(CNN) – Casi 1.000 de los queridos manatíes de la Florida han muerto desde principios de este año, en su mayoría por inanición, según las autoridades de la fauna salvaje.
Las 984 muertes de manatíes registradas en lo que va del año duplican con creces el total del año pasado, que fue de 483, según las estadísticas de mortalidad facilitadas por la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés).
La mayoría de las muertes se asociaron a la inanición debido a la falta de pastos marinos cerca de los lugares de refugio de aguas cálidas en la Laguna del Río Indio, dijo la FWC, señalando que continúa una investigación exhaustiva de las muertes.
Los manatíes, cariñosamente apodados “vacas marinas”, suelen pesar alrededor de 450 kilogramos y habitan normalmente en las aguas cálidas y poco profundas de la costa de Florida.
Pero cuando los nutrientes de las aguas residuales o las escorrentías que contienen fertilizantes, microplásticos o productos químicos tóxicos se filtran en el hábitat marino de un manatí, ya sea de agua dulce o salada, pueden alterar el equilibrio del agua y provocar la formación de floraciones de algas nocivas.
Las floraciones de algas cubren la superficie del agua y dan sombra a las hierbas marinas que dependen del sol para sobrevivir, matándolas.
Las hierbas marinas que sobreviven a las malévolas floraciones son sobreexplotadas por los manatíes, cuyas fuentes de alimento se han reducido, por lo que las plantas no pueden volver a crecer con la suficiente rapidez para seguirlos alimentando, según declaró a CNN a principios de este año Michael Walsh, profesor clínico asociado de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida, especializado en la salud de los animales acuáticos.
A medida que mueren las hierbas marinas, los manatíes empiezan a comer menos o comen otras plantas que no les proporcionan la nutrición necesaria y empiezan a perder peso. Con el tiempo, esto conduce a la desnutrición y, finalmente, a la inanición, dijo Walsh.
Los manatíes pueden viajar cientos de kilómetros hasta encontrar una nueva fuente de alimento y, con suerte, agua caliente. Pero cuanto más frío haga, más comida tendrán que consumir para mantenerse calientes, dijo Walsh. Si hay menos comida, sucumbirán más rápidamente al estrés por frío: a pesar de su impresionante circunferencia, no tienen suficiente grasa para mantenerse calientes cuando la temperatura del agua desciende por debajo de los 20 grados Celsius.
El último acontecimiento comparable de mortalidad inusual ocurrió en 2010, cuando las temperaturas en Florida cayeron a mínimos históricos en una ola de frío que resultó extremadamente peligrosa para los manatíes. Más de 760 manatíes murieron ese año, según la FWC.
“Estamos comprometidos a trabajar con los socios y nuestra financiación dedicada para identificar las acciones necesarias para conservar la población de manatíes de Florida”, dijo Carly Jones de la FWC a CNN. “Continuaremos evaluando los próximos pasos de acuerdo con los aprendizajes de este evento”.