoV-2 persistió hasta 216 días. Demostramos que se produjeron cambios significativos en la población del virus durante ese tiempo, con múltiples mutaciones”, escribieron De Oliveira y sus colegas.
Esto no significa que un solo paciente fuera la fuente de la variante beta, o la fuente de cualquier propagación de la variante en absoluto. Estas mutaciones están surgiendo en múltiples pacientes en múltiples lugares del mundo, todo al mismo tiempo.
“Esta parece estar arrojando mutaciones muy similares en diferentes partes del mundo”, dijo a CNN Richard Webby, experto en enfermedades infecciosas del Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis.
¿Cómo protegerían las vacunas de las variantes de coronavirus?
La respuesta inmunitaria normal a la infección por coronavirus es inmediata y abrumadora.
“Aquí es donde viene la presión sobre este virus. No muta por diversión. Cambia para librarse de esta respuesta inmunitaria tan robusta”, dijo Moore.
Esto es aún más evidente en el caso de las personas totalmente vacunadas. Muchos estudios han demostrado que ciertas vacunas, especialmente las de ARNm fabricadas por Pfizer/BioNTech y Moderna, y en menor medida la vacuna de Johnson & Johnson, provocan una amplia respuesta inmunitaria, mucho más amplia y fuerte que la que sigue a la infección natural.
“Desencadenan cantidades masivas de anticuerpos. Y eso significa que incluso si se produce un golpe contra ese virus que incluso tiene su paraguas que lo protege, sigue habiendo, según pensamos, suficiente actividad de esas vacunas para poder hacer frente a la variante”, dijo Moore.
“Así que la potencia es el centro de atención cuando se trata de vacunas”, agregó.
Las personas que nunca se han vacunado, o que solo se han vacunado parcialmente, tienen más probabilidades de infectarse, especialmente con una variante que ya puede eludir en parte la respuesta inmunitaria. Los datos de los CDC de EE.UU. muestran que el 10% o más de los estadounidenses que recibieron una dosis de la vacuna de Moderna o Pfizer no recibieron la segunda dosis.
“Por favor”, dijo el viernes a NPR la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, “ponte la segunda dosis”.
Lauren Mascarenhas, de CNN, contribuyó a esta historia.