(CNN Español) – Miércoles 8 de agosto de 2018, La Alcudia, España. Argentina se consagra campeón por segunda vez en su historia del tradicional torneo COTIF Sub-20, en medio de una turbulenta realidad organizativa de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tras el mal desempeño de la selección mayor en el Mundial de Rusia, en el que fue eliminado por Francia en octavos de final, en medio de un escándalo por la relación rota entre los futbolistas y el cuerpo técnico encabezado por Jorge Sampaoli.
Aquel título, con juveniles con escasa o ninguna participación en primera división, puede marcarse como la génesis de lo que, cuatro años más tarde, es la selección argentina absoluta que ilusiona a todos con volver a alzar la Copa del Mundo, esta vez, en Qatar. Lionel Scaloni, actual entrenador del conjunto albiceleste, fue el conductor de aquel equipo juvenil que se consagró en España, cuya participación estuvo en duda hasta último momento por problemas organizativos.
Y ese título le permitió al exjugador de Newell’s, Estudiantes de La Plata y Deportivo La Coruña (equipo con el que consiguió una Liga, una Copa del Rey y dos Supercopas de España) quedar al frente de la selección mayor, en un momento signado por décadas sin títulos oficiales.
Primero interino y luego ratificado, Scaloni se hizo cargo de la selección argentina en medio de las críticas generalizadas del mundo del fútbol argentino, quienes señalaban (no sin argumentos) su falta de experiencia para estar al frente del equipo. Es que el hombre nacido en 1978 en Pujato, en la provincia de Santa Fe, no tenía antecedentes como entrenador. Solo había formado parte del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli como ayudante en Sevilla de España en 2016, y en el Mundial de Rusia 2018.
Sin embargo, en silencio y con trabajo, Scaloni supo moldear una nueva selección argentina, construyendo poco a poco un equipo con el que Lionel Messi se sintiera cómodo y no “máximo responsable” del funcionamiento.
La Copa América 2019, eliminatorias y pandemia
Luego de una serie de partidos amistosos en el final de 2018 y principios de 2019, la selección argentina tuvo su primer gran desafío en la Copa América que se disputó en Brasil. El equipo estaba en plena reconstrucción, con la ausencia de varios “históricos” de la generación dorada comandada por Lionel Messi, que habían sido protagonistas del subcampeonato en el Mundial de Brasil 2014.
En aquella Copa América, el equipo fue de menor a mayor y comenzó a mostrar algunas señales de lo que el entrenador buscaba. Superó con muchas dudas la primera fase, al terminar segundo del grupo B con apenas cuatro puntos, con una sola victoria ante la débil Qatar (invitada al torneo). En cuartos de final eliminó a Venezuela con un claro triunfo por 2 a 0 y cayó en semifinales ante el anfitrión por 0-2, en un encuentro que fue mucho más parejo de lo que se esperaba. Finalmente, se quedó con el tercer puesto al derrotar a Chile 2 a 1, en un partido que tuvo la particularidad de la expulsión de Lionel Messi tras una disputa con Gary Medel.
Tras esa Copa América, Argentina afrontó una serie de partidos amistosos que mostraron que el entrenador iba moldeando el equipo a su idea futbolística: una goleada 4 a 0 a México, un empate con Alemania 2 a 2 en Dortmund, tras estar dos goles abajo en el marcador, y un triunfo ante Brasil por 1 a 0 terminaron por ratificar a Scaloni como técnico del conjunto albiceleste.
La pandemia de covid-19 puso al mundo entero en pausa, y dejó a la selección de Scaloni sin competencia durante casi un año. Y el regreso a la actividad coincidió con el inicio de las Eliminatorias Sudamericanas, que comenzó de la mejor manera: dos triunfos y dos empates en las primeras cuatro jornadas del camino a Qatar que se disputaron en el final de 2020.
