(CNN Español) – Desde el 24 de febrero de 2022 el mundo ha estado observando de cerca y se ha horrorizado por los combates que arrasan con Ucrania en una guerra que parece estancada; ha visto en redes sociales a los tanques avanzando por los campos y entre los bosques mientras aviones cargados de bombas cruzan el cielo, y a las ciudades destruidas y los miles de refugiados que escapan de las trincheras y los cráteres que deja la artillería.
La guerra no termina y aún no queda claro cuánto tiempo más durará el conflicto bélico más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Este miércoles, Día de la Independencia de Ucrania, se cumple exactamente medio año desde los primeros disparos.
¿Qué podemos esperar para lo que queda del año, antes de la llegada del temido invierno al hemisferio norte?
Una guerra estancada
La guerra en Ucrania ha atravesado muchas fases desde su inicio a finales de febrero. Aquí puedes leer más sobre las causas de este conflicto, al que Moscú calificó en un principio de “operación especial” destinada a proteger a los rebeldes prorrusos en Donbás y desmilitarizar a Ucrania, y a la que Occidente ha condenado como una guerra de agresión.
Comenzó con una invasión rusa a gran escala en tres grandes frentes: en el norte, en dirección a la capital ucraniana Kyiv y la ciudad de Járkiv; en el este, en la región del Donbás en apoyo de las Repúblicas Populares levantadas en 2014 con apoyo de Moscú; y en el sur, donde tropas rusas partieron de Crimea —anexada en 2014 y aún reclamada por Ucrania– y lanzaron una ofensiva sobre las costas ucranianas sobre el Mar Negro y el Mar de Azov.
La ofensiva sobre Kyiv y Járkiv no tuvo éxito, en medio de una fuerte resistencia ucraniana, y las tropas rusas se replegaron.
En el sur, en cambio, Rusia capturó numerosas ciudades importantes, entre ellas Jersón, Melitopol y Mariúpol, y completó el corredor terrestre que buscaba entre Crimea y el Donbás. Tras estos éxitos iniciales frenó su avance y consolidó sus ganancias.
Así, el foco de la guerra se trasladó en abril al Donbás: Rusia concentró sus fuerzas en esta región que lleva ocho años en guerra y que alberga a las más importantes fortificaciones ucranianas. Los combates allí han estado, en consecuencia, centrados en la artillería y las trincheras, y los avances de Moscú han sido lentos.
Desde entonces la guerra parece estar estancada, sin grandes movimientos ni capturas de ciudades como las vistas en los meses iniciales, y con el foco ahora en un conflicto de desgaste en el este, mientras Rusia sobrevive a las importantes sanciones impuestas por Occidente.
“Los tomadores de decisiones en Occidente parecen haber llegado a un consenso sobre la guerra en Ucrania: el conflicto se asentará en un prolongado estancamiento, y finalmente una Rusia debilitada aceptará un acuerdo de paz que favorezca a Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN, así como a Ucrania”, escribió John Mearsheimer, uno de los especialistas en Relaciones Internacionales más influyentes de Estados Unidos, en la revista Foreign Affairs. “Washington y sus aliados están siendo demasiado arrogantes”, agregó.
Para Mearsheimer, Washington y Moscú han aumentado considerablemente sus ambiciones desde el inicio de la guerra, y ambos están comprometidos en ganar el conflicto. Esto significaría que hay pocas probabilidades de que ambas partes lleguen a un acuerdo que signifique hacer concesiones, lo cual contribuirá a que la guerra siga estancada. Pero también aumenta las probabilidades de una escalada peligrosa.
En medio de estos acontecimientos, Ucrania hundió al crucero de misiles ruso Moskva, que apoyaba las operaciones rusas desde el Mar Negro, Occidente no ha cesado en sus envíos de armas modernas para las tropas ucranianas, y Rusia ha continuado bombardeando instalaciones ucranianas muy por detrás de las líneas del frente. Ambos bandos han sufrido fuertes pérdidas, aunque estimar los números reales es difícil.
Más recientemente, Darya Dugina, hija de un influyente filósofo ruso cercano a Vladimir Putin y promotor de la guerra, fue asesinada el domingo en Moscú. Aún no está claro quién llevó adelante el ataque.
Steven Pifer, analista del instituto Brookings, destacó a comienzos de mes que este “no es un momento propicio para negociar”, dado que los objetivos de Rusia —neutralidad ucraniana, reconocimiento de los rebeldes en Donbás y de la anexión de Crimea, entre otros— siguen vigentes y significan prácticamente la capitulación total de Ucrania. Además, Kyiv no tiene incentivos para creer en un alto al fuego duradero con Moscú, dadas sus experiencias en 2014 y 2015.
Daniel Treisman, profesor de Ciencia Política en la Universidad de California, dijo este martes en una pieza de opinión en CNN que “una última lección es la que Occidente ya no puede evitar. La agresión a Ucrania de Putin ha eliminado cualquier última duda de que estamos en una nueva Guerra Fría. Se necesitará mucha habilidad para evitar que se caliente”.
“Occidente aún no ha comprendido lo que costará defenderse de China, Rusia y otras amenazas emergentes”, agregó.
Señales de una contraofensiva de Ucrania
Desde hace semanas, ha habido reportes sobre posibles operaciones ofensivas de parte de Ucrania en el sur del país, y de ataques preliminares contra posiciones rusas en territorio ocupado.
Andrii Yusov, portavoz de la Inteligencia de Defensa del Ministerio de Defensa de Ucrania, dijo la semana pasada que “en un futuro próximo, habrá acontecimientos muy importantes en todo el frente”.
