CNNE 1360754 - imagen promocional del videojuego "wo long- fallen dynasty"- imagen de koei tecmo

(CNN Español) – El estudio desarrollador de videojuegos japonés Team Ninja es todo un referente en títulos de acción gracias a obras como “Nioh” o “Ninja Gaiden”. Ahora, su más reciente lanzamiento, “Wo Long: Fallen Dynasty”, confirma que siguen en la élite en la creación de sistemas de combate.

Como juego de rol de acción desafiante que se ambienta en el folclore y mitología china, “Wo Long: Fallen Dynasty” brilla solo gracias a su excelente combate dinámico en el que desviar (parry) es la mecánica protagonista, especialmente en los enfrentamientos ante sus jefazos. No obstante, el título se ve ensombrecido por diversos elementos como una historia con poca emoción, una dificultad mal equilibrada y un sistema de progresión confuso, entre otros.

Trama con clichés

La obra se ambienta en la última dinastía Han de China, lo que ya es un punto de partida interesante. Los videojuegos más mainstream en el mercado occidental han abusado de ambientarse en Japón y la propuesta de “Wo Long: Fallen Dynasty” parte con algo poco explorado. Las posibilidades del folclore chino y su mitología son amplias, pero el título no logra explotarlas de forma satisfactoria.

La historia del título nos sitúa en plena Rebelión de los Turbantes Amarillos pero remozada con magia, demonios y fantasía, y un anciano conocido como el Taoísta de negro que emerge como el estereotipo de villano malvado que quiere corromper todo. Ahí asoma la figura del protagonista, que debe detenerlo aliándose con personajes históricos del folclore chino. Un pretexto que sirve para justificar la acción y el viaje por los escenarios del juego. Y poco más, porque todo se antoja cliché y los personajes son bastantes planos, con secuencias cinemáticas sueltas entre combates en las que es es difícil conectar con ellos y sus motivos. Hay un directorio de personajes que contiene infinidades de texto de cada individuo, pero se antoja poco orgánico y excesivamente expositivo.

"Wo Long: Fallen Dynasty" cuenta con apéndices que describe a sus personajes. Koei Tecmo

Combate pulido y satisfactorio

En la industria del videojuego ya no es novedad encontrar juegos que se inspiran en “Dark Souls”/”Sekiro”/”Elden Ring”, obras desarrolladas por el estudio japonés From Software que han cosechado un gran éxito en los últimos 15 años y se han convertido en un referente del medio. Títulos desafiantes en dificultad, combates exigentes y ambientaciones de fantasía genialmente diseñadas. “Wo Long: Fallen Dynasty”, en lo que respecta al sistema de combate, continúa lo trabajado por el Team Ninja en “Nioh” y “Nioh 2”, pero también se ve influenciado claramente por “Sekiro” y el protagonismo que se le otorga a la mecánica de “parry”.

Esta idea de desviar o hacer parry a los ataques de los enemigos es el eje sobre el que se mueve el combate de “Wo Long: Fallen Dynasty” y el que lo eleva sobre otros títulos. Es lo mejor de esta obra y logra crear esa sensación de satisfacción cuando se logra dominar. El mecanismo es sencillo: cualquier ataque del enemigo se puede desviar, pero es especialmente relevante realizarlo con los golpes críticos (marcados con un aura roja) para evitar ser golpeado con dureza y contraatacar.

Y esto se combina con el espíritu, la otra mecánica principal del título. En esta ocasión, el personaje no tiene energía, sino que tiene una barra de espíritu que subirá si golpeamos a los enemigos y si desviamos sus ataques, y bajará si hacemos lo contrario. Si ejecutamos un ataque de espíritu con nuestra barra cargada, este afectará especialmente a los enemigos (ellos también tienen este medidor de espíritu).

"Wo Long: Fallen Dynasty" cuenta con escenarios variados bien ambientados en los que despliega su historia

De esta forma, la obra de Team Ninja invita al jugador a ser paciente para saber cuándo ejecutar el golpe de espíritu adecuado así como le invita a tomar riesgos, a ser ofensivo y a crear un baile frenético con mayor recompensa. También se podrán invocar a bestias divinas, un recurso que puede afectar al curso de la batalla sacando a escena un ser mitológico que nos ayudará. No son tan comunes ni variados como los yokai de “Nioh 2” pero son un elemento clave para los momentos más desafiantes.

