(CNN) – El primer ser humano que experimentó lo que ahora se conoce como “efecto panorámico” fue el astronauta soviético Yuri Gagarin, quien se convirtió en la primera persona en observar nuestro planeta desde el espacio hace poco más de 63 años.
Al ver esa curvatura por primera vez, exclamó: “¡Veo la Tierra! Es tan hermosa”. Fue el primero de los muchos astronautas que afirmaron sentir un cambio cognitivo sobre el lugar que uno ocupa en el universo: una sensación fenomenal de asombro trascendental.
Hay tres tipos de empresas de turismo espacial que compiten por ofrecer esta experiencia a los ricos, los superricos y los ricos fuera de este mundo.
En cabeza está SpaceX, de Elon Musk. Para quienes dispongan de decenas de millones, promete viajes en cohete a la órbita, a la maravilla ingrávida a más de 300 kilómetros (185 millas) sobre la Tierra.
Luego están las experiencias suborbitales, ofrecidas por empresas como Blue Origin, de Jeff Bezos, y Virgin Galactic, de Richard Branson. El precio es de hasta 450.000 dólares y te lleva a entre 80 y 120 kilómetros (70 millas) para experimentar la gravedad cero.
Por último, están las aventuras cercanas al espacio, en las que empresas como Space Perspective, World View y ahora la startup española HALO Space esperan llevar a los pasajeros en vuelos en globo a entre 25 (15 millas) y 40 (24 millas) kilómetros de la Tierra por un precio relativamente asequible de entre US$ 50.000 y US$ 200.000 dólares.
Vuelos comerciales en 2026
La semana pasada, Carlos Mira, Consejero Delegado de HALO Space, desveló en Londres el diseño interior de su cápsula espacial Aurora, con la que su equipo espera transportar a 10.000 pasajeros al espacio cercano en 2030.
La cápsula presurizada -diseñada por el legendario Frank Stephenson, diseñador de automóviles como Ferrari y Alpha Romeo- mide 5 metros (16 pies) de ancho y 3,5 metros (11.4 pies) de alto, e irá suspendida de un enorme globo de helio. En su interior se sentarán ocho pasajeros para viajes de hasta seis horas de duración.
HALO Space declaró en la presentación que ofrece “alternativas nuevas, seguras y de cero emisiones a los vuelos espaciales” y que, habiendo realizado ya cinco vuelos de prueba con éxito, es la empresa más avanzada de su sector.
Fundada apenas en 2021, tiene el ambicioso objetivo de empezar a ofrecer vuelos comerciales en 2026, a partir de 164.000 dólares cada uno.
Mira explicó que su equipo pudo dar el pistoletazo de salida “utilizando tecnologías maduras” y no tratando de reinventar la rueda.
“El modelo operativo que tenemos no consiste en construirlo todo internamente. “El enfoque que hemos adoptado es asociarnos con los mejores actores del sector aeroespacial en los distintos ámbitos”, entre ellos CT Engineering Group, Aciturri, GMV y TIFR.
Al presentar el moderno y ligero diseño de la cápsula, Stephenson dijo: “Una cosa es diseñar un interior bonito y otra hacer que funcione”. Hay que cumplir “objetivos de peso, seguridad y ergonomía”, pero su objetivo era crear “algo con lo que te sientas cómodo desde el principio”.
Un amanecer muy especial
Al fin y al cabo, los consumidores finales son aventureros adinerados que sin duda vuelan a diario en primera clase y están acostumbrados al lujo. En un espacio muy limitado, había que integrar asientos cómodos, grandes ventanales, zonas de almacenamiento y, lo más importante, un aseo.
“Hay que asegurarse de que los pasajeros estén constantemente informados, entretenidos y relajados”, pero también hay que dar cabida a la posibilidad de comer, beber y socializar. Esa es una de las ventajas de que la experiencia no sea de gravedad cero: puedes moverte como siempre y no hace falta ninguna formación especial.
La empresa está probando un prototipo de cápsula de tamaño real, y el próximo vuelo de prueba está confirmado para junio. Mira dice que HALO Space planea operar todo el año desde cuatro continentes, con lugares elegidos por sus “excelentes condiciones geográficas y meteorológicas”.
Cuanto más secas y menos ventosas, mejor, ya que los vientos fuertes y los cielos nublados son un gran inconveniente a la hora de ofrecer a los pasajeros una experiencia única en la vida.
Los vuelos despegarán antes del amanecer, para que los pasajeros puedan disfrutar de un amanecer “blanco” al borde de la estratosfera, con el negro profundo del espacio más allá.
¿Vale la pena pagar los miles de dólares que cuesta? Eso es discutible. Pero sin duda será una mañana sin igual.