(CNN) – Por primera vez en la historia, un avión Airbus A340 aterrizó en la Antártida.
Hi Fly, una empresa de aviación boutique, fue la encargada del vuelo. La empresa se especializa en el arrendamiento de aviones con tripulación, lo que significa que alquila tanto el avión como la tripulación y se encarga de los seguros, el mantenimiento y otros aspectos logísticos.
El Hi Fly 801 despegó de Ciudad del Cabo, Sudáfrica el martes 2 de noviembre.
El avión fue encargado por Wolf’s Fang, un nuevo campamento de aventuras de lujo en el continente más meridional del mundo, y llevó los suministros necesarios al complejo. Wolf’s Fang es un nuevo proyecto de la empresa de turismo antártico de alta gama White Desert.
La tripulación del Hi Fly 801 (y su viaje de vuelta a Ciudad del Cabo, el Hi Fly 802) estaba dirigida por el capitán Carlos Mirpuri, que también es vicepresidente de Hi Fly.
Cada vuelo duró entre cinco y cinco horas y media, y el equipo pasó menos de tres horas en tierra en la Antártida, recorriendo 2.500 millas náuticas.
La pista de hielo azul de Wolf’s Fang está designada como aeropuerto de nivel C, a pesar de no ser técnicamente un aeropuerto. Eso significa que solo pueden volar allí tripulaciones altamente especializadas debido a las condiciones tan difíciles.
“Cuanto más frío esté, mejor”, explicó Mipuri en su cuaderno de bitácora.
“Las ranuras se tallan a lo largo de la pista con un equipo especial, y después de limpiarlas y tallarlas conseguimos un coeficiente de frenado adecuado; como la pista tiene 3.000 metros de longitud, aterrizar y detener un A340 tan pesado en ese aeródromo no sería un problema”.
Aunque el hielo azul es precioso, también puede ser preocupante para los pilotos por su resplandor.
Mipuri añadió: “El reflejo es tremendo, y unas gafas adecuadas te ayudan a ajustar los ojos entre la vista exterior y la instrumentación. El piloto que no vuela tiene un papel importante a la hora de realizar los avisos habituales y adicionales, especialmente en las últimas fases de la llegada.
El primer vuelo registrado a la Antártida fue un monoplano Lockheed Vega 1 en 1928, pilotado por George Hubert Wilkins, un piloto militar y explorador australiano. Despegó de la isla Decepción, en las islas Shetland del Sur. El proyecto fue financiado por William Randolph Hearst, el rico magnate editorial estadounidense.
Gracias a este tipo de vuelos cortos de exploración, los científicos y cartógrafos obtuvieron información vital sobre la topografía de la Antártida.
Hasta el día de hoy no existe ningún aeropuerto en el llamado “Continente Blanco”, pero sí hay 50 pistas de aterrizaje.
Australia y Sudáfrica son solo dos de las potencias mundiales con intereses en la Antártida.
Como señala el sitio web de aviación Simple Flying, la estación rusa de investigación antártica organizó una media docena de vuelos de prueba a su pista de hielo azul de 914 metros entre 2019 y 2020. Esos se llevaron a cabo con aviones de fuselaje ancho también.
Dado que la gran mayoría de la gente llega al continente en barco, ver al A340 aterrizar en una pista de hielo es ciertamente espectacular, y significa que probablemente habrá más aterrizajes de este tipo en el futuro.