(CNN) – Autoridades de la salud pública que intentan ayudar a las personas que huyen de los enormes incendios forestales en el Panhandle de Texas deberían prestar mucha atención a la salud mental de esos residentes, además de a su seguridad física, sugieren los hallazgos de un nuevo estudio.
Los incendios forestales representan una amenaza directa obvia para la salud física, pero un estudio realizado entre más de 7 millones de personas que vivían cerca de grandes incendios forestales en California encontró que los incendios también están asociados con grandes cambios en el bienestar mental.
El estudio, publicado esta semana en la revista JAMA Network Open, analizó el aumento en los pedidos de medicamentos para controlar la salud mental entre las personas que viven cerca de incendios forestales.
Los residentes del estudio vivieron cerca de 25 grandes incendios forestales en California entre 2011 y 2018. Cuando hubo incendios forestales en el área, los investigadores encontraron un aumento estadísticamente significativo en los pedidos de antidepresivos, medicamentos estabilizadores del estado de ánimo y medicamentos para reducir la ansiedad, en comparación con un período anterior. Los aumentos incluyeron nuevas recetas y resurtidos.
Sin embargo, no hubo ningún aumento en el número de prescripciones de antipsicóticos o hipnóticos.
Entre las mujeres y los adultos mayores se observó un mayor número de pedidos de recetas, mostró el estudio.
Para asegurarse de que la tendencia estuvieran relacionadas con una necesidad, en lugar de simplemente con un aumento en el número de personas que tomaban sus medicamentos, los investigadores también observaron la cantidad de recetas de estatinas, medicamentos que ayudan con la salud del corazón. Estos no aumentaron en época de incendios forestales.
Este estudio tiene algunas limitaciones. Se basa en registros de datos de reclamos comerciales, lo que significa que sólo rastreó tendencias entre personas que poseen seguro. Las personas que viven en zonas rurales y que están más expuestas a los incendios forestales tradicionalmente están desatendidas en lo que respecta a la atención de salud mental, y esas cifras no pueden reflejarse en los datos de prescripciones médicas, por lo que la necesidad de tratamiento de salud mental después de los incendios forestales pudo haber sido incluso mayor.
Otra investigación ha encontrado mayores riesgos de ansiedad y depresión en personas expuestas a mayores concentraciones de partículas contaminantes u hollín, uno de los productos de los incendios fortestales.
“El punto fuerte de este estudio es que pudo detectar los altos y bajos antes y después de los incendios”, dijo el Dr. Jyoti Mishra, codirector de la Iniciativa de Salud Mental y Cambio Climático de la UC y profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de California en San Diego. “Por lo general, se trabaja mucho en el malestar psicológico causado por los incendios forestales, principalmente después de un desastre. Es difícil reclutar personas antes del desastre y luego observar cómo la salud mental u otros síntomas cambian con el tiempo”.
Mishra no participó en la nueva investigación, pero su propio estudio de 2023 mostró que los residentes cerca del Camp Fire en California tenían mayores problemas de salud mental, algunos de los cuales se volvieron crónicos.
“Este último estudio es importante porque corrobora la enorme angustia que siente la gente en el contexto de los incendios forestales”, dijo.
Es común sufrir conmoción, depresión o una sensación de desesperanza cuando alguien pierde su hogar o a un miembro de la familia, independientemente del motivo. Pero las investigaciones también han demostrado que los incendios forestales pueden aumentar el riesgo de trastorno de estrés postraumático y problemas de sueño incluso en personas que no han recibido tratamiento previo por problemas de salud mental. La exposición a incendios forestales también se ha asociado con un aumento de los trastornos por consumo de alcohol y sustancias, así como con la ansiedad y la depresión.
La crisis climática probablemente expondrá a más adultos y niños a incendios forestales. Solo en 2020, Estados Unidos perdió 3,2 millones de hectáreas a causa de los incendios forestales, y el número de incendios ha aumentado significativamente mientras las poblaciones parecen acercarse a zonas de alto riesgo.
Los autores del nuevo estudio dicen que esperan que el mismo lleve a los funcionarios de salud pública a hacer de la atención de salud mental una prioridad entre las personas expuestas a incendios forestales y a garantizar que tengan acceso a servicios y programas de salud mental que promuevan la resiliencia antes, durante y después de estos desastres.
Aunque el acceso a la atención de salud mental es clave inmediatamente después de un incendio forestal, dijo Mishra, una comunidad puede necesitar ayuda durante años. Algunos estudios han encontrado que la salud mental podría verse afectada incluso una década después.
“Uno podría imaginar que una vez que el humo desaparece, el problema también disminuye, pero eso no es necesariamente cierto”, dijo. “Realmente puede convertirse en un trauma a largo plazo, por lo que es necesario abordarlo seriamente”.
