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Economía

ANÁLISIS | Estados Unidos probablemente alcance este jueves el techo de su deuda. Esto es lo que podría pasar después

Por Zachary Wolf

(CNN) -- Estados Unidos ha estado endeudado y discutiendo sobre su deuda durante toda su existencia.

Los dos únicos años en la historia del país en los que no hubo deuda se produjeron cuando el entonces presidente Andrew Jackson estaba haciendo saltar por los aires el sistema bancario y precedieron inmediatamente al Pánico de 1837 y a una gran depresión.

En las últimas décadas, los desacuerdos sobre el aumento del techo de la deuda (la cantidad máxima de dinero que el Tesoro de EE.UU. está autorizado a pedir prestado para cubrir sus gastos) han crecido junto con el tamaño de la deuda nacional. Es probable que el país alcance su techo de deuda, que actualmente es de US$ 31,4 billones, este jueves.

La situación actual

No se puede negar que el tamaño de la deuda es alarmante, y no solo porque US$ 31 billones sea una cifra desorbitada.

A los economistas les gusta evaluar la deuda como porcentaje del producto interior bruto, o PIB, la medida más amplia de la economía estadounidense. Tras el gasto ampliado para la recuperación tras la pandemia, la deuda se sitúa en torno al 120 % del PIB, según datos oficiales. Se trata de una cifra históricamente alta –más alta que después de la Segunda Guerra Mundial-, pero se debate mucho si es un problema.

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Las llamadas "medidas extraordinarias" –el equivalente del Departamento del Tesoro a mover dinero para hacer frente al pago de intereses– darán al Congreso y al presidente Joe Biden hasta aproximadamente junio para llegar a un acuerdo sobre cómo elevar el techo de la deuda.

Aunque hay indicios de cómo se desarrollará políticamente este enfrentamiento a partir de otros conflictos recientes sobre la deuda, también hay razones para creer que esta vez podría ser diferente: una mayor parte de los legisladores del Partido Republicano parecen dispuestos a permitir que el país incumpla y parece poco probable que Biden promulgue el tipo de recortes de gastos que los dejaría satisfechos.

Enfrentamientos anteriores por la deuda

Las principales confrontaciones recientes sobre la deuda y el gasto, en 1995 y 2011, se produjeron con presidentes demócratas que perdieron el control de la Cámara de Representantes en favor de los republicanos.

Da la casualidad de que ahora mismo nos encontramos exactamente en esa situación, aunque con una mayoría republicana que apenas llega a la mínima expresión, en lugar de la fuerte de la que disfrutaban los entonces presidentes de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich (en 1995 y 1996) y John Boehner (en 2011 y 2012).

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Esos ejemplos del pasado ofrecen una guía de lo que probablemente nos espera cuando el actual presidente de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, intente obligar a Biden a recortar gastos.

Clinton contra Gingrich, en 1995: US$ 4,9 billones

Cuando los republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes en 1995, utilizar el techo de la deuda como palanca política era un concepto relativamente novedoso. Por aquel entonces, la deuda era inferior a US$ 5 billones y algo menos del 65 % del PIB.

Al principio, el techo de la deuda se incluyó en una ley sobre el gasto público. Al final, se produjo un cierre del Gobierno, pero no un impago de la deuda nacional durante una saga que duró un año, y en la que los republicanos acabaron dando marcha atrás sobre el uso de la deuda.

En un momento dado, el entonces presidente Bill Clinton acusó a Gingrich de chantajearle con el gasto y vetó los aumentos del techo de deuda. Al final acordaron elevar el techo de la deuda después de que se promulgara una ley de gasto independiente. También acordaron equilibrar el presupuesto federal con la ayuda de recortes y una economía estadounidense en pleno auge antes de que estallara la burbuja tecnológica.

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Los recortes fiscales y las guerras posteriores a los atentados del 11 de septiembre, promulgadas por el sucesor de Clinton, George W. Bush, pusieron fin a la breve era del presupuesto equilibrado. El hecho de que el presupuesto equilibrado apenas afectara a la deuda nacional en aquella época es tema para otra historia.

