(CNN) – Parece como si la respuesta a casi todos los conflictos interpersonales, problemas de pareja o planes de recuperación de la salud mental fuera establecer mejores límites.
Pero ¿qué significa eso exactamente?
“Cada cosa en la naturaleza, todo, todo, incluso a nivel celular tiene límites”, dice Deborah Ashway, consejera clínica de salud mental con sede en New Bern, Carolina del Norte. “Y están ahí para protegernos”.
Los humanos somos una especie comunal, así que es importante que dispongamos de un sistema para comunicar nuestras necesidades, deseos, prioridades y límites para que las relaciones sigan funcionando sin problemas, afirma Kami Orange, coach de límites del sur de Utah. Afortunadamente, la mayoría de las sociedades tienen un sistema, añadió.
“Los límites son una práctica de resolución de problemas y de compasión por los demás, pero sobre todo de compasión por uno mismo”, explica.
Las personas aprenden a establecer límites a través de las interacciones con quienes les rodean, de modo que si no tienes a alguien que te enseñe a ponerlos en práctica y a respetarlos, o que te anime a no hacerlo, es lógico que tengas problemas con ello, añadió Orange.
¿Qué es un límite?
Los límites físicos pueden ser barreras como muros, fosos y vallas. En las relaciones humanas, “un límite es una declaración de lo que uno espera, necesita o quiere en una situación determinada”, explica Nedra Glover Tawwab, terapeuta de Charlotte, Carolina del Norte.
Los límites pueden verbalizarse o expresarse a través de las acciones, añade Tawwab, autora de “Set Boundaries, Find Peace: A Guide to Reclaiming Yourself”.
Los límites pueden facilitar las interacciones con el mundo que te rodea, y pueden proteger tus emociones, tu espacio físico, tus sentimientos, tu salud mental, tu sistema de creencias o cualquier otra cosa que tengas que ofrecer, afirmó la Dra. Chloe Carmichael, psicóloga clínica de Nueva York y autora de “Nervous Energy: Harness the Power of Your Anxiety”.
Es posible que hayas oído a menudo el término “límites” cuando se trata de una pelea explosiva o de un ex tóxico, pero también son útiles con las personas que quieres y te importan, dijo Orange.
“No se trata solo de conflictos y de mantener alejadas a las malas personas. También se trata de mantener las relaciones que valoras”, afirma.
Eso puede significar establecer límites con tu pareja sobre tus necesidades en lo que respecta al espacio personal, o preservar tu relación con un padre con el que tienes una relación cercana estableciendo límites sobre lo que esperas en torno a tus hijos.
Si alguna vez has tenido un conflicto con alguien a quien quieres hasta que ha estallado y la relación se ha terminado, sabes que expresar los límites antes de llegar a este punto puede ayudar a salvar la relación con alguien, explica Orange.
“Podrías haber tenido ese amigo durante años y haber disfrutado de los beneficios de esa relación si le hubieras dicho: ‘Oye, te agradecería mucho que hicieras X, Y y Z’”, añade.
Identifica tus límites
Antes de poner límites, tienes que saber cuáles son los tuyos. Y los límites no son prescriptivos. Lo que puede funcionar para otra persona puede no funcionar para ti, dice Tawwab.
Un buen punto de partida es hacer un inventario de tus necesidades, limitaciones y prioridades, explica Orange.
También le gusta que sus clientes se fijen en lo que evitan, porque eso puede indicar a menudo que hay que poner límites.
Si no contestas el teléfono cuando te llama un familiar o un amigo, ¿es porque sabes que puede atentar contra ti o violar tus valores de alguna manera? Quizá entonces lo mejor que puedes hacer por tu relación con ellos es dejar claros tus límites, según Orange.
Pongamos el ejemplo de tus hipotéticos padres. Si te encontraras dudando antes de ir a visitarlos, tal vez examinarías a qué se debe y te darías cuenta de que sientes que critican tu forma de criar a tus hijos.
Tal vez ése sea un buen punto de partida para establecer buenos límites.
Establecer límites
Por muy difícil que le resulte a la gente amable, establecer un buen límite requiere decir claramente cuál es el problema y qué es lo que necesitas, dice Orange.
“Un buen límite es claro y conciso”, afirma Tawwab. “Creo que muy a menudo decimos muchas palabras, pero seguimos sin tener muy claro lo que queremos”.
En lugar de plantear un problema del tipo: “Siempre te metes conmigo por mis hijos”, es importante exponer lo que se necesita, dijo Tawwab. Una invitación a hacer algo en el futuro ayudaría, añadió.
