Kabul (CNN) – La concurrida calle de Kabul parece casi como si nada hubiera cambiado. La gente pasa apresuradamente, mientras los comerciantes organizan su colorida mercancía y la policía dirige el tráfico.
Sin embargo, hay un gran cambio: casi no hay mujeres aquí. Desde que los talibanes se apoderaron de la capital de Afganistán el domingo, la mayoría de las mujeres se han quedado en casa.
Los talibanes han dicho en repetidas ocasiones que los derechos de las mujeres estarán protegidos bajo su gobierno, pero está claro que muchas afganas están aterrorizadas por la perspectiva de vivir bajo el régimen talibán.
Ahora hay muchas menos mujeres que se aventuran a salir a la calle, en comparación con hace apenas unos días. Aquellas que desafían al mundo exterior tienden a vestirse de manera más conservadora que antes, sus rostros a menudo van cubiertos con niqabs o velos.
Muchas de las mujeres educadas e intrépidas que pasaron la última década construyendo sus carreras están buscando desesperadamente una salida, preocupadas de que puedan ser el blanco de los talibanes.
“Estoy pensando en mi futuro, mis hijas, ¿qué les pasará si me matan? Dos hijas sin madre”, le dijo una mujer a CNN.
La mujer, a quien CNN no nombra por razones de seguridad, ha trabajado para varias ONG internacionales. Dijo que ha pasado días pidiéndoles ayuda desesperadamente, pero ninguna ha respondido.
“No es fácil … tener más de 10 años de experiencia trabajando con [organizaciones] internacionales y ninguna de ellos me ayudó”, dijo.
El miedo es omnipresente
Para una tienda de ropa en el centro de Kabul, la toma del poder por parre de los talibanes ha significado un impulso para los negocios; el dueño le dijo a CNN que ha vendido muchos burkas en los últimos días.
La prenda cubre el cuerpo de la cabeza a los pies, con un panel de malla sobre los ojos. Era un atuendo obligatorio para las mujeres cuando los talibanes gobernaron por última vez en Afganistán en la década de 1990.
El burka se convirtió en una imagen mucho menos común en Kabul durante las últimas dos décadas, pero la noticia de que los talibanes están nuevamente a cargo ha provocado un aumento en las ventas.
El comerciante dijo que sus clientes, en su mayoría hombres, están asustados y los están comprando para sus esposas, hijas y otras mujeres en sus vidas porque sienten que a partir de ahora, usar un burka puede ser la única forma de mantenerse a salvo en las calles.
Esta es la tensa realidad de la vida en Kabul ahora.
Por ahora, los talibanes insisten en que la vida debería continuar con normalidad y han convocado a los trabajadores del gobierno a que vuelvan a trabajar.
Los líderes del grupo insisten en que no hay peligro para la “propiedad, el honor y la vida” de los ciudadanos afganos, y les han dicho a sus combatientes que no ingresen a las casas de las personas ni confisquen sus autos.
Sin embargo, las promesas por sí solas no son suficientes para calmar las preocupaciones de la gente.
Es posible que los combatientes talibanes fuertemente armados que patrullan el centro de la ciudad de Kabul aún no estén imponiendo reglas estrictas en la vida de las personas, pero el temor de que esto pueda cambiar en cualquier momento es omnipresente.
Clarissa Ward y Brent Swails de CNN informaron desde Kabul, Afganistán. Ivana Kottasová de CNN escribió desde Londres.