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India envía invitaciones a cena del G20 a nombre del presidente de Bharat
00:39 - Fuente: CNN

(CNN) – Cuando los líderes más poderosos del mundo acudan a Nueva Delhi este fin de semana para abordar las múltiples crisis a las que se enfrenta el planeta habrá una ausencia notable: la del mandatario chino Xi Jinping, que nunca ha faltado a una cumbre del G20 desde que asumió el poder en 2012.

Como suele ocurrir con la opaca toma de decisiones de Beijing, no se dio ninguna explicación sobre la aparente decisión de Xi de faltar a una importante reunión mundial a la que China ha dado gran prioridad en el pasado. Se espera que el primer ministro Li Qiang, segundo líder del país, asista en lugar de Xi.

La reticencia de Beijing ha suscitado un amplio abanico de especulaciones e interpretaciones, desde posibles problemas de salud de Xi y problemas internos en su país hasta un desaire al país anfitrión, India, cuyas relaciones con China se han deteriorado a causa de una disputa fronteriza.

Sin embargo, desde el punto de vista de la rivalidad entre China y Estados Unidos, analistas afirman que la previsible ausencia de Xi en el G20 podría ser también una señal de su desilusión con el actual sistema de gobernanza mundial y con las estructuras que considera demasiado dominadas por la influencia estadounidense.

En su lugar, Xi puede estar dando prioridad a los foros multilaterales que encajan en la propia visión de China sobre cómo debe gobernarse el mundo, como la recientemente concluida cumbre de los BRICS y el próximo Foro de la Franja y la Ruta.

“Puede haber un elemento de desaire deliberado a la India, pero también podría ser una declaración de que hay diferentes estructuras de gobernanza que Xi Jinping considera importantes, y el G20 puede no ser una de ellas”, dijo George Magnus, economista y asociado en el Centro de China de la Universidad de Oxford.

“(Xi) puede haber querido poner como ejemplo al G20 indio y haber dicho: ‘esto no es algo a lo que vaya a ir porque tengo otras cosas más importantes que hacer”, explicó.

Desilusión con el G20

Para algunos analistas, la ausencia de Xi puede marcar un cambio en la forma en que China ve el G20, un foro mundial de primer orden que reúne a las principales economías avanzadas y emergentes del mundo, que representan el 80% del PIB mundial.

China solía ver la plataforma como un espacio relativamente neutral para la gobernanza mundial y concedía una gran prioridad a la diplomacia del G20, afirmó Jake Werner, investigador del Quincy Institute de Washington.

Desde su primera cumbre de líderes en 2008, el máximo dirigente chino siempre ha asistido a la reunión, incluso por videoconferencia durante la pandemia del covid-19. Y cuando China organizó su primera cumbre del G20 en 2016, hizo todo lo posible para que el evento fuera un éxito y así mostrar su creciente influencia en la escena mundial.

Desde entonces, sin embargo, las relaciones entre las dos mayores economías del mundo han estado plagadas de tensiones y rivalidades crecientes. Ahora, “China ve el espacio del G20 cada vez más orientado hacia Estados Unidos y su agenda, que Xi Jinping considera hostil a China”, dijo Werner.

Aproximadamente la mitad de los miembros del grupo son aliados de EE.UU., a los que la administración de Biden ha instado a adoptar una postura más dura para contrarrestar a China. Además, Beijing considera cada vez más las tensiones con otros miembros —como la disputa fronteriza con India— a través de su difícil relación con Estados Unidos, dijo Werner.

A Beijing le irritan los crecientes vínculos de Nueva Delhi con Washington, especialmente su participación en la Cuádruple Alianza, una agrupación de seguridad liderada por Estados Unidos que China califica de “OTAN del Indo-Pacífico”.

“China ve a India en el campo antichino y, por tanto, no quiere añadir valor a una importante cumbre internacional que India está organizando”, dijo Happymon Jacob, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi.

