(CNN)– Puede que Tupperware esté al borde del colapso, pero la posible desaparición de esta empresa de 77 años no es necesariamente un presagio de que la situación económica esté empeorando.

Mientras que los datos de ventas muestran que el resto del sector minorista de consumo de EE.UU., incluidos algunos de los competidores de la empresa en el espacio de almacenamiento de alimentos, parece estar recuperándose de la caída pandémica, las ventas de Tupperware siguen disminuyendo.

Algunos expertos afirman que esto se debe a que Tupperware no ha sabido adaptarse a los cambios en el comportamiento de los consumidores. Y ahora, ante el aumento de la deuda, el descenso de las ventas y la caída en picada del precio de las acciones, tal vez poco se pueda hacer para salvar a la empresa de la quiebra.

En una declaración enviada por correo electrónico a CNN, un portavoz de Tupperware dijo que la marca se ha visto afectada por “la pandemia, la inflación y las altas tasas de interés”, y está trabajando con asesores financieros y asociaciones que incluyen Target y Amazon para fortalecer la marca.

“Durante más de 75 años, Tupperware Brands ha sido una de las marcas nacionales más queridas y emblemáticas del mundo, y estamos muy contentos de seguir estando en el centro de las mesas de comedor, encimeras de cocina y estanterías de despensa durante muchos años más”, dijo el portavoz en el comunicado.

El nombre de la marca Tupperware es tan emblemático que se ha convertido en la abreviatura de todos los contenedores de almacenaje de comida. Esto podría ser parte del problema, ya que han surgido otras marcas que compiten con Tupperware, a veces con precios más bajos.

“Una gran marca puede ser una bendición o una maldición”, afirma Christie Nordhielm, consultora de Marketing y profesora adjunta de la Escuela de Negocios McDonough de la Universidad de Georgetown. “Es una maldición dormirse en los laureles, exprimir la marca para obtener beneficios y no seguir invirtiendo en ella”.

Artículos de Tupperware, incluido un juego de recipientes de almacenamiento a la izquierda, descansan sobre una mesa durante una fiesta de Tupperware en Sebastian, Florida, el miércoles 18 de mayo de 2022. Crédito: Stephen M. Dowell/Orlando Sentinel/Tribune News Service/Getty Images

Si compraste tu “tupperware” en una tienda antes de octubre de 2022, es poco probable que fuera de la marca real.

La empresa acaba de introducir sus productos en las tiendas Target el pasado otoño, una medida que probablemente sea “muy poco y demasiado tarde”, según Barbara Kahn, profesora de Marketing de la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania.

“En el peor de los casos, su marca es casi genérica, y no en el buen sentido”, afirma Kahn. “Eso no tiene por qué ser malo… La gente puede llamar a las cosas Kleenex, pero saben la diferencia”, añadió.

Históricamente, Tupperware solo se ha vendido a los consumidores a través de “ventas directas”, más comúnmente en “fiestas Tupperware”. Estas fiestas eran reuniones en las que las personas a las que les gustaba el producto hacían demostraciones y vendían la marca Tupperware a sus amigos y conocidos. Según Kahn, ese modelo de venta directa funcionó bien al principio, pero cayó en desgracia a medida que los hábitos de consumo cambiaron en las décadas anteriores a la pandemia.

El hecho de que Tupperware abandonara ese modelo de venta directa y se pasara a Target fue un “reconocimiento” de que su modelo de negocio principal no funcionaba, según Tim Calkins, profesor de Marketing de la Escuela de Negocios Kellogg de Northwestern. Mientras que algunas empresas pueden haber sufrido golpes durante la pandemia, el declive de Tupperware no fue repentino.

“La empresa ha ido perdiendo impulso”, afirma Calkins. “No cayó por un precipicio, sino que se ha ido debilitando a lo largo de los años”.

La pandemia, que afectó negativamente a la mayoría de las empresas, no hizo sino agravar esos fallos de Tupperware a la hora de ajustarse a los comportamientos cambiantes de los consumidores y al panorama competitivo.

“Podríamos haber visto que hacían esa transición muy bien, pero en lugar de eso se pasaron a las tiendas físicas”, explicó Nordhielm. “Si vas y miras Tupperware en un Target, lo único que estás haciendo es ver lo increíblemente indiferenciados que están, cuántos otros contenedores de almacenamiento hay disponibles”.

En cambio, la gente tiende a comparar los productos basándose en el precio, dijo Kahn, y el activo más valioso de Tupperware –su valor de marca– pierde todo su significado. Tupperware tampoco ha innovado en respuesta a estos cambios en la competencia y el comportamiento de los consumidores, dijo Nordhielm. Como resultado, las ventas de Tupperware llevan años disminuyendo.

Mientras tanto, el resto del sector minorista de consumo muestra signos de recuperación tras la pandemia. En el peor momento de la pandemia, las ventas experimentaron un acusado descenso, pero han ido mejorando desde entonces, recuperándose más de un 60 % desde su punto más bajo, en abril de 2020.

“El estado del consumidor sigue siendo relativamente fuerte”, dijo Hamilton. “Si se vislumbra una recesión, aún no aparece en las medidas para el sector del consumo”.

Pero la recuperación de las ventas no significa que otros minoristas sean inmunes al desplome. Calkins señala que la financiación sigue siendo escasa, lo que supone un reto para las empresas de todo el sector que se enfrentan a elevadas cargas de deuda o necesitan apoyo para la innovación. Tupperware puede ser una de las primeras víctimas porque ya se encontraba en una posición débil. La marca tuvo que reestructurar sus deudas en mayo de 2020.

“Lamentablemente, creo que esta no es la última de estas historias que vamos a escuchar”, dijo Calkins.