Nota del editor: David A. Andelman, colaborador de CNN, dos veces ganador del Premio del Club Deadline, es Caballero de la Legión de Honor francesa, autor de “A Red Line in the Sand: Diplomacy, Strategy, and the History of Wars That Might Still Happen” y tiene un blog en SubStack’s Andelman Unleashed. Anteriormente fue corresponsal en el extranjero y jefe de la oficina de The New York Times en Europa y Asia y de CBS News en París. Las opiniones presentadas en este artículo pertenecen exclusivamente a su autor.
(CNN) – Los votantes han generado algunas sacudidas profundas a la estabilidad mundial este último año, pero nada parecido a lo que podemos esperar en 2024.
El año que viene, países con más de la mitad de la población mundial celebrarán elecciones, como señaló The Economist. Más de 4.000 millones de personas viven en los países que votarán.
A lo largo de los dos últimos años, en los que he realizado crónicas sobre las elecciones en todo el mundo, han surgido patrones, en ocasiones escalofriantes. En todos los continentes se ha vuelto demasiado fácil para los electores rechazar filosofías liberales de larga data por brillantes promesas de latón ofrecidas por los extremos, a menudo la ultraderecha populista.
Y las perspectivas de cambios drásticos no hacen más que intensificarse.
El trascendental año electoral comienza con Bangladesh en enero. Ya hubo manifestaciones antigubernamentales convocadas por el principal partido de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), cuyos principales líderes están encarcelados o exiliados. El BNP ha amenazado con boicotear los comicios si la primera ministra, Sheikh Hasina, no dimite y entrega el poder a un gobierno provisional antes de las elecciones generales. Es probable que Hasina continúe con su férreo gobierno que ya lleva 15 años.
En febrero, las dos naciones musulmanas más pobladas del mundo, Pakistán e Indonesia, celebran elecciones con una semana de diferencia. Pakistán tendrá sus primeras elecciones generales desde la destitución de Imran Khan, popular pero controvertido ex primer ministro, acusado de corrupción (él niega haber cometido delito alguno). Aunque no es candidato, Khan sigue siendo la fuerza motriz de su partido político.
Poco después se celebrarán en Indonesia las elecciones más concurridas del mundo, con más de 200 millones de votantes en el país y 1,75 millones en la diáspora, aunque es poco probable que los electores aflojen las garras del poder de las ricas élites empresariales y militares.
Por otra parte, Sudáfrica celebrará quizá las elecciones más importantes de África, ya en su turbulento periodo posterior a Nelson Mandela. Cuando los sudafricanos acudieron a las urnas en las elecciones municipales de hace dos años, el partido de Mandela, el Congreso Nacional Africano (CNA), obtuvo por primera vez menos del 50% de los votos, con unos votantes consternados por el desorden y la corrupción que han marcado gran parte de sus 30 años en el poder. Si esta tendencia a la baja se mantiene en las elecciones generales de 2024, será un momento decisivo en la historia política de Sudáfrica.
En Europa habrá nueve elecciones parlamentarias, en las que uno de los mayores retos para los gobiernos entrantes será encontrar socios de coalición para formar mayorías.
No hay que perder de vista las elecciones anticipadas de Portugal en marzo. Tras una investigación por corrupción que obligó a dimitir al primer ministro socialista tras ocho años en el cargo, podría darse un giro hacia el partido ultraderechista Chega (Basta). Del mismo modo, la derecha parece dispuesta a lograr grandes avances en las elecciones austríacas, previstas para otoño.
También a finales de enero de 2025 habrá elecciones generales en el Reino Unido, lo que significa que los votantes británicos probablemente acudirán a las urnas a finales de 2024, en un proceso que podría marcar el regreso del Partido Laborista al poder tras 14 años de tenso gobierno conservador.
En cuanto a América Latina, México tendrá su primera mujer presidenta, ya que los principales partidos presentan dos candidaturas de mujeres en las elecciones de junio, en las que las drogas, la delincuencia y la emigración a Estados Unidos ocupan los primeros puestos de la agenda política. Por otra parte, el impredecible líder nacionalista de Venezuela, Nicolás Maduro, buscará un nuevo mandato en el que está en juego una batalla fronteriza con la vecina Guyana por los derechos sobre el petróleo.
Pero hay cinco contiendas especialmente importantes que vale la pena destacar:
Taiwán, 13 de enero: un nuevo presidente en el centro de las tensiones entre Estados Unidos y China
Lo que está en juego es especialmente importante en estos momentos de gran tensión entre Beijing y Taipei, ya que Estados Unidos mantiene su promesa de garantizar la democracia de Taiwán.
Con tres candidatos presidenciales, Lai Ching-te, favorito del Partido Democrático Progresista (PDP), es un anatema para China, ya que promete continuar la decidida defensa de la soberanía de la isla, establecida por la actual presidenta, Tsai Ing-wen. En segundo lugar está Hou Yu-Ih, del Kuomintang (KMT) de la oposición, quien quiere entablar conversaciones con Beijing. Y el tercero, Ko Wen-je, del Partido Popular de Taiwán (TPP) y ex alcalde de Taipéi, ofrece un término medio más cercano a la conciliación.
