(CNN) – Cuando el guía turístico y fotógrafo de naturaleza Gaurav Ramnarayanan salió de safari la noche del 24 de enero de 2024, no iba en busca de tigres.
El joven de 25 años dirigía una excursión privada por el Parque Nacional de Kaziranga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, una reserva natural de 430 kilómetros cuadrados situada en el estado indio de Assam, en el noreste del país. Aunque alberga la mayor población de tigres de la región, los avistamientos son escasos y el parque es más conocido por sus otros animales salvajes, como la mayor población mundial de rinocerontes de un cuerno y cientos de especies de aves coloridas.
Eso es lo que Ramnarayanan y sus acompañantes buscaban esa noche. Sentados en el jeep de safari a última hora de la tarde, el grupo oyó de repente la llamada de alarma de un ciervo: el sonido que hace un animal cuando ve a un depredador, cuenta Ramnarayanan. Empezó a conducir, dobló una esquina y paró el coche en seco: a unos 700 metros, había un tigre en la carretera.
“Al principio, cuando lo vi, tenía un aspecto muy blanco y no parecía un tigre (de Bengala) normal”, dice Ramnarayanan, que lleva guiando viajes por la vida salvaje y fotografiando grandes felinos desde 2016, cuando fundó su empresa de viajes The Wildside. “He visto suficientes tigres como para darme cuenta al primer vistazo de que este no era normal”.
Sus sospechas resultaron acertadas cuando miró al depredador a través del objetivo de su cámara: con rayas color rubio fresa, el gran felino era inequívocamente un raro tigre “dorado”.
“El tigre decidió venir hacia nosotros, no con intención de atacarnos ni de hacernos daño, sino simplemente para atravesar su camino y proceder a marcar su territorio”, dice Ramnarayanan. Pudo tomar fotos increíbles del tigre mientras caminaba por la carretera, acercándose a menos de 100 metros del jeep.
Ramnarayanan publicó una imagen en Internet, y los internautas no tardaron en expresar su admiración por la impresionante foto y la inusual coloración del tigre.
Pero los tigres dorados, también conocidos como tigres atigrados dorados o tigres fresa, no son una subespecie: son el resultado de una mutación genética que cambia el color de su pelaje.
Y aunque hermosos, su presencia tiene un lado oscuro.
Ramnarayanan avistó al tigre dorado, que se acercó a menos de 100 metros del grupo, mientras guiaba un safari en la reserva natural. Crédito: Gaurav Ramnarayanan
“Errores ortográficos” genéticos
Los tigres dorados, como los blancos y los blancos nieve, son el resultado de un rasgo recesivo que aparece como una mutación en los genes que crean el color, dice Uma Ramakrishnan, profesora de ecología del Centro Nacional de Ciencias Biológicas de la India.
Ramrishnan compara la mutación con “errores ortográficos en el ADN” que dan lugar a diferentes combinaciones de colores. En los tigres blancos, la mutación inhibe el color, mientras que en los tigres dorados, una mutación en el llamado gen de “banda ancha” prolonga el periodo de producción de la feomelanina, un pigmento amarillo rojizo, durante el crecimiento del pelo. Los tigres blancos nieve heredan ambos rasgos recesivos, lo que les confiere un pelaje blanco con rayas rubias apenas visibles, que les da el apodo de “tigres sin rayas”.
En estado salvaje, menos de uno de cada 10.000 cachorros de tigre nace con el rasgo de pelaje blanco, y el rasgo dorado es aún más raro.
Por eso a los conservacionistas les preocupa que la aparición de estos tigres pueda ser un síntoma de endogamia en poblaciones aisladas de tigres.
Es más común ver estos patrones inusuales de pelaje en poblaciones de tigres en cautiverio, que suelen estar emparentadas entre sí, dice Ramakrishnan. Históricamente, los tigres blancos se crían de forma selectiva para obtener estos genes, a menudo con su descendencia. Por eso, aunque actualmente no se conocen tigres blancos en libertad (el último fue visto y abatido en los años 50), hay más de 200 en cautiverio en todo el mundo.
Aunque no se sabe que la coloración irregular del pelaje tenga efectos adversos para la salud, la endogamia puede causar dolencias físicas como cara plana u ojos bizcos, así como otras mutaciones genéticas que podrían debilitar las defensas del tigre contra las enfermedades, dice Ramakrishnan.
Se calcula que hay unos 30 tigres dorados en cautiverio en todo el mundo, según algunas fuentes, y el Parque Nacional de Kaziranga afirma que tiene cuatro, los únicos conocidos en estado salvaje.
Dada la excepcional rareza de este rasgo, “la única forma de que aparezca”, dice Ramakrishnan, es a través de la endogamia o la deriva genética, que es cuando los genes raros se hacen más comunes por azar, algo que aún se está estudiando.
Poblaciones fragmentadas
Los tigres dorados han sido vistos en Kaziranga desde 2014, y Ramnarayanan no es el único que los ha captado con la cámara: en 2020, el fotógrafo Mayuresh Hendre con sede en Bombay, compartió en internet fotos de un safari en Kaziranga, que también causaron revuelo en su momento.
Aunque es un atractivo único para los visitantes, el parque no lo celebra: en un comunicado publicado en la cuenta X del parque en 2020, el responsable de investigación de Kaziranga, Rabindra Sharma, dijo que los “genes recesivos están apareciendo debido a la endogamia dentro de una población fragmentada”.
Alrededor del 70% de los 190 tigres de Assam residen en Kaziranga, pero el rápido desarrollo de la región significa que la fauna silvestre está perdiendo sus rutas históricas de migración entre hábitats. Un estudio de 2020 documentó la creciente fragmentación y la pérdida de corredores forestales alrededor del parque. Si la población de tigres de Kaziranga se aísla más, problemas como la endogamia amenazarán a la población, afirma Sharma en su publicación en X.
Las praderas aluviales de la región, que atraen a las presas de los tigres, y la estricta aplicación de la ley, que reprime la caza furtiva, han hecho de Assam uno de los “hábitats más productivos para los tigres” del noreste de la India, según Kota Ullas Karanth, conservacionista y fundador del Centro de Estudios de la Vida Salvaje de la India. Sin embargo, el número inusualmente alto de tigres dorados en el parque es indicativo de una población aislada y una señal preocupante, añade.
“Una mejor conectividad del hábitat entre las poblaciones, mediante el fomento de usos del suelo que favorezcan los movimientos de largo alcance de los tigres” es el “factor clave” para crear una población de tigres más resistente y genéticamente diversa, afirma Karanth. “En algunos casos, estructuras como puentes y túneles colocados a través de hábitats arriesgados o difíciles de atravesar también pueden ayudar”.
Aunque la insularidad podría reducir la diversidad genética, “la caza furtiva y la degradación del hábitat suponen amenazas más inminentes para los tigres de la India que el aislamiento genético”, afirma Karanth, y añade que es más urgente “amortiguar las reservas con usos del suelo más favorables, como el turismo, en lugar de la agricultura y la ganadería, propensas al conflicto”.
Para el fotógrafo Ramnarayanan, el tigre dorado de Kaziranga fue su primer avistamiento de estos grandes felinos de color inusual. Por sorprendente que fuera, es consciente de su rareza y espera poder suscitar conversaciones sobre cómo proteger mejor la vida salvaje. “Como fotógrafo, puedo transmitir mensajes al público”, añade.