Otro largo parate desembocaría en otros dos cotejos por Eliminatorias (sendos empates con Chile y Colombia) y en el inicio de la Copa América, que por el covid-19 volvió a disputarse en Brasil, sin público (originalmente estaba programada para que la organizaran Argentina y Colombia de manera conjunta).
Más allá de momentos de buen nivel y de un invicto que se prolongaba, pocos creían que el conjunto de Scaloni podía alzarse con el tan ansiado título sudamericano, que le era esquivo a Argentina desde 1993. Sin embargo, y otra vez de menor a mayor, la selección albiceleste terminó gritando campeón en el mítico estadio Maracaná ante Brasil (1 a 0 con gol de Ángel Di María), en un hito que se celebró a lo largo y a lo ancho de Argentina.
Fue un triunfo especial para Argentina, pero particularmente para Lionel Messi: el considerado mejor jugador de todos los tiempos por muchos había sumado solo frustraciones con la camiseta argentina, incluidas las derrotas en las finales del Mundial de Brasil (ante Alemania) y en las Copa América de 2015 y 2016 (frente a Chile).
La noche del Maracaná terminó por catapultar a la “Scaloneta”, y el idilio entre el público y su selección volvió a niveles que hacía tiempo no se registraba.
Cómoda clasificación al Mundial e invicto histórico
Tras el triunfo en Brasil, Argentina tenía por delante el cierre de las Eliminatorias, que lo tuvo siempre en zona de clasificación al Mundial pero que, en aquel momento, aún debía ratificarlo. Y vaya que lo hizo.
Tras un empate sin goles ante Paraguay, se impuso ante Uruguay (3-0), Perú (1-0) y Uruguay de nuevo (1-0 en Montevideo). El nuevo encuentro ante Brasil terminó sin goles y el invicto se extendió con las victorias frente a Chile (2-1), Colombia (1-0), Venezuela (3-0) y Ecuador (1-1). Argentina culminó segundo en las Eliminatorias con 39 puntos, invicto, y con el pasaje a Qatar asegurado.
Luego del final de la ronda clasificatoria para Qatar 2022, el conjunto de Scaloni logró un nuevo título oficial al vencer a Italia por 3 a 0 en la Finalissima, que enfrentó a los campeones de América y Europa. Con un gran Lionel Messi pero un mejor funcionamiento colectivo, Argentina tuvo el último choque frente a una potencia antes del Mundial, a pesar de que Italia no logró clasificarse.
Tras aquella final, Argentina goleó a Estonia 5 a 0, en un encuentro que sirvió para que Messi extendiera su mito al marcar los cinco tantos del encuentro.
Dos últimos amistosos jugados en septiembre con sendos triunfos 3 a 0 (frente a Honduras y ante Jamaica) y la goleada a Emiratos Árabes Unidos por 5-0 en noviembre, estiraron a 36 la racha de partidos sin derrotas, con lo que quedó a solo dos encuentros del récord absoluto que pertenece a Italia, que estuvo sin perder durante 37 partidos entre octubre de 2018 y octubre de 2021, cuando cayó por 2-1 ante España en las semifinales de la Nations League.
El desafío del Mundial de Qatar: candidato con identidad, pero perfil bajo
Desde que ganó el Mundial como local en 1978, la selección argentina siempre aparece como candidato antes de cada competencia. Sin embargo, esta vez ese favoritismo previo se basa en una cuestión concreta: un equipo construido con tiempo, con base a trabajo y sin depender exclusivamente de la figura ineludible de Lionel Messi.
Scaloni logró construir un equipo que basa su fortaleza en el juego colectivo, en la personalidad y en conocer con profundidad tanto sus virtudes como sus defectos. Fue un trabajo silencioso, incluso contra las críticas que arreciaron desde el comienzo del ciclo y que recién se acallaron con el triunfo en Brasil.
A diferencia de todas las selecciones en las que jugó Messi desde 2010, el equipo de Scaloni no depende del futbolista del PSG, sino que lo inserta como una pieza más (clave, pero no dependiente), en un equipo que está convencido de que cada uno de sus integrantes es importante.
