(CNN) – El papa Francisco ha emitido nuevas reglas que restringen el uso de la misa en latín, algo que previamente había sido alentado por su predecesor Benedicto XVI.
En una carta a los obispos católicos publicada el viernes, Francisco dijo que las restricciones eran necesarias porque la reforma anterior se había convertido en una fuente de división entre quienes preferían la misa en latín y quienes aceptaban la liturgia actualizada posterior al Vaticano II.
“Se aprovechó una oportunidad ofrecida por san Juan Pablo II y con mayor magnanimidad aún por Benedicto XVI, destinada a recuperar la unidad de un cuerpo eclesial con sensibilidades litúrgicas diversas para ampliar brechas, reforzar divergencias y alentar discordancias que perjudican a la Iglesia, la bloquean camino y exponerla al peligro de la división”, escribió el papa.
La nueva ley, titulada Traditionis Custodes, requiere que los obispos aprueben cualquier celebración de la Misa en Latín en su diócesis y prohíbe que se celebre en las iglesias parroquiales.
La ley también dice que cuando se celebra la misa en latín, las lecturas deben realizarse en el idioma local y no en latín.
Cualquier sacerdote ordenado después de la nueva ley que desee celebrar la Misa Tradicional en latín debe recibir un permiso formal de su obispo, quien a su vez debe recibir el permiso del Vaticano.
En 2007, el papa Benedicto XVI emitió Summorum Pontificum que amplió el acceso a la misa en latín y animó a los sacerdotes a ofrecerla si así lo solicitaban los fieles.