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Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento, productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.

(CNN Español) – No se si a ustedes les ocurre, pero tan pronto entro en un museo siento algo muy positivo, casi “religioso” —y estoy segura de que me baja la presión arterial, mi corazón deja de saltar y correr a mil por hora—, ¡y mi cuerpo se relaja y se siente protegido por el silencio de los mismos!

Porque fíjense que en los museos no hay gritos, ni bulla, ni cláxones, ni bocinas, ni gente hablando alto, ni el menor chirrido de la ciudad… Silencio puro y respetuoso, y de vez en cuando un susurro aquí y allá.

¡Y eso es maravilloso!

Esto me lleva a comentarles algo muy nuevo en nuestro estilo de vida, y que descubrí hace poco en la revista artnet.com. Y se refiere a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) opera un fabuloso programa que estudia y apoya el papel que juegan las artes en el bienestar de los seres humanos. Tema muy de hoy, pues otros estudios internacionales confirman los beneficios de las artes al levantar el espíritu de pacientes en sus casas y en hospitales. Y es por ello que infinidad de estas organizaciones tienen amplios programas de música y de arte.

Mirando hacia atrás, una vez acompañé a mi amigo Plácido Domingo al Weill Cornell Medical Center de Nueva York cuando fue a cantar a niños hospitalizados, ¡y fue una experiencia preciosa, inolvidable realmente! Y algo que desde hace muchos años lo organizan asociaciones, colegios, hospitales y museos internacionales, propiciando estas actividades y visitas a enfermos de todas las edades. A pacientes con Alzheimer, cáncer, problemas neurológicos, demencia, etc. que se benefician muchísimo de la música, la danza, la escritura, igual que la belleza visual y de movimientos de las artes plásticas. ¡Y al menos a mi, los divinos girasoles de Van Gogh —o las cristalinas piscinas californianas de Hockney— me quitan al instante mi ansiedad!

Mari Rodríguez Ichaso.

Y ya desde el 2010, la revista American Journal of Public Health, del Instituto Nacional de Salud en EEUU, publicó un largo estudio sobre “la conexión entre las artes y la salud pública”. Lo mismo que encontramos en Internet en sitios como American Heart Association.

Recuerdo cuando en 2019 se desveló una exhibición de Rembrandt en el 350° Aniversario de su muerte, en el gran museo Rijksmuseum de Ámsterdam, y todos los medios cubrieron la llegada de enfermos —¡muchos en camillas!— que deseaban verla. ¡Y la asociación de caridad holandesa “Ambulance Wens” ayudó a que muchos pacientes terminales pudieran disfrutar a Rembrandt una vez más!

Esto nos trae al 2021, y el intenso estrés que todos hemos vivido por casi 2 años con la tragedia del covid-19. ¿Cómo quitarnos la ansiedad y recobrar armonía? ¿Cómo sentirnos más serenos y en paz? ¿Qué hacer para estar más tranquilos?

Pues la posibilidad de que visitar un museo nos pudiera ayudar a pasar unos minutos de paz y tranquilidad —y ayudar a nuestra salud mental— es una propuesta excelente y muy seria. Y curiosamente —según un artículo de Artnet— un grupo de médicos en Bélgica han “ordenado” a sus pacientes visitas a museos como parte de su tratamiento para curar la ansiedad y el estrés. ¡Me encanta! Y lo más simpático es que museos de Bruselas —como el que guarda la cuantiosa ropa (regalo de visitantes de todo el mundo) de la famosa estatua del niño desnudo haciendo pis (el divertido Manneken Pis)- son parte de las visitas recomendadas.

Programas de visitas que ya existen en organizaciones comunitarias, artísticas y sanitarias en un gran número de países.

Si te gusta la idea ¿por qué no aventajarte de ellas? ¿Buscar lo que existe en su comunidad o ciudad? ¿O ustedes mismos organizarlas? ¡Sería una iniciativa absolutamente genial!

Pues, menos a la obra…No hay excusas ¿No creen?