Nueva York (CNN Business) – Los problemas de la cadena de suministro y la inflación han afectado a prácticamente todos los bienes de consumo, pero las mujeres que menstrúan se enfrentan ahora a una tensión añadida, a medida que llega la escasez de productos para la menstruación a Estados Unidos.
Los principales minoristas y fabricantes reconocieron la escasez esta semana, confirmando las quejas que han estado circulando en las redes sociales durante meses. El asunto acaparó la atención nacional esta semana después de que un artículo en Time calificara la escasez de tampones y toallas sanitarias como la escasez de la que “nadie habla”.
“Hace meses que no veo ningún producto en las tiendas”, publicó una usuaria en Reddit. “He estado pidiendo mis tampones en Amazon y me han estado timando con el precio”.
Los precios de los tampones han subido significativamente: casi un 10% desde hace un año, según Bloomberg. Pero un portavoz de Amazon desmintió los rumores de precios abusivos, afirmando que sus políticas “ayudan a garantizar que los vendedores fijen los precios de sus productos de forma competitiva”, y que la compañía supervisa activamente los precios y elimina las ofertas que violan su política de precios justos.
La escasez parece provenir de las limitaciones de suministro en torno a materiales clave como el algodón y el plástico, que también se utilizan en los equipos de protección personal, y que han tenido una gran demanda desde el inicio de la pandemia. La guerra en Ucrania ha dificultado aún más el suministro, ya que tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de fertilizantes, que se utilizan para cultivar algodón. La sequía en Texas tampoco ha ayudado.
La escasez de materias primas y los atascos en la cadena de suministro no son exclusivos de los productos para la menstruación, pero, al igual que la escasez de leche de fórmula infantil en Estados Unidos, existe una demanda biológica incesante y urgente que no puede sustituirse fácilmente. Las personas que menstrúan no pueden esperar simplemente a que reabastezcan los anaqueles.
“Llevar las materias primas y los productos envasados a los lugares que necesitamos sigue siendo costoso y muy inestable”, dijo Andre Schulten, director financiero de Procter & Gamble, en una reciente presentación de resultados.
Cuando Time preguntó a Procter & Gamble, propietaria de las populares marcas Tampax y Always, sobre la escasez, un portavoz de la compañía culpó al aumento de la demanda vinculado a una campaña publicitaria protagonizada por la comediante Amy Schumer.
Desde el lanzamiento de los anuncios en julio de 2020, “el crecimiento de las ventas al por menor se ha disparado”, dijo el portavoz a Time.
Por supuesto, echar la culpa a los anuncios de Schumer no explica por qué también es difícil de conseguir productos de otras marcas. Un representante de P&G dijo el jueves a CNN Business que el equipo de Tampax está “produciendo tampones las 24 horas del día para satisfacer el aumento de la demanda”.
“Entendemos que es frustrante para los consumidores cuando no pueden encontrar lo que necesitan”, dijo el portavoz de P&G en un correo electrónico. “Podemos asegurar que se trata de una situación temporal”.
Mientras los titulares sobre el comentario de Schumer circulaban esta semana, la comediante, que ha hablado públicamente sobre su histerectomía del año pasado, respondió con una ocurrencia en las redes sociales.
“Oigan, ni siquiera tengo útero”, escribió en Instagram el jueves debajo de una captura de pantalla de un titular que decía: “Por qué Amy Schumer está siendo culpada por la escasez nacional de tampones”.
Los representantes de Schumer no respondieron a una solicitud de comentarios.
Tanto Walgreens como CVS dijeron que están al tanto de la escasez de tampones y otros productos para la menstruación en algunas áreas y que están trabajando con sus proveedores para asegurarse de que puedan reabastecerse lo antes posible.
La escasez de tampones guarda un incómodo paralelismo con la escasez de leche de fórmula infantil, sobre todo por las respuestas poco útiles que ofrecen los hombres que no se ven directamente afectados. En ambos casos, las mujeres afirman que son bombardeadas con comentarios, algunos de los cuales ofrecen ayuda genuina, mientras que otros están llenos de indignación por las supuestas deficiencias biológicas de las mujeres.
“Si pudiéramos imaginar un mundo en el que los hombres tuvieran que amamantar a sus bebés… la escasez de leche artificial no sería tan grave”, escribió la periodista Elizabeth Spiers en un ensayo de opinión para The New York Times.
“En esa realidad alternativa… la leche de fórmula no estaría estigmatizada porque es una opción que los hombres querrían tener a su disposición”.