Si los votantes se decantan por el statu quo, es de esperar que Beijing aumente la presión. “Una elección entre la guerra y la paz”, fue la respuesta oficial china, después de que las conversaciones de unidad entre los partidos de la oposición fracasaran en noviembre.
Rusia, 17 de marzo: Putin deja poco al azar
Hay pocas dudas sobre el proyecto de Vladimir Putin de ser presidente vitalicio en su campaña de reelección. Tendrá 78 años al final de su mandato, con lo que superará al líder soviético Josef Stalin como el gobernante ruso que más tiempo ha ocupado el cargo desde Catalina la Grande.
Putin deja poco al azar. De momento, solo parece tener un oponente autorizado oficialmente: Alexei Nechaev, un empresario de cosméticos que es miembro de la coalición política del propio Putin, el Frente de los Pueblos de Toda Rusia.
Podría producirse un caos como el que hubo en toda Rusia en la contienda presidencial de 2018, aunque cientos de miles de voces potencialmente contrarias a Putin han huido al extranjero durante la invasión de Ucrania.
Con la posibilidad muy real de que esta podría ser la última elección del presidente ruso, dada su edad, un Putin envalentonado podría poner sus miras después de las elecciones en un esfuerzo aún más amplio y desestabilizador para volver a montar un imperio soviético. Y no hay que descartar el riesgo de una confrontación directa con la OTAN.
India en abril y mayo: la nación más poblada del mundo, en una encrucijada
Convertir a la vibrante democracia de la nación más poblada del mundo en un Estado nacionalista hindú próximo a una teocracia es lo que está en juego para la India en estas elecciones, que tendrán lugar previsiblemente a lo largo de varias semanas en abril y mayo.
El primer ministro Narendra Modi dedicó su primer mandato a cimentar un nacionalismo hindú inquebrantable.
Los cerca de 200 millones de musulmanes y los 28 millones de cristianos de la nación quedan al margen. Se teme que una victoria anticipada de Modi le permita completar lo que él considera un elemento central de su misión.
El mes que viene, Modi inaugurará un extenso templo hindú, levantado sobre las cenizas de una antigua mezquita, una afirmación simbólica de dominio para Modi y todos los hindúes de la India.
¿Cómo trata Estados Unidos a un individuo así, central para el mundo en desarrollo y al mismo tiempo un importante socio comercial, un contrapeso a Pakistán y su inclinación hacia Rusia y China y un baluarte estratégico contra la expansión china sin control en el Pacífico?
Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio: ¿un importante giro a la derecha?
Junio será un momento crítico para el futuro de Europa, ya que el Parlamento Europeo celebrará sus primeras elecciones desde la salida del Reino Unido.
Los cimientos de un posible gran giro a la derecha llevan años gestándose, y sin duda se irán construyendo a lo largo de 2023. Los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés) podrían incluso convertirse en el tercer grupo más importante del nuevo Parlamento Europeo.
Este bloque de derechistas y euroescépticos podría echar arena en los engranajes de una serie de programas moderados de la UE y respaldar los giros derechistas internos en potencias líderes como Alemania y Francia.
En juego: más ayuda a Ucrania, sanciones a Rusia (que ya han sido objeto de veto por parte de Hungría y Eslovaquia), frenos a la inmigración, retrocesos en los controles climáticos, justicia y Estado de Derecho en toda la UE, y un cambio en la forma en que Europa trata con China.
Estados Unidos, el 5 de noviembre: el factor Trump y más
Incluso si Donald Trump no es elegido presidente, la votación y la campaña que conducen al 5 de noviembre podrían destrozar el tejido de la democracia en Estados Unidos. Y si es elegido, eso podría tener efectos dominó en grandes partes del mundo.
¿Cómo sería la OTAN en caso de una retirada de Trump? Hay que imaginar el consuelo para aquellos que desmantelarían la alianza por completo.
Luego están todos los dictadores y aspirantes a dictadores a los que Trump ha dedicado palabras cordiales. El sábado, durante la campaña electoral en Nueva Hampshire, Trump citó a Putin al calificar al presidente estadounidense Joe Biden de “amenaza para la democracia”. En el mismo acto, elogió al líder norcoreano Kim Jong Un y al primer ministro húngaro y nacionalista de línea dura, Viktor Orban.
¿Cómo podrían traducirse estas palabras en acciones en caso de una presidencia de Trump? Al fin y al cabo, ya se ha
comprometido a visitar al altisonante nuevo presidente de derecha radical de Argentina, Javier Milei, que ha sugerido sustituir el peso por el dólar estadounidense, al tiempo que ha mostrado una motosierra para representar su política de recortes a la burocracia y los distintos presupuestos.
La situación del mundo dentro de un año dependerá de los miles de millones de votantes que acudan o no a las urnas con mayor o menor libertad y transparencia, y de los políticos que demuestren hasta qué punto respetan las decisiones de sus ciudadanos.
Esperemos que reflexionen detenidamente y voten con sensatez.