¿Cómo podría ser una buena forma de poner límites? Podrías intentar algo parecido a “Me encanta que te involucres tanto en la vida de mis hijos, pero me resulta más difícil mantener su atención cuando menosprecias mis decisiones como padre. En el futuro, ¿podrías abstenerte de criticarme públicamente y plantearme cualquier preocupación en privado?”.
Los límites también pueden ser decisiones que uno toma, dice Carmichael. Eso puede significar alojarse en un hotel cuando visites a tus parientes para poder excusarte cuando lo necesites o evitar los acontecimientos más propensos a las críticas, como la hora de la cena.
Sin embargo, ten en cuenta que puedes tener los límites más claros del mundo, y eso no significa que los que te rodean los respeten, dijo Carmichael.
Estableces límites para proteger tus necesidades, no para controlar el comportamiento de los demás. Si deciden no respetar tus límites, no es algo que tengas que controlar, añadió Tawwab.
En cambio, puede ser útil tener un plan sobre cómo vas a ajustar tu comportamiento en ese caso, dijo Orange.
Imponer tus propios límites
Decirles a tus padres que te dejen a ti la crianza puede no ser suficiente. Puede que tengas que tomar más medidas para protegerte.
Tus límites son importantes y está bien tomar medidas para salvaguardarlos.
Si has establecido el límite y lo han transgredido, Orange recomienda volver a decirlo con más intensidad.
Pero si la transgresión no se detiene ahí, eres tú quien debe decidir qué medidas estás dispuesto a tomar en respuesta, dice Tawwab. ¿Te excusas y te vas a la otra habitación? ¿Te vas pronto a casa? ¿Te quedas durante las visitas entre tu hijo y esos parientes?
En algunos casos, las violaciones de los límites pueden ser suficientes para poner fin a una relación o poner distancia en ella, pero eso depende completamente de la persona y de lo que esté dispuesta a hacer, dijo Ashway.
Aquí es donde los límites pueden moverse. Puede que las consecuencias que impondrías a una persona no sean las mismas que estarías dispuesto a imponer a otra, dijo Tawwab.
“Mi madre podría prender fuego a mi casa, y yo diría ‘¿Cómo te atreves? Estoy enfadada. Llámame mañana’”, dijo Tawwab. Si otros miembros de su familia hicieran lo mismo, no volvería a hablarles nunca más.
No hay una respuesta correcta o incorrecta cuando alguien traspasa tus límites, siempre que estés dispuesto a hacerlos cumplir, añadió.
Lo que no funciona es amenazar con una consecuencia que no estés dispuesto a hacer cumplir, dijo Tawwab.
La inacción es como amenazar con quitarle el teléfono a tu hijo cuando en realidad no tienes intención de hacerlo. Si se indican posibles consecuencias con las que no se puede vivir y luego, inevitablemente, no se cumplen, es posible que los demás no se tomen los límites tan en serio en el futuro, añadió.
Responder a los límites de otra persona
¿Y cuando alguien te pide que respetes sus límites? Puede que tus padres tengan un límite sobre el comportamiento de tus hijos en casa.
“Para mí, los límites son algo bueno”, afirma Orange. “Y por eso, cuando la gente establece límites conmigo, mi primera respuesta es siempre ‘gracias’”.
Aunque te sientas incómodo o dolido porque alguien te haya dicho que no le gusta lo que haces, es importante que lo veas como una información útil, explica.
A continuación, a Orange le gusta hacer preguntas aclaratorias para entender el alcance del límite y las situaciones en las que se aplica, dijo.
Tienes que decidir si sus límites te convienen. Y es que, aunque hay que respetar los límites de los demás, no siempre hay que vivir bajo ellos.
“Si alguien te pide que hagas algo que te resulta incómodo, tienes la opción de evaluar si quieres vivir con esa incomodidad o si quieres decir: ‘Te quiero de verdad y me gusta tenerte en mi vida, pero este no es un límite con el que esté dispuesta a vivir’”, explica Tawwab.
Los límites no tienen que ver con el control, y el término no debe utilizarse para manipular, controlar o transgredir a los demás, dijo Ashway.
Una buena manera de comprobar si se han establecido los límites adecuados es ver cómo te sientes después de la conversación, dijo Orange.
“Cuando tengo una conversación sobre una relación en la que decimos: ‘Oye, ¿cómo podemos encontrar una forma que funcione para que ambos mantengamos esta relación? Nos vamos sintiéndonos felices y queridos”.