Las divisiones en torno a la guerra de Ucrania también ensombrecen la cumbre. Hasta ahora, India no ha sido capaz de negociar una declaración conjunta en ninguna de las reuniones clave del G20 desde que asumió la presidencia el pasado diciembre.

La negativa de China a condenar la invasión rusa y su continuo apoyo diplomático a Moscú han amplificado sus fricciones con Occidente.

“China ha dicho que cree que el G20 debe limitarse a debates económicos. No debería politizarse en torno a las líneas divisorias geopolíticas que Estados Unidos y los europeos quieren impulsar”, afirmó Werner.

Analistas chinos coinciden en que Beijing puede considerar el G20 como una plataforma con un valor y una eficacia decrecientes.

Shi Yinhong, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin, afirmó que el G20 se ha convertido en un escenario más “complicado y desafiante” para la diplomacia china en comparación con hace varios años, ya que el número de miembros amigos de China ha disminuido.

Estructura de gobernanza alternativa

Xi asistió por última vez a la cumbre del G20 en Bali (Indonesia) en noviembre del año pasado, cuando salió del aislamiento por el covid-19 y declaró su regreso a la escena mundial. Durante los dos días que duró la cumbre, mantuvo reuniones diplomáticas con 11 líderes mundiales —entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden— e invitó a muchos de ellos a visitar China.

Desde entonces, una larga lista de dignatarios extranjeros ha llamado a la puerta de Beijing para reunirse con Xi, entre ellos los líderes del G20 de Alemania, Francia, Brasil, Indonesia y la UE, así como el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.

Sin embargo, Xi solo ha realizado dos viajes al extranjero este año, y ambos son fundamentales para su intento de remodelar el orden mundial.

En marzo, Xi viajó a Moscú para reunirse con el presidente Vladimir Putin, un “viejo amigo” que comparte su profunda desconfianza en el poder estadounidense. El mes pasado, asistió a la cumbre de los países emergentes BRICS en Johannesburgo, Sudáfrica, donde el bloque anunció la admisión de seis nuevos miembros.

La ampliación, calificada de “histórica” por Xi, es una gran victoria para Beijing, que lleva mucho tiempo tratando de convertir este grupo económico informal en un contrapeso geopolítico a Occidente.

Magnus, experto de la Universidad de Oxford, afirmó que el BRICS ampliado es un ejemplo de la estructura de gobernanza alternativa que Beijing quiere construir: incluye a algunos de los países más importantes del Sur Global y China tiene un papel central.

En los últimos años, Xi ha expuesto su visión de un nuevo orden mundial con el anuncio de tres iniciativas globales: la Iniciativa de Seguridad Global (una nueva arquitectura de seguridad sin alianzas), la Iniciativa de Desarrollo Global (un nuevo vehículo para financiar el crecimiento económico) y la Iniciativa de Civilización Global (un nuevo sistema de valores definido por el Estado que no está sujeto a los límites de los valores universales).

Aunque amplias y aparentemente vagas en esencia, “están diseñadas como un paraguas bajo el cual los países pueden unirse en torno a una narrativa establecida por China, que es diferente del tipo de estructura de gobierno que prevalece bajo los auspicios del G20”, dijo Magnus.

El mes que viene, se espera que el líder chino organice el Foro de la Franja y la Ruta para conmemorar el décimo aniversario de su iniciativa mundial de infraestructuras y comercio, un elemento clave de la nueva estructura de gobernanza mundial de Beijing.

Magnus afirmó que iniciativas como la Franja y la Ruta, los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai —en las que Beijing es fundador o uno de los principales actores— tienen ahora un estatus mucho más elevado en China.

“Estas entidades existen como estructuras alternativas a las que China se ha unido tradicionalmente y en las que ha tenido que compartir protagonismo con Estados Unidos”, afirmó.

“También está enviando un mensaje al resto del mundo —no solo a los países del Sur Global, sino también a los países que oscilan en el mundo de la democracia liberal— de que este es el terreno de juego de China”.