Hay dos mecánicas más que juegan a favor del título. Un sistema de moral en cada misión que premia la exploración de los escenarios para facilitar el completado de los mismos. La moral afecta a las estadísticas del jugador y de los enemigos y en cada misión se reinicia. Derrotando a enemigos y colocando banderas/estandartes por el escenario, lograremos subirla, lo que ayudará ante el enfrentamiento  contra el jefe final de cada misión. La otra mecánica interesante es el sigilo, que ayuda a avanzar en los escenarios realizando ejecuciones sin ser descubierto y ahorrando esfuerzos en combatir.

Precisamente los escenarios son uno de los puntos fuertes del título, gracias al buen diseño artístico y a la ambientación que ofrece cada uno de ellos. Estéticamente son placenteros y encontramos desde aldeas quemadas y abandonadas a montañas nevadas o ciudades arrasadas por demonios. Son variados, ayudan a situar la acción y estimulan su exploración pese a la poca variedad de enemigos y a la escasa interacción que hay con el mismo.

Dificultad arbitraria y mecánicas con problemas

Uno de los principales problemas del juego es el diseño de su curva de dificultad. Y es que en un par de momentos enfrenta a los jugadores a determinados jefazos que obligan a entender y dominar las mecánicas de combates. Jefazos que pueden resultar verdaderamente frustrantes. Uno de ellos es el primer jefe al que los jugadores se enfrentarán nada más comenzar. El otro, y el principal exponente de esta curva de dificultad, es un jinete que más de uno sabrá reconocer. Para superar a este último es estrictamente necesario dominar el sistema de parry. Lograrlo es satisfactorio, pero parece excesivamente desafiante y arbitrario para el punto en el que se encuentra de la aventura. Y una vez superado, todo lo que viene después se antojará como muy sencillo comparado con este desafío.

Pese a ello, los jefes finales son lo mejor que tiene el juego. Ofrecen cierta variedad que se echa en falta durante la exploración de los escenarios. A lo largo de las 30-40 horas que puede durar el juego, enfrentaremos constantemente al mismo tipo de enemigos. Y algunos jefes finales los veremos reciclados como enemigos normales o en las misiones secundarias que el título ofrece. A este respecto, sí que se siente que el Team Ninja ha dado un paso atrás respecto a “Nioh 2”, donde se podía encontrar una variedad ligeramente mayor.

Los otros grandes problemas del juego son elementos que se antojan como poco pulidos o prácticos que desdibujan el resultado final.

En primer lugar está el sistema de hechizos. “Wo Long: Fallen Dynasty” cuenta con hechizos de cinco elementos: madera, fuego, tierra metal y agua. Sobre el papel suenan bien porque se pueden combinar para dañar a los enemigos. El problema es que usar hechizos no es más práctico que golpear y ‘deflectar’. De hecho este también consume espíritu, por lo que el uso práctico de los mismos es cuestionable

Captura de pantalla de "Wo Long: Fallen Dynasty".

Por otro lado, se encuentra el sistema de progresión, así como el de equipamiento y botín (o loot). En “Wo Long: Fallen Dinasty” nuestro personaje obtendrá Qi con el que subir niveles, con los que podrá repartir sus atributos en los cinco elementos ya citados: madera, fuego, tierra metal y agua. Cada uno otorga unas estadísticas al igual que las distintas armas y armaduras que podremos dar a nuestro avatar. El problema reside en que son demasiados números en pantalla. Resultan confusos y poco esclarecedores en cómo afectan al desempeño del protagonista.

Es posible obtener cientos de piezas de equipamiento a través del botín, pero es complejo encontrar estímulo o satisfacción en las constantes notificaciones o en determinar que pieza tiene el número más alto. Más allá de la estética, solo cambian unas estadísticas, es difícil saber si son mejores o peores que lo que ya tienes y en unos minutos es posible obtener una pieza nueva que supere a la actual. Además, el menú para navegar a través del equipo es engorroso y resta más que suma a la experiencia.

Disfrutable, pero sin brillo

“Wo Long: Fallen Dynasty” es un videojuego disfrutable y otra demostración de que Team Ninja domina los sistemas de combate. Es una obra relativamente contenida y menos ambiciosa que otros juegos del género. Quienes busquen una experiencia desafiante con enfrentamientos dinámicos y ritmo encontrarán en este un buen título, especialmente si disfrutaron de la saga “Nioh”. Sin embargo, está lejos de la finura, y de la ambición, de obras como “Sekiro” y cuesta no pensar en los lastres que le impiden brillar. Una serie de decisiones de diseño que no ayudan ni aportan profundidad: una dificultad mal medida en el comienzo y a mitad del juego, un sistema de progreso y botín confuso y arcaico y una trama y personajes olvidables. El folclore chino podía ofrecer mucho más.

“Wo Long: Fallen Dynasty” está disponible en PC, Xbox Series X y S PS4 y PS5.