“No se trata de atarse a ninguna fecha, sin embargo, tenemos que considerar [el] factor del Día de la Independencia de Ucrania”, dijo Yusov a la fecha que se cumple este 24 de agosto y que coincide con los seis meses desde el inicio de la guerra.
Aún no se ha visto el inicio de una gran operación terrestre de Ucrania, pero sus fuerzas dicen estar retomando territorios en torno a Jersón, lentamente, y las tropas rusas están allí a la defensiva, a diferencia de lo que ocurre en el este.
Ucrania también dice que en el transcurso de este mes ha estado realizando ataques contra depósitos de municiones, puentes y líneas de suministros en este frente, acciones que usualmente preceden a una ofensiva. Kyiv también ha dicho que para realizar algunos de estos ataques se han valido de armas avanzadas enviadas por Occidente, como el sistema lanzamisiles múltiple estadounidenses HIMARS.
“Nuestros aviones realizaron dos ataques contra un reducto, una concentración de personal, armas y equipos en las zonas de Oleksandrivka y Burkhanivka”, dijo el lunes el Mando Operativo Sur en un comunicado. Estas zonas se encuentra en las regiones de Mykolaiv y Jersón.
Ha habido también varias explosiones en instalaciones militares rusas detrás de las líneas del frente y que aún no se han atribuido, como el ocurrido en la base aérea de Saki en Crimea.
Rusia podría retomar la iniciativa en la guerra
Más allá de las señales de una posible contraofensiva ucraniana en el sur, Rusia sigue atacando y avanzando, también lentamente, en el estancado frente del Donbás, en el este. Y podría escalar en sus ataques en Ucrania, ya sean bombardeos o en un un ataque sobre Odesa, la ciudad ucraniana amenazada al principio de la guerra pero finalmente no asaltada.
La embajada de Estados Unidos en Ucrania hizo este martes una advertencia para los ciudadanos estadounidenses allí, a los que instó a abandonar el país por el creciente peligro de una nueva ola de ataques rusos contra infraestructura civil e instituciones de gobierno en lo profundo del país.
Desde el inicio de la guerra Rusia ha usado sus aviones de combate y sus misiles balísticos para golpear blancos en casi toda Ucrania, más allá de los frentes en los que combaten sus tropas. Kyiv es bombardeada regularmente, y ciudades como Lviv, en el oeste, también han sido golpeadas.
“La Embajada de Estados Unidos insta a los ciudadanos estadounidenses a salir de Ucrania ahora utilizando opciones de transporte terrestre disponibles de forma privada si es seguro hacerlo. La situación de seguridad en toda Ucrania es muy volátil y las condiciones pueden deteriorarse sin previo aviso”, dice el comunicado.
El presidente de Ucrania, Volodymy Zelensky, también advirtió que Rusia podría intentar atacar precisamente el 24 de agosto y en ocasión del día de la independencia de Ucrania.
Ucrania, una ex república socialista con una larga historia de sometimiento por parte de Rusia, se independizó finalmente el 24 de agosto de 1991, año que en finalmente colapsaría la Unión Soviética de la que formaba parte.
Desde entonces las relaciones entre Rusia, heredera legal de la URSS, y Ucrania han sido extremadamente difíciles.
“La amenaza para Rusia es hoy aún mayor que antes de la guerra, principalmente porque la administración Biden está ahora decidida en hacer retroceder las ganancias territoriales de Rusia y a frenar permanentemente su poder. Moscú no puede permitirse perder en Ucrania y utilizará todos los medios disponibles para evitar la derrota”, escribió Mearsheimer.
La temida llegada del invierno a Ucrania
La guerra entre Ucrania y Rusia ha tenido un fuerte impacto en la economía global, y ha sido especiamente dura con los países de Europa.
Rusia es uno de los principales exportadores globales de petróleo y gas, y Europa es su principal comprador. Rusia también es uno de los principales exportadores de cereales, especialmente trigo, al igual que Ucrania, y la guerra ha afectado también los precios de los alimentos en todo el mundo.
A finales de julio Ucrania y Rusia llegaron a un acuerdo, con mediación de Turquía y las Naciones Unidas, para permitir la exportación de granos ucranianos a través de corredores navales seguros en el Mar Negro. Los primeros barcos comenzaron a transportar cereales en agosto, y se espera que la medida pueda contribuir a evitar una catastrófica crisis alimentaria, como advierte la ONU, pero sus efectos aún están por verse.
Por el lado de la energía, los precios del petróleo y el gas se mantienen alto, y los suministros de gas de Rusia a Europa se han venido reduciendo por causa de la guerra. En diciembre el hemisferio norte entrará oficialmente en el invierno, y existe una gran preocupación por el impacto que esto tendrá en Europa.
El invierno europeo, marcada por las bajas temperaturas y las intensas nevadas, puede contribuir a estancar aún más el conflicto bélico, ya que tales condiciones climáticas suelen frenar las operaciones militares terrestres.
“A Occidente le espera un doloroso ajuste de cuentas en los próximos seis meses”, escribió Treisman. “La unidad de Occidente en torno a Ucrania en primavera fue impresionante. El reto ahora será mantener esa cohesión durante un invierno en el que el suministro de gas será cada vez menor”.
Con información de Oleksandra Ochman, Vasco Cotovio, Brad Lendon, Lauren Said-Moorhouse, Angus Watson, Ivan Watson, Olha Konovalova, Dan Hodge y Tim Lister.