(CNN) – La cápsula Orion de la NASA pasó a primera hora de este lunes a unos 130 kilómetros por encima de la superficie lunar, un logro monumental en la misión diseñada para probar la capacidad de la agencia espacial estadounidense de regresar algún día a los astronautas a la Luna.
Después de su sobrevuelo lunar, se espera que Orion, que está diseñada para transportar astronautas, pero que en su primera misión lleva únicamente cargas inanimadas y científicas, recorra más de 64.000 kilómetros más allá de la cara más lejana de la Luna, lo más lejos que ha llegado una nave espacial destinada a transportar seres humanos.
Todo ello forma parte del programa Artemis de la NASA, cuyo objetivo es establecer un puesto de avanzada lunar que pueda acoger permanentemente a los astronautas por primera vez en la historia, con la esperanza de abrir camino para algún día llegar a Marte.
La misión Artemis I se lanzó el pasado miércoles por la mañana, cuando el largamente retrasado cohete Space Launch System (SLS), de la NASA, lanzó la cápsula Orion al espacio, consolidando el cohete como el vehículo de lanzamiento operativo más potente jamás construido. El empuje del cohete SLS supera en un 15% al del cohete Saturn V, que impulsó los alunizajes del siglo XX.
Ahora, Orion se encuentra en un viaje de 25 días y medio para circunnavegar la Luna.
El sobrevuelo de la superficie lunar este lunes fue lo más cerca que la cápsula Orion estará de la Luna antes de entrar en una “órbita retrógrada distante”, lo que significa que rodeará la Luna en la dirección opuesta a la que la Luna viaja alrededor de la Tierra.
Este recorrido tiene como propósito “poner a prueba” la cápsula Orion, como dijo la semana pasada Michael Sarafin, director de la misión Artemis de la NASA.
Después de su vuelta por la Luna, se espera que la cápsula Orion regrese a la Tierra y realice un suave amerizaje en el océano Pacífico el 11 de diciembre.
El lugar de aterrizaje está cerca de la costa de San Diego, y los barcos de recuperación de la NASA esperarán cerca para llevar la nave a un lugar seguro, una práctica para futuras misiones que incluyan astronautas. Y esta vez también se tratará de recuperar algunos instrumentos científicos a bordo que han recogido datos para ayudar a la NASA a entender cómo los astronautas podrían verse afectados por futuros vuelos.
Sarafin dijo a los periodistas el viernes que la NASA ha tenido que solucionar más de una docena de inconvenientes con la cápsula Orion, pero que, en general, la nave está funcionando “realmente bien”.
Uno de los problemas que surgieron estaba relacionado con el rastreador de estrellas de Orion, un sistema que utiliza un mapa del cosmos para indicar a los ingenieros en Tierra cómo está orientada la nave. Algunas lecturas de datos no eran las esperadas, pero los funcionarios de la NASA lo atribuyeron a la curva de aprendizaje que conlleva el vuelo de una nave espacial nueva.
“Trabajamos en ello, y el equipo de Orion demostró un gran liderazgo”, dijo Sarafin.
“Teníamos un conocimiento del sistema antes de la misión”, añadió. “Teníamos [predicciones], ya fuera la cantidad de energía que consumiríamos o la cantidad de propulsor o el calor que tendría el vehículo, y no coincidimos exactamente con eso. Y en la mayoría de los casos está funcionando mejor”.
“Registramos cosas que no coinciden con nuestras predicciones. Y el equipo está dedicando tiempo a analizarlo minuciosamente para asegurarse de que no hay algo más ahí que sea potencialmente un problema latente”.
Los comentarios de Sarafin se produjeron antes de que la NASA tomara el sábado la decisión final de poner la nave espacial Orion en camino para entrar en su lejana órbita retrógrada alrededor de la Luna.