Londres (CNN) – No se pueden negar los ecos a la muerte de la difunta princesa Diana en 1997 en un accidente automovilístico en París. Más de 25 años después, su hijo y su esposa fueron perseguidos por las calles de Nueva York esta semana en lo que su equipo calificó de persecución automovilística “casi catastrófica”.
Ese lenguaje hace difícil no evocar el trágico recuerdo de las circunstancias que llevaron a la pérdida de uno de los miembros más queridos de la familia real británica.
El duque y la duquesa de Sussex se encontraban en Nueva York para asistir a los premios Women of Vision de la Ms. Foundation, en los que Meghan fue galardonada por su defensa mundial de la autonomía de mujeres y niñas. Al ser su primera aparición pública desde que el príncipe Harry regresó de la coronación del rey Carlos III en Londres, en un principio había parecido un asunto bastante rutinario.
La pareja posó en la alfombra roja antes de entrar, donde Meghan recogió su galardón. No fue hasta después del evento cuando la situación se agravó, y los detalles varían según con quién se hable.
El portavoz de la pareja describió “un grupo de paparazzi muy agresivo” que los siguieron durante más de dos horas, lo que provocó una cobertura mundial. El portavoz afirmó que hubo varios encontronazos con otros conductores, peatones y agentes de policía.
Más tarde, la policía confirmó las líneas generales del relato, pero ofreció un lenguaje menos colorido, describiendo la situación simplemente como “desafiante”. Este jueves continuaron las preguntas sobre qué ocurrió exactamente y durante cuánto tiempo, en una ciudad famosa por su congestión de tráfico. CNN no ha verificado de forma independiente todos los detalles del relato de la pareja, pero a la luz de un nuevo día, está surgiendo una imagen más clara.
Esto es lo que sabemos
La pareja fue vista saliendo de la ceremonia de entrega de premios en un auto negro, pero más tarde se les vio en un taxi amarillo. Chris Sánchez, que formaba parte del dispositivo de seguridad real, nos dijo que fueron seguidos inmediatamente por una docena de vehículos. Dijo que “nunca había visto ni vivido nada parecido” y que “el público estuvo en peligro en varios momentos”. También explicó que la pareja había cambiado de auto “más de una vez” durante el incidente.
Thomas Buda, que dirige una empresa de seguridad privada contratada para ayudar a la pareja, corroboró el relato de Sánchez sobre la conducción temeraria de los vehículos que les seguían y el cambio de auto de los Sussex. Dijo que el convoy de la pareja recorrió una ruta tortuosa desde la calle 23 hasta la 96, subiendo y bajando por arterias muy transitadas de Manhattan, antes de que la seguridad llevara a la pareja a la comisaría 19, en la calle 67 Este.
Desde allí, la pareja fue trasladada a un taxi amarillo, pero éste acabó dando la vuelta a la manzana y devolviéndolos a la comisaría.
El taxista Sukhcharn Singh dijo a CNN que no se sintió amenazado por el encuentro con los fotógrafos pero que Harry y Meghan parecían “nerviosos y asustados”.
La pareja fue finalmente capaz de hacer una salida limpia durante el cambio de medianoche de los agentes de patrulla, que efectivamente causó un punto de estrangulamiento del tráfico en el bloque, permitiendo a los equipos de seguridad llevarse a Harry y Meghan, de acuerdo con Buda.
Para responder a la pregunta del porqué se desarrolló este elaborado juego del gato y el ratón, el equipo de Harry nos dijo que la pareja se alojaba en una residencia privada y no quería comprometer la seguridad de la casa de su amigo volviendo directamente de los premios. Mientras tanto, una fuente de las fuerzas del orden también dijo que la pareja no se alojó en un hotel, sino en una residencia privada en el Upper East Side de Manhattan y optó por mantener en secreto la ubicación para poder ir y venir.
Las declaraciones de la policía de Nueva York, del alcalde de la ciudad y de la fuente policial también respaldan que la pareja fue seguida, aunque esas percepciones de los hechos tienen menos carga emocional.
