(CNN) – Existen pocos lugares en la Tierra que los seres humanos no hayan ensuciado con los residuos y la contaminación que proviene de nuestros automóviles a gasolina, la electricidad de carbón con la que impulsamos nuestros hogares y el polvo y el hollín que cae de los incendios forestales que hemos empeorado.
Ahora, incluso la Antártida, el único continente sin habitantes humanos permanentes, está siendo alterada por la mugre que nos sigue a donde quiera que vamos.
Un estudio publicado este martes en la revista académica Nature Communications revela que la creciente presencia humana en la Antártida está provocando un mayor derretimiento de la nieve, una mala noticia para un mundo helado que ya está luchando contra los efectos del calentamiento global provocado por el ser humano.
Los científicos descubrieron que el carbono negro, la contaminación oscura y polvorienta que proviene de la quema de combustibles fósiles, se ha asentado en lugares donde los turistas e investigadores pasan mucho tiempo. Incluso las cantidades más pequeñas de este contaminante oscuro pueden tener un impacto significativo en el derretimiento debido a su muy bajo “albedo”, o capacidad de reflexión: las cosas que son de color claro, como la nieve, reflejan la energía del Sol y se mantienen frescas; las cosas que son oscuras, como el carbono negro, absorben la energía del sol y se calientan.
Si a la nieve blanca y brillante se le añade un poco de carbono negro, tenemos los ingredientes necesarios para el deshielo.
Y lo que ocurre en la Antártida tiene repercusiones mundiales. Es un enorme continente blanco que refleja una cantidad significativa de la energía del sol hacia el espacio. La pérdida de hielo y de nieve significa que las temperaturas de la tierra y del océano se calientan más, lo que a su vez provoca más deshielo, en lo que se convierte en un círculo vicioso del cambio climático.
“La Antártida es actualmente una de las regiones que se calienta más rápidamente en el planeta”, afirma Alia Khan, científica especializada en nieve y hielo de la Universidad de Western Washington. “La nieve ya se está derritiendo debido a los impactos del cambio climático, pero esto es un factor que exacerba el derretimiento de la nieve”.
Los investigadores tomaron muestras de nieve alrededor de los sitios turísticos y de los lugares de investigación de 2016 a 2020 y encontraron que el carbono negro encontrado en esas muestras era considerablemente más abundante que los niveles medidos en otras partes del continente.
La investigación encontró que los niveles más altos de hollín se midieron cerca de la estación de investigación argentina en la Bahía Esperanza en la Península de Trinidad, cerca de la parte más al norte de la Antártida.
“Los barcos (turísticos) de la Antártida suelen utilizar diésel marino menos contaminante, y algunas embarcaciones complementan el combustible con energía de baterías”, señala el estudio. Sin embargo, los investigadores señalan que sus resultados muestran que hay que hacer más para reducir la contaminación a medida que el turismo sigue aumentando.
Aproximadamente 74.000 turistas visitaron la Antártida durante el verano de 2019-2020, informaron los investigadores, un aumento del 32% con respecto a 2018-2019 y más del doble que hace una década.
Khan dijo que este estudio era importante no solo para entender lo que está sucediendo en la Antártida, sino porque los modelos climáticos globales, que los científicos utilizan para predecir los cambios ambientales con décadas y siglos de anticipación, necesitan una mejor comprensión del impacto del albedo de la nieve en el sistema climático.
“El efecto del albedo de la nieve es una de las mayores incertidumbres en los modelos climáticos regionales y globales en este momento”, dijo Khan a CNN. “Esa es una de las motivaciones del estudio, cuantificar el impacto del carbono negro en la Antártida debido a las emisiones locales producto de las investigaciones, las actividades y el papel del carbono negro en la pérdida global de hielo”.
Marilyn Raphael, profesora de geografía y directora del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la UCLA, explicó que alterar la Antártida podría desestabilizar el delicado equilibrio de nuestro planeta.
Cómo nuestro equilibrio depende de la Antártida
“La Antártida está ahí en silencio todo el año. Pero, si no estuviera allí, en el estado que le corresponde, el equilibrio que tenemos en el sistema climático, el equilibrio que disfrutamos en el hemisferio norte, dejaría de existir”, dijo Raphael.
El estudio del martes se produce junto a un récord alarmante en la Antártida: la superficie del océano cubierta por el hielo marino alrededor del continente alcanzará un nuevo mínimo este año. Raphael dijo que los cambios en el hielo marino también podrían tener un alcance global.
El hielo marino de la Antártida también es importante para mantener el equilibrio de la circulación atmosférica, dijo Raphael. Esta circulación impulsa los vientos y es el medio por el que se transporta la energía hacia o desde el continente.
“Si la circulación atmosférica cambia, el clima global cambia”, dijo.
A medida que las aguas se calientan y el hielo marino se reduce, algunas criaturas antárticas encuentran sus hogares cada vez más inhabitables. Las colonias de pingüinos de la Antártida, por ejemplo, dependen en gran medida del krill en su dieta, y el krill depende del hielo marino. Los científicos han observado un sorprendente descenso de las colonias de pingüinos en los últimos tiempos, ya que el krill es cada vez más difícil de encontrar.
“Todo lo que hacemos tiene consecuencias”, dijo Raphael. “Tenemos que informarnos sobre esas consecuencias, especialmente en sistemas de los que sabemos relativamente poco. Tenemos que tener cuidado de no alterar el equilibrio climático”.