(CNN) – Cuando era adolescente, mi padre y yo teníamos un trato. Él no sabía usar la computadora, así que yo encargaba las cosas que él quería por Internet. Yo odiaba llamar a la gente por teléfono, así que él llamaba por mí a cualquier organización que necesitara la confirmación de una voz humana.
Nuestro acuerdo tecnológico es una muestra de lo mucho que han cambiado los métodos de comunicación en los últimos 25 años, a medida que la sociedad depende cada vez menos de hablar por teléfono.
Este cambio ha tenido un gran impacto en algo en lo que pienso mucho: las encuestas.
Antes, las encuestas sobre las que escribía se realizaban todas por teléfono, con entrevistadores que llamaban a teléfonos fijos.
Eso ya no es así. La mayoría de los estadounidenses ya no tienen teléfonos fijos. Como millennial, soy uno de esos estadounidenses que solo tienen teléfonos móviles.
Los encuestadores siguen llamando a los teléfonos, pero en su mayoría llaman a los celulares. Pero incluso así, muchos estadounidenses que tienen teléfonos celulares no contestan cuando les llaman.
Como explico en el último episodio de mi podcast “Margins of Error”, no me gusta contestar al teléfono. De hecho, las llamadas inesperadas me ponen nervioso. Resulta que no soy el único. Los jóvenes como yo son menos propensos a responder a esas llamadas de sondeo que los estadounidenses de más edad, según el Pew Research Center.
Para compensar, los encuestadores deben ponderar a los jóvenes que sí responden. Es decir, las respuestas de los jóvenes que participan en el sondeo cuentan un poco más porque inicialmente constituyen menos de la muestra que la población en general.
No son solo los millennials los que no toman la llamada de los encuestadores. Las tasas de respuesta a las encuestas también han disminuido significativamente en la población en general. Esta tendencia, junto con el aumento de los teléfonos celulares, ha hecho que las encuestas telefónicas sean bastante caras, ya que se necesita mucho tiempo para completar una entrevista. (A diferencia de lo que ocurre con los teléfonos fijos, cada teléfono móvil debe marcarse individualmente a mano debido a la ley federal).
Por supuesto, los smartphones de hoy en día hacen que un teléfono celular no sirva solo para hacer y recibir llamadas. La mayoría de los teléfonos inteligentes permiten hacer encuestas a través de Internet, y la mayoría de los estadounidenses los poseen, según una encuesta realizada el año pasado por el diario The Washington Post y la Universidad de Maryland. La mayoría (53%) de los ciudadanos de edad avanzada tienen teléfonos inteligentes, así que no se trata de un fenómeno exclusivo de los jóvenes.
Esta es una de las grandes razones por las que ha aumentado el número de encuestadores que realizan sus sondeos a través de Internet.
Aunque tiene ya varios años de antigüedad, las encuestas por Internet han aumentado enormemente en la última década. La mayoría tienen componentes de Internet. De hecho, ya no está claro que las encuestas realizadas por teléfono sean más precisas que las realizadas por Internet.
Las encuestas en línea son una buena noticia para la gente que, como yo, se preocupa por la política, pero le da ansiedad hablar por teléfono. Algunas personas tienen un caso tan grave de esta ansiedad que tienen lo que se conoce como “fobia al teléfono”. De hecho, hay entrenadores que enseñan a la gente a hablar por teléfono y a superar sus miedos.
En el episodio del podcast de esta semana hablaremos con alguien que hace exactamente eso. También hablaremos con mi madre sobre mis problemas.
Así que si eres alguien que tiene problemas para hablar por teléfono o simplemente quieres escuchar a mi madre regañándome, querrás sintonizarnos.
Escucha los episodios de “Margins of Error” tan pronto como se publiquen. Encuéntralo en Apple Podcasts, Spotify o tu aplicación de podcast favorita.