Tokio, Japón (CNN) – Un hombre japonés de unos 70 años fue trasladado a un hospital de Tokio tras prenderse en fuego cerca de la oficina del primer ministro, informó la cadena pública japonesa NHK.
“Escuché que la policía encontró a un hombre que había sufrido quemaduras cerca de la oficina del gabinete esta mañana, antes de las 7 am, y estoy al tanto de que la policía está investigando”, dijo el secretario en jefe del gabinete de Japón, Hirokazu Matsuno, a periodistas este miércoles.
El hombre dijo a la policía que estaba en contra de los planes de celebrar un funeral de Estado para el ex primer ministro Shinzo Abe a finales de este mes, reportó TV Asahi, filial de CNN.
La policía recopila pruebas de las cámaras de seguridad y de los testigos presenciales, según TV Asahi, que añadió que un agente que intentó apagar el fuego resultó herido y fue trasladado al hospital.
Aumentan las protestas contra funeral de Estado de Shinzo Abe
Shinzo Abe fue el primer ministro de Japón que más tiempo estuvo en el cargo, de 2006 a 2007 y de nuevo de 2012 a 2020 antes de dimitir por motivos de salud.
Murió por una hemorragia excesiva en julio, a la edad de 67 años, tras recibir un disparo mientras pronunciaba un discurso público de campaña.
La noticia de su asesinato resonó en todo el mundo y enormes multitudes se congregaron en las calles de Tokio para mostrar sus condolencias.
El gobierno de Japón anunció que celebraría un funeral de Estado para Abe el 27 de septiembre, y se prevé que la ceremonia cueste hasta US$ 12 millones debido a los elevados gastos de seguridad y recepción de los mandatarios extranjeros.
La oposición a esta medida es cada vez mayor. Algunos manifestantes están resentidos por lo que consideran un uso exorbitante de los fondos públicos para el evento, mientras que otros señalan la política ocasionalmente divisiva de Abe.
Los funerales de Estado en Japón suelen estar reservados a los miembros de la familia imperial, aunque también se concedió este honor al ex primer ministro Shigeru Yoshida en 1967.
A pesar de sus victorias en las urnas, Abe no fue ajeno a la polémica. Se vio envuelto en varios escándalos durante su carrera y avivó la polémica con sus visitas al santuario de Yasukuni, que incluye los nombres de criminales de guerra condenados y es considerado por China, Corea del Norte y Corea del Sur como un símbolo del pasado militar imperial de Japón.