La policía de Nueva York emitió un comunicado más benigno, diciendo que había “asistido al equipo de seguridad privada” en el que “había numerosos fotógrafos que dificultaron su transporte”. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, puso en duda el plazo de dos horas, pero añadió que, independientemente de la duración, el incidente fue “imprudente” e “irresponsable”.
“Está claro que los paparazzi quieren conseguir la foto adecuada, quieren conseguir la historia adecuada, pero la seguridad pública debe estar siempre en primer plano”, dijo Adams.
En una declaración obtenida por CNN este jueves, la agencia fotográfica Backgrid USA afirmó que se tomaba “en serio” las acusaciones de los duques de Sussex y que llevaría a cabo una investigación. Sin embargo, también se retractaron, diciendo que los fotógrafos en la escena habían informado “la sensación de que la pareja no estaba en peligro inmediato en ningún momento”.
La agencia hizo hincapié en su compromiso con el periodismo transparente, incluida la necesidad de proporcionar “respuestas justas y objetivas a las reclamaciones”.
“Queremos aclarar que hemos recibido fotos y videos de los acontecimientos de anoche de cuatro fotógrafos freelance, tres de los cuales iban en auto y uno en bicicleta. Es importante señalar que estos fotógrafos tienen la responsabilidad profesional de cubrir eventos y personalidades de interés periodístico, incluidas figuras públicas como el príncipe Harry y Meghan Markle”, esboza el comunicado.
“Según las versiones dadas por estos colaboradores freelance, estaban cubriendo la estancia de la pareja en la ciudad de Nueva York, incluida la posibilidad de una cena después de una entrega de premios. No tenían intención de causar ninguna angustia o daño, ya que su única herramienta eran sus cámaras. Algunas de las fotos muestran incluso a Meghan Markle sonriendo dentro de un taxi”, continúa el comunicado.
El comunicado de Backgrid también contraargumenta que uno de los cuatro todoterrenos del convoy real “conducía de una manera que podría ser percibida como imprudente” y rechaza la acusación de que el incidente podría haber resultado en un desastre fatal.
Por todo esto, está claro que algo ocurrió el martes por la noche, aunque las percepciones difieran.
Para ser justos con los duques de Sussex, nunca han afirmado que se produjera una persecución a “alta velocidad”. Las conversaciones con un miembro de su entorno también han dejado claro que sentían que se habían ceñido a los límites de velocidad, que la pareja nunca se sintió amenazada pero sí las vidas de los demás.
CNN tomó la decisión, como muchos otros medios de comunicación, de no publicar las fotografías tomadas una vez que la pareja abandonó el compromiso en el Ziegfeld Ballroom. Sin embargo, esas imágenes parecen mostrar al príncipe Harry documentando el momento con su teléfono, por lo que es posible que en el futuro sepamos más sobre lo que ocurrió exactamente desde su perspectiva.
Es bien sabido que Harry culpa a la prensa sensacionalista de la muerte prematura de su madre. Ya ha contado en otras ocasiones que cada flash de una cámara le lleva “directamente” a uno de los peores momentos de su vida. Se ha mostrado muy firme en su compromiso de asegurarse de que la historia no se repita con su esposa y no ha tenido reparos en pedir cuentas a los medios de comunicación mediante acciones legales por lo que considera métodos especialmente invasivos.
Es probable que haya pensado en todo ello durante este episodio nocturno. Incluso los críticos más acérrimos podrían entender el tipo de resonancia traumática que puede haber aflorado para Harry en esta situación.
Otro elemento notable es el silencio de su familia. Tanto el Palacio de Buckingham, donde reside el rey, como el de Kensington, donde se encuentra el príncipe de Gales, declinaron hacer comentarios sobre la historia. Sabemos que los duques de Sussex no tuvieron noticias de la familia real tras conocerse la historia, como cabría esperar en circunstancias familiares normales. Pero, dado el distanciamiento entre las dos partes, es probable que haya habido una decisión más amplia de que la casa simplemente no puede responder o comprometerse con los titulares que rodean al príncipe Harry y a Meghan cada vez que tienen un enredo con la prensa.
– John Miller, Kristina Sgueglia, Zenebou Sylla, Paradise Afshar, Sugam Pokharel, Jessie Gretener y Sammy Mncwabe contribuyeron con este reportaje.