(CNN) – Una antigua ballena colosal que se descubrió en Perú podría ser el animal más pesado del que se tiene constancia, según un nuevo estudio.
Con una masa corporal estimada entre 85 y 340 toneladas métricas, el peso de la extinta Perucetus colossus es equivalente o superior al de la ballena azul, que hasta ahora había sido considerada indiscutiblemente el animal de mayor masa corporal, según Giovanni Bianucci, principal autor del estudio publicado este miércoles en la revista académica Nature.
Se calcula que el esqueleto parcial de Perucetus, compuesto por 13 vértebras, 4 costillas y un hueso de la cadera, medía entre 17 y 20 metros de largo. Según el estudio, el espécimen fósil es más corto que una ballena azul de 25 metros de largo, pero su masa esquelética supera potencialmente la de cualquier mamífero o vertebrado marino conocido, incluido su gigantesco pariente.
Es más, Perucetus probablemente pesaba 2 o 3 veces más que la ballena azul, que actualmente pesa un máximo de 149,6 toneladas métricas.
“Perucetus podría haber pesado casi 2 ballenas azules, 3 Argentinosaurios (un dinosaurio saurópodo gigante), más de 30 elefantes africanos y hasta 5.000 personas”, dijo Bianucci por correo electrónico. Bianucci es profesor asociado de Paleontología en el departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Pisa, en Italia.
Es probable que el Perucetus nadara lentamente debido a su enorme masa corporal y a su estilo de nado, que era ondulatorio y anguiliforme, es decir, que su cuerpo flexible se movía en ondas curvas desde la cabeza hasta la cola.
Los huesos de Perucetus “están formados por huesos extremadamente densos y compactos”, explica Bianucci. “Este tipo de engrosamiento y pesadez del esqueleto, denominado paquiosteoesclerosis, que Perucetus comparte con los sirenios no se encuentra en ningún cetáceo vivo”. Los sirenios son grandes mamíferos herbívoros acuáticos, como los manatíes, las vacas marinas y los dugongos.
El peso y el tamaño de Perucetus podrían haber sido adaptaciones evolutivas a la vida en aguas costeras poco profundas y agitadas, dijo, “donde un esqueleto particularmente pesado actúa como ‘lastre’ para la estabilidad”.
El descubrimiento es el último resultado de la “intensa actividad” de un grupo diverso de investigadores que comenzó en 2006 en el Valle del Ica, en el sur de Perú, “en uno de los conjuntos de vertebrados fósiles más importantes de la era cenozoica”, que tuvo lugar hace unos 66 millones de años, dijo Bianucci.
Otros especímenes hallados anteriormente en esta zona son “Peregocetus pacificus, el cetáceo cuadrúpedo más antiguo que llegó al océano Pacífico, Mystacodon selenesis, el antepasado más antiguo de las ballenas barbadas modernas, y el enorme cachalote macro predatorio Livyatan melvillei”, añadió.
“La masa esquelética extrema de Perucetus sugiere que la evolución puede generar organismos con características que van más allá de nuestra imaginación”, dijo Bianucci.
Extracción de un gigante
La primera vértebra de Perucetus fue descubierta por el paleontólogo peruano Mario Urbina Schmitt hace más de 10 años, explicó Bianucci. Schmitt, coautor del estudio, es investigador y recolector de campo en el departamento de paleontología de vertebrados del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima.
La excavación de la Formación Paracas, de arcilla limosa, “llevó varios años debido a la dureza de la roca, el hecho de que el fósil estuviera dentro del núcleo de la montaña, el tamaño extremo de los huesos y las duras condiciones ambientales del desierto de Ica”, explicó.
Con una antigüedad aproximada de 39 millones de años, el Perucetus colossus es nuevo en la familia de los basilosaurus dentro del orden Cetacea, que incluye ballenas, delfines y marsopas. El nombre de la gigantesca criatura denota su origen geográfico, Perú; “cetus”, la palabra latina para ballena; y “kolossós”, que en griego antiguo significa “estatua grande”.
“Los descubrimientos de formas corporales tan extremas son una oportunidad para reevaluar nuestra comprensión de la evolución animal”, escribieron J.G.M. Thewissen y David A. Waugh, que no participaron en el estudio, en un comentario sobre la investigación. Thewissen es catedrático Ingalls-Brown de Anatomía en la escuela de Medicina de la Universidad Northeast Ohio; Waugh es investigador postdoctoral en el departamento de Anatomía y Neurobiología de la misma universidad.
“Parece que apenas somos escasamente conscientes de lo asombrosas que pueden llegar a ser la forma y la función de las ballenas”, añadieron.
El estilo de vida de una ballena colosal
Los hallazgos sugieren que el gigantismo o punto máximo de masa corporal entre los cetáceos se alcanzó unos 30 millones de años antes de lo que se pensaba, según el estudio.
Dada la cantidad de huesos pesados, Perucetus “debió de tener también muchos tejidos más ligeros”, escribieron Thewissen y Waugh. “Esta es una diferencia fundamental en comparación con los animales que viven en tierra, para los que todos los tejidos contribuyen al peso que deben soportar partes del cuerpo como las extremidades. Por el contrario, en el agua, los tejidos más pesados pueden ser compensados por tejidos más ligeros para adquirir flotabilidad neutra, y la masa total es menos importante”.
El espécimen de Perucetus parecía haber alcanzado la madurez sexual, según los expertos, pero podría haber estado aún en fase de crecimiento, dados los extremos no fusionados de sus vértebras.
Los autores no tenían el cráneo ni los dientes del animal, pero sus características conocidas indican que Perucetus probablemente se alimentaba cerca del fondo del mar y no era un depredador activo, dijo Bianucci.
Este comportamiento alimentario es inusual en comparación con la mayoría de las ballenas que utilizan sus esqueletos relativamente ligeros para perseguir presas que se mueven rápidamente, escribieron Thewissen y Waugh.
Los autores del estudio tienen tres hipótesis sobre la dieta de Perucetus, dijo Bianucci: la ballena podría haberse alimentado de plantas como una vaca marina, pero esta dieta herbívora sería el único caso entre los cetáceos. En segundo lugar, la antigua criatura podría haberse alimentado de pequeños moluscos y crustáceos en fondos arenosos como hace la ballena gris contemporánea. Y en tercer lugar, quizá Perucetus era carroñero de cadáveres de vertebrados.
“Seguramente seguiremos explorando el desierto de Ica para encontrar otros fósiles que nos permitan contar aún más detalles sobre la extraordinaria historia evolutiva de los cetáceos”, dijo Bianucci.
Saber más sobre la historia vital de Perucetus podría ayudar a responder otras preguntas, como si el fósil es un testimonio del origen de la grasa de los cetáceos, escribieron Thewissen y Waugh.
“Esa hipótesis es coherente con la edad del fósil, unos 39 millones de años, de una época en la que la Tierra y los océanos se estaban enfriando y la grasa aislante podría haber sido una ventaja”, añadieron. “Es demasiado pronto para saberlo, pero estas consideraciones demuestran que la importancia de este fósil va más allá de la documentación de una forma de vida desconocida hasta ahora”.