(CNN Español) – Ninguna palabra parece ya suficiente para explicar la magnitud de la crisis ambiental. Tal vez la mejor forma de entenderlo es con una cifra: 94%.
Las poblaciones de animales vertebrados —categoría que incluye a mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces— en América Latina y el Caribe han disminuido un 94% en promedio entre 1970 y 2018, según el Informe Planeta Vivo 2022 publicado por la organización World Wildlife Fund (WWF).
Este es apenas uno de los múltiples números que reflejan la crisis de biodiversidad que atraviesa la Tierra, estrechamente conectada con la otra crisis ambiental cuyos efectos ya sentimos en el día a día: la climática.
La organización hizo su evaluación más exhaustiva hasta el momento sobre la situación de los animales vertebrados y encontró que, a nivel mundial, las poblaciones descendieron en promedio un 69% en casi 50 años. La situación de América Latina y el Caribe, 25% por encima de la media global, es la más alarmante. En América del Norte, mientras tanto, el porcentaje asciende a 20%, según el informe que controla a unas 32.000 poblaciones de poco más de 5.230 especies.
Las poblaciones que más han disminuido, según el estudio elaborado por 98 profesionales, son las de agua dulce, que se redujeron en un 83% en el período relevado. A nivel marino se destacan también la pérdida de corales, que se han reducido a la mitad, y el descenso drástico en la abundancia de tiburones y rayas oceánicas.
“Las cifras (…) no deben ser interpretadas de manera apocalíptica ni como un punto de no retorno. Más bien, debemos verlas como una señal de alarma que nos advierte de la urgencia de actuar ahora. Todavía
estamos a tiempo de revertir la pérdida de biodiversidad”, dice en una declaración que acompaña la publicación Luis Germán Naranjo, director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia.
Los cambios en el suelo y la sobreexplotación de la flora y la fauna son los principales factores asociados a la degradación de la biodiversidad, así como el cambio climático, la contaminación y la presencia de especies exóticas invasoras. Detrás de estos fenómenos está la huella humana y nuestra demanda creciente de alimentos y energía, que acompaña además al aumento de la población.
“Hasta la fecha el cambio climático no ha sido un factor dominante de la pérdida de biodiversidad, pero si no limitamos el calentamiento a menos de 2°C, preferiblemente 1,5°C, es probable que en las próximas décadas el cambio climático se convierta en el principal factor de la pérdida de biodiversidad y de la degradación de los
servicios ecosistémicos”, explica el informe sobre el rol de la crisis climática.
En América Latina hay múltiples “puntos calientes” de riesgo
WWF elaboró, combinando información de la Lista Roja de la Unión para la Conservación para la Naturaleza, un mapa en el que identifica distintos niveles de amenaza hacia las especies de mamíferos, aves y anfibios. Las amenazas están dadas principalmente por la agricultura, la tala, la sobreexplotación y captura de animales, la contaminación, el cambio climático y las especies invasoras.
El mapa muestra que América Latina tiene algunos de los puntos calientes de mayor amenaza, que son los identificados en violeta. El informe incluye entre las regiones a las que se debe prestar más atención a la cuenca del Amazonas y los Andes septentrionales, hasta Panamá y Costa Rica.
Una radiografía del Amazonas
“En ocho años la Amazonía tal y como la conocemos puede haber desaparecido”. Esta sombría advertencia forma parte de la evaluación publicada por WWF sobre el bosque tropical más grande del mundo. Allí se especifica que el 17% de la cuenca ha sido deforestada y otro 17% se encuentra degradado.
El Amazonas hoy es hogar de más de 500 grupos de pueblos originarios y en los territorios indígenas, que ocupan un 27% de la superficie total, es donde se encuentran las menores tasas de deforestación.
En el informe, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica hace un llamado a un acuerdo que permita proteger de manera permanente al 80% del Amazonas para 2025, lo que implica un reconocimiento y respeto del rol de los indígenas sobre el territorio.
“¿Es posible que el bioma de la Amazonía sea declarado patrimonio cultural intangible de la humanidad, para que todas las criaturas que viven en ella dejen de ser asesinadas, quemadas y contaminadas? ¿Es posible salvar este ecosistema de la extinción?”, se preguntan. La respuesta es afirmativa, según los referentes, pero implica necesariamente un trabajo con los pueblos indígenas.
El alumno sobresaliente también está en América Latina
América Latina muestra las cifras más alarmantes y, al mismo tiempo, alberga un país que es ejemplo a nivel mundial: Costa Rica.
El informe destaca la trayectoria de la nación centroamericana desde que en 1994 incluyó el derecho a un medio ambiente saludable en la Constitución. Para ese año, debido a la deforestación, los bosques ocupaban un 25% de la superficie del país. Hoy, según WWF, el porcentaje se duplicó y gracias a la reforestación ocupan más de la mitad del territorio.
El 99% de la electricidad que se consume en el país procede de fuentes de energía renovables, porque como la solar y la eólica, y se ha prohibido por ley la minería a cielo abierto y la explotación de gas y petróleo.
Además, el país cuenta con un impuesto para el carbono con cuya recaudación se paga a los agricultores y pueblos indígenas que restauran los bosques.