Nota del editor: Wendy Guerra es escritora cubanofrancesa y colaboradora de CNN en Español. Sus artículos han aparecido en medios de todo el mundo, como El País, The New York Times, el Miami Herald, El Mundo y La Vanguardia. Entre sus obras literarias más destacadas se encuentran “Ropa interior” (2007), “Nunca fui primera dama” (2008), “Posar desnuda en La Habana” (2010) y “Todos se van” (2014). Su trabajo ha sido publicado en 23 idiomas. Los comentarios expresados en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN Español) – Para entender una época, un país, una región, bastaría seleccionar un libro agudo, vívido y complejo, escrito al calor de la experiencia de su autor. Contra la regresión autoritaria. Memorias desde la izquierda, es un volumen publicado recientemente por la editorial Debate. Ensayo de un militante y político mexicano, documento testimonial, y, sobre todo, una profunda reflexión que sacude conceptos preconcebidos sobre la unidad, estructura fundacional, y el futuro de la izquierda mexicana. Retratando a la vez, el laberinto en que se encuentra hoy la alta política de México, un país inmerso en sus elecciones presidenciales. La Pregunta Audaz entrevista a su autor, Graco Ramírez.
-Uno de los aportes esenciales de su libro es la construcción simbólica de un relato vívido, verosímil y emotivo, escrito en primera persona. La evolución de un joven dirigente del movimiento estudiantil de 1968 a un miembro fundador del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), luego a las filas del Partido Mexicano Socialista (PMS) y, un poco más tarde, hacia la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero siempre con un denominador común: derrocar la hegemonía de siete décadas en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Todo parecía sostenerse en la pugna entre dos ideologías enfrentadas, pero al final de la historia la ecuación cambia. El protagonista de este libro se ha visto obligado a replantearse el objetivo de su lucha ideológica. ¿Por qué?
-En mi libro explico que el PRD nace de la mayor expresión de las izquierdas que fue el PMS y la fusión con la corriente democrática del PRI, que fue la escisión más significativa históricamente, los denominó nacionalistas revolucionarios. El PRD planteó abrir un proceso democrático para romper el monopolio político del PRI. Democratizar la vida política de México. Para lograr una transición democrática, hubimos de construir acuerdos con el PRI y el PAN para hacer posible un árbitro electoral autónomo y con ello, hacer valer el sufragio ciudadano. Así se dio por primera vez la alternancia política en el año 2000. Se comenzó un incipiente sistema de partidos y alternancias en elecciones federales y locales. Yo señalo que tanto los de izquierda como los que provenían del PRI no nos decidimos por ser demócratas de izquierda, ambos provenimos de la ideología del partido de Estado o hegemónico. Se mantuvo esa ideología expresada en los caudillos Cuauhtémoc Cárdenas y posteriormente en López Obrador. La ideología era superada por aceptar la democracia tal cual, ser liberales sociales.
-El mapa entre las izquierdas, derechas y sus estrafalarios personajes protagónicos, de controversiales discursos y escandalosos estilos de liderazgo, han contaminado sus bordes y acercado cada vez más sus fronteras ideológicas. Tras su largo recorrido en la política, ¿cree que siguen existiendo las izquierdas y derechas puras? ¿Cuáles son las semejanzas entre líderes, caudillos, autócratas, en presidentes o expresidentes como Donald Trump, Nicolás Maduro, Javier Milei o López Obrador?
-Las derechas e izquierdas puras han dejado de serlo. Hoy día los extremos de esas posturas se parecen más, sobre todo en la visión populista son esencialmente iguales. Los extremos se juntan, los Bolsonaro, Trump, Maduro, Milei y López Obrador son esencialmente autócratas y destructores de instituciones democráticas. Se están reconfigurando los campos políticos en posturas más amplias y plurales, comprometidas en la democracia y en los derechos humanos y los compromisos con una sociedad donde se reconoce la innovación tecnológica sustentable y la prevalencia de los derechos humanos. La diferencia son las propuestas para lograr mayor equidad social.