La selección argentina llega a Qatar con prácticamente un equipo (y un plantel) definidos. El arquero Emiliano “Dibu” Martínez le dio la seguridad que no había logrado en Rusia 2018. “Dibu” era casi desconocido para el público argentino, ya que fue adquirido por el Arsenal de Inglaterra cuando apenas tenía 16 años y no había jugado ni un minuto en el fútbol local. Sin embargo, sobre la base de personalidad y grandes atajadas, consiguió ganarse el puesto sin discusión y erigirse como uno de los futbolistas más queridos por los aficionados.
La defensa ha logrado una solidez clave para el juego del equipo, apoyado fundamentalmente en los zagueros Cristian “Cuti” Romero y Nicolás Otamendi, que combinan dureza en la marca pero también capacidad para la salida rápida. Los laterales son, quizás, los puestos que aún no tienen titulares definidos: Nahuel Molina y Santiago Montiel por la derecha, y Nicolás Tagliafico y Marcos Acuña por la izquierda disputan los dos lugares en el 11 de Scaloni.
En el medio, la decisión de sostener a Leandro Paredes como mediocampista central a pesar de no ser un número 5 clásico de marca es otro de los sellos del entrenador, que también tuvo que sortear varias críticas. El jugador surgido de las inferiores de Boca Juniors es otra de las piezas clave del equipo albiceleste, combinando quite, juego y disparo de media distancia.
Otra de las piezas clave del mediocampo argentino es Rodrigo De Paul, que se erigió en uno de los emblemas del ciclo de Lionel Scaloni. El jugador del Atlético de Madrid es el “motor” del equipo, con la personalidad de un capitán, llegando al gol y “raspando” cuando los partidos lo exigen. Tanto De Paul como Paredes son los dos futbolistas con más partidos en el ciclo Scaloni: participaron en 41 y 40 de los 48 encuentros, respectivamente.
A ese juego sólido y compacto, Argentina le suma gol. Con un promedio de casi dos tantos por partido, el ciclo de Scaloni tiene a Lionel Messi como máximo artillero, con 23, seguido por Lautaro Martínez, con 20. Entre ambos futbolistas marcaron 43 goles, casi la mitad de los 90 que lleva la selección desde que asumió el actual entrenador.
Messi, en busca de la idolatría total
Atrás quedaron los días en que, inexplicablemente, Lionel Messi era criticado por el público argentino. Derrotas, renuncias y regresos marcaron la relación de la “Pulga” con la camiseta albiceleste. Sin embargo, e incluso casi inesperadamente, todo cambió tras el caótico Mundial de Rusia y la llegada de Lionel Scaloni.
El entrenador supo “llevar” a Messi, casi paternalmente, entendiendo el momento de la relación entre Messi y la selección argentina en aquel 2018, que arrastraba las derrotas en tres finales consecutivas y un Mundial de 2018 que, tal vez, mostró la peor versión del actual jugador del PSG de Francia.
El título de la Copa América en Brasil significó para Messi un desahogo eternamente esperado, y el comienzo del idilio definitivo con el público argentino.
Messi es el capitán y el alma del equipo, pero el equipo no es “messidependiente”. Esa es, tal vez, la mayor virtud y el logro más grande de Scaloni como gestor al frente del conjunto argentino. Lionel se muestra feliz en cada convocatoria, puso a la selección argentina por sobre el club, y eso es una de las grandes ventajas que tiene el equipo en la previa del Mundial.
Hay otro dato insoslayable: con 35 años, Messi sabe que enfrentará su último Mundial en plenitud física y futbolística. Si bien la edad y su profesionalismo le podrían permitir disputar el torneo de 2026, ya sería en el final de su carrera. Por eso, todo parece indicar que Qatar será la última posibilidad de Messi para ganar un Mundial y, así, superar definitivamente a Diego Maradona como el jugador más importante de toda la historia de la selección argentina.
