Hong Kong (CNN Business)– La economía de China se estancó este mes a medida que el país intentaba acabar con un aumento de los casos de covid-19 y lidiaba con la actual crisis del transporte marítimo.
Una encuesta oficial sobre la actividad manufacturera muestra que cayó a 50,1 en agosto, frente a 50,4 en julio. Esta cifra se situó justo por encima de la marca de 50 puntos que indica una expansión en lugar de una contracción, pero sigue siendo el ritmo de crecimiento más lento desde el inicio de la pandemia. Una encuesta privada sobre la actividad de las fábricas publicada este miércoles también mostró signos de problemas.
El índice Caixin de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero cayó a 49,2 en agosto, lo que indica la primera contracción desde abril de 2020.
El sector de servicios, que ahora representa una porción más amplia de la segunda economía más grande del mundo, tuvo un desempeño aún peor, según la encuesta oficial. El índice PMI no manufacturero se desplomó a 47,5 desde los 53,3 puntos de julio, la primera contracción desde febrero de 2020.
En un principio, la economía de China afrontó la pandemia mucho mejor que muchos otros países, registrando un crecimiento el año pasado mientras otros se contraían. Pero las secuelas de la variante delta y el enfoque “covid-19 cero” de China han causado estragos en las últimas semanas.
El peor brote de coronavirus del país en un año llevó a las autoridades a tomar medidas drásticas para detener nuevos contagios, incluyendo el confinamiento de ciudades, la cancelación de vuelos y la suspensión del comercio. La estrategia agresiva e inflexible parece haber contenido a la variante delta, a costa de la actividad económica.
“Las últimas encuestas sugieren que la economía de China se contrajo el mes pasado, ya que las interrupciones del virus pesaron mucho en la actividad de los servicios”, escribió Julian Evans-Pritchard, economista senior de China en Capital Economics, en una nota de investigación del martes. Añadió que la caída del PMI no manufacturero se debió enteramente a las interrupciones en el sector de los servicios, ya que “se volvieron a imponer restricciones de movimiento y los consumidores se volvieron más cautelosos en medio del nuevo brote del virus”.
Los problemas continuos de la cadena de suministro mundial han empeorado la situación. El comercio mundial lleva meses sumido en el caos por el repunte de la fabricación y la explosión de la demanda de los consumidores, y las cadenas de suministro se han visto aún más afectadas por la escasez de contenedores, los cierres de fábricas relacionados con el covid-19 en Vietnam y los efectos persistentes del cierre de puertos en China.
Una terminal del puerto de Ningbo-Zhoushan, al sur de Shanghái, permaneció cerrada durante semanas después de que un trabajador portuario diera positivo en la prueba del covid-19, lo que se sumó al retraso provocado por un cierre anterior en el sur de China, donde se encuentran algunos de los puertos de contenedores más activos del mundo.
“Sigue habiendo signos de escasez de suministros en el desglose de la encuesta, con plazos de entrega que se alargan aún más a la vez que las empresas siguen reduciendo sus inventarios de materias primas”, escribió Evans-Pritchard.
Sin embargo, los brotes de covid-19 y los problemas de transporte no son lo único a lo que se enfrenta China. Beijing también comenzó una campaña masiva de represión contra las empresas. La tecnología, la educación privada y otras industrias se han visto envueltas en la disputa.
Las medidas drásticas, especialmente en los sectores de la tecnología y la educación, “están afectando tanto a la preocupación por el empleo en los sectores afectados como a la confianza de los consumidores en general, a medida que aumenta el temor a intervenciones más amplias”, escribió el lunes Jeffrey Halley, analista principal de mercado para Asia-Pacífico en Oanda.
Evans-Pritchard esperaba que la mayor parte de la debilidad reportada el martes se revirtiera en septiembre, una vez que los casos de covid están bajo control en China. Pero dijo que persisten otras preocupaciones, señalando que las condiciones de crédito limitadas suponen un “lastre creciente”.
“La conclusión es que, incluso si se ignora la volatilidad causada por el reciente brote del virus en China, la economía parece estar volviendo a la tierra”, añadió.