-Al leer las anécdotas y peripecias sui generis plasmadas en su libro, no podemos pasar por alto su experiencia como diputado federal y senador de la República por el estado de Morelos durante el periodo 2006-2012. También como gobernador del Estado de Morelos durante el periodo 2012 - 2018. ¿Cuáles son los antídotos de un político mexicano contemporáneo contra la corrupción? ¿Es posible gobernar sin escuchar, obedecer o contentar los pedidos de los cárteles que operan y conviven en el territorio nacional?
-Quienes procedemos de posturas progresistas estamos más comprometidos con los compromisos de transparencia en el ejercicio de los recursos públicos. Ese es mi caso. Por ello, cuando aparecen actos de corrupción probados y evidentes la sociedad es más severa. Por eso, la importancia de los contrapesos políticos y el control del gasto público abierto y transparente. La corrupción es un cáncer de las instituciones públicas. Sí se puede gobernar enfrentando a los cárteles del crimen organizado. No hacerlo debilita el estado de derecho y los criminales se adueñan de territorios. Mi experiencia como gobernador fue crear una policía única en Morelos y una instancia de inteligencia para combatirlas. Lo más progresista, en mi opinión, sería regular la producción y consumo de marihuana y la amapola. Vincularlo a la industria médica y al sistema de salud.
- Cito la oración final de su libro: Para mirar de nuevo al futuro y derrotar al presente que añora el pasado. La izquierda mexicana en el poder, contra la otrora izquierda mexicana en la oposición. ¿Este regreso a momentos puntuales de la historia de México, esta nostalgia por los giros fundacionales de la izquierda mexicana encuentra su espacio en el debate público electoral?
-El Gobierno de López Obrador no representa a la izquierda, es una visión nacional populista apoyada por esa izquierda y viejos priistas que añoran el régimen de partido único o hegemónico. Por eso afirmo que miran al pasado. A la regresión autoritaria.
-El pensamiento único es siempre una tentación de quien tiene el mandato y las facultades metaconstitucionales que otorga el presidencialismo mexicano, el ogro filantrópico, diría Octavio Paz. Si el estilo Andrés Manuel López Obrador continúa en el poder, encarnado durante los próximos seis años por su sucesora, Claudia Sheinbaum, ¿cuáles serían las consecuencias para la democracia, la economía y las relaciones internacionales de su país? ¿Graco Ramírez y Debate podrán seguir editando libros como estos en México?
-Claudia Sheinbaum representa la continuidad en ese modelo de pensamiento único que pretende destruir el equilibrio de poderes y construir un régimen autoritario que, por el peso político de López Obrador, nos depararía un modelo antidemocrático y clientelar con los deciles de ingresos más bajos; los pobres. De nuevo el ogro filantrópico.
-El nuevo régimen que proponemos es el capítulo final del libro. Cuando usted terminó de escribirlo aún no aparecía en el panorama electoral la figura de Xóchitl Gálvez. ¿Pesará en sus votos su pasado dentro del PRI? ¿Pesará para la elección de Claudia Sheinbaum su nexo con AMLO? ¿Esperaba usted y esperaba el pueblo de México que su futuro estuviera hoy en manos de dos candidatas mujeres?
-Claudia tiene más de tres años en campaña. Se trata de una candidata favorita de AMLO y de las actuales fuerzas del Estado. Efectivamente, que haya dos mujeres en la competencia es un avance en cuanto a los derechos de las mujeres, pero la presencia de Xóchitl Gálvez, que se impuso como candidata ciudadana por el respaldo de un millón de firmas, abrió los linderos de los partidos y es una esperanza para construir un nuevo régimen político que establezca un gobierno de coalición menos presidencialista y reconstruya los servicios de salud y educación hoy devastados y recupere el control del Estado mexicano; desterrando la violencia y el control del territorio por el crimen organizado. Evitar un narcoestado.