Durante los posteriores enfrentamientos por la deuda en los años de Obama, Clinton sugirió que el presidente debería invocar el nuevo poder de la 14ª Enmienda y simplemente dejar al Congreso fuera de la ecuación del techo de deuda.

Boehner y Obama, de 2011 a 2013: US$ 16 billones y creciendo

Boehner y el entonces presidente Barack Obama se batieron en duelo sobre el gasto y el techo de la deuda durante años a partir de 2011, cuando la deuda era de unos US$ 16 billones, es decir, aproximadamente la mitad de la actual.

Boehner y Obama acordaron recortes generalizados del gasto –la Ley de Control Presupuestario de 2011– como incentivo para alcanzar un acuerdo más amplio para controlar el gasto deficitario, pero no lograron alcanzar ese acuerdo más amplio antes de que Boehner se viera obligado a abandonar la presidencia de la Cámara de Representantes y Obama dejara La Casa Blanca. Fue una solución impopular, y los legisladores tardaron años en acabar finalmente con el sistema de topes de gasto.

Mientras tanto, el país estuvo tan cerca del impago en 2011 que Standard & Poor's rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos, que sigue siendo AA+ en lugar de AAA, la máxima calificación. Esto señaló al mundo que EE.UU., considerado durante mucho tiempo el lugar más seguro del mundo para invertir dinero, podría no cumplir con sus obligaciones de deuda (otras importantes agencias de calificación advirtieron sobre la crisis del techo de deuda, pero nunca rebajaron la calificación crediticia de EE.UU.). La medida de S&P hizo caer temporalmente el mercado bursátil.

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El entonces líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, se puso creativo y sugirió que el presidente pudiera elevar la deuda a menos que ambas cámaras del Congreso votaran para anular su decisión. Ese método se utilizó en 2013.

La era de la suspensión del techo de deuda

En 2013, los legisladores votaron por primera vez a favor de suspender el techo de deuda en lugar de elevarlo.

Estas suspensiones del techo de deuda se repitieron cada pocos años junto con distintas luchas por el gasto que provocaron una serie de cierres parciales del Gobierno durante los años de Obama y Donald Trump. Cuando Biden asumió el cargo, en 2021, los republicanos volvieron a insistir en elevar el techo de deuda en lugar de suspenderlo.

Aquí hay una buena cronología de estos hechos realizada por el Centro de Política Bipartidista.

Esto solo ocurre con un Congreso republicano y un presidente demócrata

Los demócratas no han mostrado ningún interés en utilizar el techo de deuda para promulgar cambios, ni siquiera con presidentes republicanos.

Durante los años de Ronald Reagan y George H. W. Bush, utilizaron la regla Gephardt, llamada así por el excongresista Richard Gephardt, para vincular automáticamente el techo de deuda a los proyectos de ley de gasto.

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En los años más recientes en los que han controlado la Cámara de Representantes (2007-2010 y 2019-2022), a pesar de los recortes de impuestos y las costosas guerras que también aumentaron el gasto deficitario, los demócratas trabajaron para elevar el techo de deuda cuando fue necesario bajo los entonces presidentes George W. Bush y Trump.

Y los republicanos, cuando hay un presidente republicano como Trump, no han dado tanta importancia a la deuda, aunque ahora Trump está animando a sus colegas republicanos a utilizar la deuda para exigir a Biden recortes del gasto.

Perspectivas para 2023

Si los ejemplos de 1995 y 2011 sirven de guía, al final habrá algún tipo de acuerdo para algún tipo de recorte del gasto. Y este drama continuará durante meses mientras el Departamento del Tesoro agota las medidas extraordinarias, que pueden durar hasta junio.

La financiación anual del Gobierno no expira hasta finales de septiembre.

Estas dos cuestiones –el techo de la deuda y la financiación del Gobierno– se han abordado a menudo juntas. En cualquier caso, 2023 se presenta como un año centrado en la deuda y el gasto.