Nueva York (CNN) – Elon Musk apoyó públicamente una teoría de conspiración antisemita popular entre los supremacistas blancos: que las comunidades judías impulsan “el odio contra los blancos”.
Ese tipo de aprobación abierta a una publicación antisemita conmocionó incluso a algunos de los críticos de Musk, que durante mucho tiempo lo han criticado por usar mensajes racistas o intolerantes en Twitter, ahora conocido como X. Esta es la declaración pública más explícita del multimillonario respaldando puntos de vista antisemitas.
Este miércoles, Musk respondió a una publicación en la que afirmaba que las comunidades judías “han estado promoviendo exactamente el tipo de odio dialéctico contra los blancos que quieren que la gente deje de usar contra ellos”. El mensaje también hacía referencia a las “hordas de minorías” que inundan los países occidentales, una teoría de la conspiración antisemita popular.
Es el tipo de mensaje que se puede encontrar fácilmente en X en estos días y, probablemente, habría pasado desapercibido si Musk, con más de 160 millones de seguidores, no hubiera compartido el mensaje con el comentario: “Has dicho la auténtica verdad”.
Por qué importa
La teoría de la conspiración antisemita, que postula que los judíos quieren traer minorías indocumentadas a los países occidentales para reducir las mayorías blancas en esas naciones, es a menudo propugnada por grupos de odio.
Es la misma conspiración a la que aluden las últimas palabras escritas de Robert Bowers, el asesino convicto de 11 personas en la sinagoga Árbol de la Vida de Pittsburgh en 2018. Su última publicación en las redes sociales decía que a una organización judía sin fines de lucro dedicada a ayudar a los refugiados “le gusta traer invasores que matan a nuestra gente”. El tiroteo masivo fue el ataque más letal contra judíos en la historia de Estados Unidos.
En mensajes posteriores, Musk se explayó sobre sus opiniones. Escribió que no cree que el odio a los blancos se extienda “a todas las comunidades judías”. Pero luego señaló a la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), afirmando que promueve el racismo contra los blancos.
X no respondió a las peticiones de comentarios.
En respuesta, el CEO de la ADL, Jonathan Greenblatt, escribió que “es indiscutiblemente peligroso usar la influencia de uno para validar y promover teorías antisemitas”.
Musk rara vez ha sido tan explícito. Pero como propietario de X, ha optado por defender la libertad de expresión de los racistas por encima del derecho de los destinatarios a no ser acosados, llegando incluso a amenazar con demandar a la ADL por difamación después de que la organización dijera que el antisemitismo había aumentado en X después de que Musk se hiciera cargo de la plataforma hace más de un año.
No hay forma de saber qué hay dentro del corazón de Musk. Lo único en lo que podemos confiar es en lo que dice y hace en su poderosa plataforma pública. El discurso de odio, ya sea pronunciado por Musk o simplemente respaldado por él, se amplifica cuando la persona más rica del mundo lo publica o comenta.
“No está claro que Musk albergue una animadversión personal hacia el pueblo judío”, escribió Yair Rosenberg, de The Atlantic a principios de este año, en relación con otro incidente en el que Musk difundió declaraciones antisemitas. “Pero es un teórico de la conspiración, y el arco de la conspiración es corto y se inclina hacia los judíos”.
En la actualidad se han publicado dos libros populares sobre Musk: una biografía autorizada de Walter Isaacson y otra no autorizada de Ben Mezrich.
En las últimas semanas, Mezrich ha contado a varios entrevistadores cómo “Elon Musk rompió Twitter, y Twitter rompió a Elon Musk”.
Es una frase contundente, y en cierto modo seguro que acertada. Mezrich describe la forma en que la caótica toma de Twitter empañó para siempre la reputación de Musk como un Thomas Edison moderno, con los estadounidenses ahora profundamente divididos sobre si es un genio o un inútil. Mezrich dice que Musk se ha sentido personalmente angustiado por la reacción, incluso fue abucheado en el escenario en un espectáculo de comedia y se sintió tan deprimido que los empleados de X consideraron en un momento llamar a la Policía para que le hicieran un chequeo.
La afirmación puede ser cierta a medias. Hay muchas pruebas de que Musk quebró Twitter: lo destripó, le cambió el nombre, hundió sus ingresos y lo hizo irreconocible para sus usuarios más activos. Pero Musk ya estaba en esto mucho antes, difundiendo innumerables teorías conspirativas, sobre todo en torno a la pandemia de covid-19.
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