Los rivales de Argentina y el posible camino hacia la final
El sorteo determinó que Argentina forme parte del Grupo C del Mundial de Qatar junto a Arabia Saudita, México y Polonia. A priori, una zona en la que el conjunto sudamericano es favorito, aunque la experiencia reciente muestra que no puede confiarse.
El debut será el martes 22 de noviembre a las 5 ET ante los árabes, el rival que aparece como el más débil de la zona. La situación es similar a lo que ocurrió en Rusia, cuando Argentina jugó su primer partido ante Islandia, debutante absoluto en la fase final del Mundial, lo que hacía suponer un triunfo cómodo para Messi y compañía. Sin embargo, el empate en 1 fue una sorpresa total para todos y, también, marcó lo que sería el tumultuoso camino argentino por aquel torneo.
La segunda fecha será el sábado 26 de noviembre a las 2 pm ET ante México, un rival que por cercanía e historia aparece como el más difícil y el que aspira a lograr, junto con Argentina, uno de los dos lugares en octavos de final. El “Tri” es comandado nada menos que por Gerardo “Tata” Martino, quien dirigió dos años a Messi y compañía, en un ciclo marcado por el buen juego pero por dos derrotas dolorosas, ambas frente a Chile, en sendas finales de la Copa América en 2015 y 2016.
El cierre de la zona para los dirigidos por Scaloni será cuatro días después, el miércoles 30 de noviembre, también a las 2 pm ET, frente a Polonia. Los europeos tienen como máxima figura a Robert Lewandowski, el implacable goleador que dejó atrás al Bayern Munich en busca de un nuevo desafío en el Barcelona de España.
Sin embargo, más allá de su goleador, no tienen demasiado para mostrar, y sus resultados recientes no son demasiado auspiciosos: la selección polaca no pudo superar la fase de grupos de la Euro 2021 y quedó en el último lugar de su zona con tan solo 1 punto, detrás de Suecia, España y Eslovaquia. Y en las Eliminatorias, tras terminar segundo en su grupo, jugó la repesca, en la que se vio beneficiado por la descalificación de Rusia por la guerra en Ucrania, y terminó por derrotar a la Suecia de Zlatan Ibrahimovic por 2 a 0 en el encuentro que le dio el pasaje a Qatar.
En caso de clasificar, Argentina enfrentará a un rival del Grupo D, integrado por Francia, Dinamarca, Australia y Túnez, por lo que si se dan ciertos resultados (que uno clasifique primero en su zona y el otro segundo), podría haber un nuevo cruce con los franceses en octavos de final, tal como ocurrió en Rusia.
Ya para cuartos de final, y siempre teniendo en cuenta de que se trata de un pronóstico, Argentina podría cruzarse con España, mientras que habría un clásico sudamericano con Brasil en semifinales y una revancha con Alemania en la final. Pero eso forma parte de las especulaciones y, tal como la historia lo marca, los Mundiales suelen sorprender con resultados y protagonistas inesperados.
Lo cierto es que el sueño argentino en Qatar es firme, con una selección (tercera en el ranking de la FIFA) que logró construir una identidad propia con base a trabajo, perfil bajo y con futbolistas que se muestran muy comprometidos con el proyecto. Por si fuera poco, cuenta con Lionel Messi que parece decidido a dejar todo en lo que sería su última posibilidad de ganar un Mundial.
Así las cosas, el equipo conducido por los Lionel (Scaloni en el banco; Messi en el terreno de juego) sueña con que el 18 de diciembre lo encuentre levantando la tan ansiada Copa del Mundo en el estadio Lusail, para darles a todos los argentinos y fin de año histórico.
Los partidos recientes de Argentina
- Argentina 3-0 Jamaica (27 de septiembre, amistoso)
- Argentina 3-0 Honduras (23 de septiembre, amistoso)
- Argentina 5-0 Estonia (5 de junio, amistoso)